¿Qué significa Hebreos 9:24?
Este versículo resume un punto clave del capítulo 9. El templo terrenal construido por Moisés era un lugar físico, lleno de objetos físicos y utilizado como centro para rituales físicos. Estos rituales eran necesarios e importantes, pero no podían salvar completamente a la humanidad de sus pecados. Más bien, Dios siempre los consideró como una réplica del nuevo pacto: un reflejo del método "real" que Dios tenía la intención de usar para alcanzar nuestra redención final.Los lugares santos a los que se hace referencia aquí son los del templo que Dios le ordenó a Moisés que construyera. Estos representaban una barrera entre Dios y las personas, ya que solo ciertas personas podían entrar (Hebreos 9:6–8). Los sacrificios que se ofrecían allí representaban la debilidad del sacrificio de animales, ya que solo podían expiar el pecado de forma temporal y parcial. Todo lo que se hace con las manos, o lo que se logra con manos humanas, es inherentemente temporal y limitado.
Cristo, en contraste, sirve como nuestro sumo sacerdote en los lugares santos "reales", en el cielo, en lugar de aquí en la tierra. Tal y como explicarán los próximos versículos, este sacrificio perfecto no solo ocurre en un lugar mejor, sino que tiene un poder mayor. Jesús solo tuvo que morir una vez, por todos los pecados, en lugar de seguir la naturaleza limitada y repetida de los sacrificios de animales.