¿Qué significa Hebreos 9:12?
Anteriormente, el escritor de Hebreos comparó el sacrificio continuo de los sacerdotes del templo con la ofrenda que un verdadero sumo sacerdote celestial podría ofrecer (Hebreos 7:22–28). Al hacerlo, se utilizaron dos palabras griegas separadas. El término que se refería a los sacerdotes implicaba una acción presente y continua. El término que se refería a Jesús implicaba una acción que ya se había completado para siempre. Aquí, esa misma idea se une una vez más al sacrificio de Jesús. Las frases que se usaron en este versículo se hacían eco de las mismas ideas que se mencionaron anteriormente en Hebreos acerca de Jesús.Los sumos sacerdotes terrenales del antiguo pacto ofrecían sacrificios anualmente (Hebreos 9:7), usando animales como sacrificios temporales, incluida la expiación por sus propios pecados (Hebreos 7:27), que solo servían para aliviar los síntomas, pero no podían cambiar el corazón de las personas (Hebreos 9:9–10).
El sumo sacerdote celestial del nuevo pacto, Jesucristo, ofreció un solo sacrificio, tomado de Su propia vida perfecta y sin pecado (Hebreos 4:15), que salvó completamente a la humanidad de sus pecados (Hebreos 7:25), y los cambió desde adentro hacia afuera (Hebreos 8:10).
Otro punto que se destaca aquí es que la sangre animal nunca puede expiar completamente el pecado humano; solo la sangre de un hombre puede hacer eso, y esto es exactamente lo que Jesús nos proporciona.
Los siguientes versículos enfatizarán y ampliarán la diferencia que existe entre la sangre de sacrificio de animales y la de Jesús. El énfasis anterior se puso en las limitaciones que esos sacrificios de animales tenían de por sí; a medida que este pasaje continúe, el énfasis se pondrá en cómo la sangre de Cristo posee un poder mucho mayor que la de cualquier otro animal.