¿Qué significa Hebreos 9:27?
Este versículo representa un componente clave de la teología cristiana. En contraste con los sistemas religiosos que enseñan que el hombre renace constantemente o se desvanece en la nada, la Biblia es muy clara en cuanto a que todos los hombres experimentan una sola muerte permanente. Una vez que esto sucede, cada persona es responsable de sus propias acciones. Este versículo también, indirectamente, le recuerda al lector que el verdadero juicio por el pecado viene después de la muerte. Dios puede usar las circunstancias terrenales para demostrar Su voluntad, y de hecho lo hace. A veces, esto trae consecuencias negativas para el pecado. Sin embargo, en su mayor parte, la verdadera obra del juicio de Dios sobre el pecado ocurrirá después de que esta vida termine; en ese momento, cada persona será responsable de sus propias acciones.En el contexto de este pasaje, el escritor también hace hincapié sobre la muerte en sacrificio de Jesucristo. Tal y como ha mencionado recientemente, el sacrificio ofrecido por Jesús no es como el del antiguo pacto. Los sacrificios de animales debían ofrecerse repetidamente, ya que no podían expiar perfectamente el pecado. Cristo pudo ofrecer un único sacrificio permanente, "para siempre", que cubrió absolutamente el pago requerido para la salvación de la humanidad.
Los versículos 27 y 28 nos presentan la idea de que la primera aparición de Cristo, la cual condujo hacia Su muerte, tuvo el propósito de juzgar el pecado. El pecado fue juzgado en la cruz, a través del sacrificio de Jesucristo. Cuando Cristo regrese, en el futuro, Su llegada no tendrá el propósito de expiar el pecado. En cambio, el propósito será aplicar lo que ya se ha logrado y marcar el comienzo del juicio final (Tito 2:13). Así como la muerte conduce a las personas hacia el juicio, la muerte única de Cristo también nos conduce a nosotros hacia el juicio, no a Jesús.