¿Qué significa Hebreos 9:4?
El propósito de este conjunto de versículos es explicar el simbolismo de los objetos rituales del antiguo pacto. La descripción aquí es deliberadamente breve (Hebreos 9:5). Esto explica por qué el lenguaje del escritor parece un poco ambiguo incluso a la hora de especificar qué objetos iban dentro del templo. La familiaridad del escritor con el judaísmo, así como el comentario abierto sobre la falta de detalles, dejan claro que tales preocupaciones no venían al caso. Enumerar los objetos principales es el único objetivo que el autor tiene en mente, por ahora.Este versículo se refiere al "altar de oro para el incienso", y esta es una referencia que a menudo se confunde. Los comentaristas a menudo se preguntan si el autor de Hebreos pretende que esto signifique que este altar está en el Lugar Santo, o en el Lugar Santísimo, detrás de la segunda cortina. Primero, las Escrituras sugieren que se podrían haber usado más de un tipo de altar de incienso para varios propósitos (2 Crónicas 26:19; Ezequiel 8:11). En segundo lugar, este versículo usa el término griego echousa, que normalmente se refiere a la propiedad, no a la ubicación.
La información combinada que se da en los versículos que van desde el 1 al 5 está claramente destinada a ser breve, general y no está destinada a ser un análisis profundo. La idea aquí es hacer referencia a los diversos objetos que se usan en el antiguo pacto, para contrastarlos con el ministerio de Jesucristo.
El altar del incienso era el lugar donde se colocaban las brasas que se usaban para quemar incienso que estaba especialmente diseñado para usarse en el templo (Éxodo 30:34–35). El sumo sacerdote llevaba este material detrás del velo anualmente como parte del Día de la Expiación (Levítico 16:12–14).
El arca del pacto era la caja ornamentada que se usaba para guardar la Ley que fue escrita en tablas de piedra en el interior (Éxodo 25:10–22). Esas son las "tablas del pacto" de las que se hace mención aquí. La parte superior de este cofre tenía estatuas de dos querubines, ángeles, cuyas alas se extendían hacia adelante sobre la parte superior. Este era el "propiciatorio" donde se rociaba sangre como parte de los sacrificios continuos de Israel.
También dentro del arca había un recipiente con maná, el extraño (desconocido) alimento que Dios le ofreció a Israel durante su tiempo en el desierto (Éxodo 16:32).
La vara de Aarón también se guardaba allí (Números 17:10). Dios le ofreció esta vara a Aarón en respuesta a una rebelión del pueblo de Israel. Cuando la gente desafió el derecho de la familia de Aarón a ser los herederos del sacerdocio, se le pidió a cada tribu que trajera un bastón con el nombre de su líder escrito en él. A la vara de Aarón, y sólo a la suya, le brotaron milagrosamente hojas, flores y almendras, lo que confirmaba que Dios había elegido a Aarón y a su tribu para encargarse del sacerdocio (Números 17:1–9).
