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Capítulo
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Verso
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11
12
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Hechos capitulo 1
La Biblia de las Américas
1
El primer relato que escribí, Teófilo,
trató
de todo lo que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
2
hasta el día en que fue recibido arriba, después de que por el Espíritu Santo había dado instrucciones a los apóstoles que había escogido.
3
A éstos también, después de su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles de lo concerniente al reino de Dios.
4
Y reuniéndolos, les mandó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre : La cual,
les dijo
, oísteis de mí;
5
pues Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días.
6
Entonces los que estaban reunidos, le preguntaban, diciendo: Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel?
7
Y
El les dijo: No os corresponde a vosotros saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con su propia autoridad ;
8
pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros ; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
9
Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos miraban, y una nube le recibió
y le ocultó
de sus ojos.
10
Y estando mirando fijamente al cielo mientras El ascendía, aconteció que se presentaron junto a ellos dos varones en vestiduras blancas,
11
que
les
dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este
mismo
Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo.
12
Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo.
13
Cuando hubieron entrado
en la ciudad
, subieron al aposento alto donde estaban hospedados, Pedro, Juan, Jacobo y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo
hijo
de Alfeo, Simón el Zelote y Judas,
hijo
de Jacobo.
14
Todos éstos estaban unánimes, entregados de continuo a la oración junto con las mujeres, y
con
María la madre de Jesús, y con los hermanos de El.
15
Por aquel tiempo Pedro se puso de pie en medio de los hermanos (un grupo como de ciento veinte personas estaba reunido allí), y dijo:
16
Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura
en
que por boca de David el Espíritu Santo predijo acerca de Judas, el que se hizo guía de los que prendieron a Jesús.
17
Porque era contado entre nosotros y recibió parte en este ministerio.
18
(Este, pues, con el precio de su infamia adquirió un terreno, y cayendo de cabeza se reventó por el medio, y todas sus entrañas se derramaron.
19
Y
esto
llegó al conocimiento de todos los que habitaban en Jerusalén, de manera que aquel terreno se llamó en su propia lengua Acéldama, es decir, campo de sangre.)
20
Pues en el libro de los Salmos está escrito: QUE SEA HECHA DESIERTA SU MORADA, Y NO HAYA QUIEN HABITE EN ELLA ; y: QUE OTRO TOME SU CARGO.
21
Por tanto, es necesario que de los hombres que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros,
22
comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea constituido testigo con nosotros de su resurrección.
23
Presentaron a dos: a José, llamado Barsabás (al que también llamaban Justo) y a Matías.
24
Y habiendo orado, dijeron: Tú, Señor, que conoces el corazón de todos, muéstra
nos
a cuál de estos dos has escogido
25
para ocupar este ministerio y apostolado, del cual Judas se desvió para irse al lugar que le correspondía.
26
Echaron suertes y la suerte cayó sobre Matías, y fue contado con los once apóstoles.
Nueva Biblia de las Américas
1
En el primer relato, estimado Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
2
hasta el día en que fue recibido arriba
en el cielo
, después de que por el Espíritu Santo El había dado instrucciones a los apóstoles que había escogido.
3
A éstos también, después de Su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles de lo relacionado con el reino de Dios.
4
Y reuniéndolos, les mandó que no salieran de Jerusalén (Ciudad de Paz), sino que esperaran la promesa del Padre: “La cual,”
les dijo
, “oyeron de Mí;
5
porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días.”
6
Entonces los que estaban reunidos, Le preguntaban: “Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel?”
7
Jesús les contestó: “No les corresponde a ustedes saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con Su propia autoridad;
8
pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.”
9
Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos miraban, y una nube Lo recibió
y Lo ocultó
de sus ojos.
10
Mientras Jesús ascendía, estando ellos mirando fijamente al cielo, se les presentaron dos hombres en vestiduras blancas,
11
que
les
dijeron: “Varones Galileos, ¿por qué están mirando al cielo? Este
mismo
Jesús, que ha sido tomado de ustedes al cielo, vendrá de la misma manera, tal como Lo han visto ir al cielo.”
12
Entonces los discípulos regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo (1.2 km).
13
Cuando hubieron entrado
en la ciudad
, subieron al aposento alto donde estaban hospedados, Pedro, Juan, Jacobo (hermano de Juan) y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo
hijo
de Alfeo, Simón el Zelote y Judas,
hijo
de Jacobo.
14
Todos éstos estaban unánimes, entregados de continuo a la oración junto con las mujeres, y
con
María la madre de Jesús, y con Sus hermanos.
15
Por este tiempo, un grupo como de ciento veinte personas estaba reunido allí, y Pedro se puso de pie en medio de los hermanos, y dijo:
16
“Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura
en
que por boca de David el Espíritu Santo predijo acerca de Judas (Iscariote), el que se hizo guía de los que prendieron a Jesús.
17
Porque Judas era contado entre nosotros y recibió parte en este ministerio.”
18
Este, pues, con el precio de su terrible infamia (iniquidad) adquirió un terreno, y cayendo de cabeza se reventó por el medio, y todas sus entrañas se derramaron.
19
Esto
llegó al conocimiento de todos los que habitaban en Jerusalén, de manera que aquel terreno se llamó en su propia lengua Acéldama, es decir, campo de sangre.
20
Pues en el Libro de los Salmos está escrito: “QUE SEA HECHA DESIERTA SU MORADA, Y NO HAYA QUIEN HABITE EN ELLA; Y: QUE OTRO TOME SU CARGO.”
21
Por tanto, es necesario que de los hombres que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros,
22
comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día en que de entre nosotros Jesús fue recibido arriba
al cielo
, uno sea constituido testigo con nosotros de Su resurrección.”
23
Presentaron a dos: a José, llamado Barsabás, al que también llamaban Justo, y a Matías.
24
Después de orar, dijeron: “Tú, Señor, que conoces el corazón de todos, muéstra
nos
a cuál de estos dos has escogido
25
para ocupar (tomar el lugar de) este ministerio y apostolado, del cual Judas se desvió para irse al lugar que le correspondía.”
26
Echaron suertes y la suerte cayó sobre Matías, y fue contado (escogido) con los once apóstoles.
Nueva Versión Internacional
1
Estimado Teófilo, en mi primer libro me referí a todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar
2
hasta el día en que fue llevado al cielo, luego de darles instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido.
3
Después de padecer la muerte, se les presentó dándoles muchas pruebas convincentes de que estaba vivo. Durante cuarenta días se les apareció y les habló acerca del reino de Dios.
4
Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: ?No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre, de la cual les he hablado:
5
Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.
6
Entonces los que estaban reunidos con él le preguntaron: ?Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el reino a Israel?
7
?No les toca a ustedes conocer la hora ni el momento determinados por la autoridad misma del Padre —les contestó Jesús—.
8
Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
9
Habiendo dicho esto, mientras ellos lo miraban, fue llevado a las alturas hasta que una nube lo ocultó de su vista.
10
Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repente, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
11
?Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse.
12
Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, situado aproximadamente a un kilómetro de la ciudad.
13
Cuando llegaron, subieron al lugar donde se alojaban. Estaban allí Pedro, Juan, Jacobo, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hijo de Jacobo.
14
Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María.
15
Por aquellos días Pedro se puso de pie en medio de los creyentes, que eran un grupo como de ciento veinte personas,
16
y les dijo: «Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura que, por boca de David, había predicho el Espíritu Santo en cuanto a Judas, el que sirvió de guía a los que arrestaron a Jesús.
17
Judas se contaba entre los nuestros y participaba en nuestro ministerio.
18
(Con el dinero que obtuvo por su crimen, Judas compró un terreno; allí cayó de cabeza, se reventó, y se le salieron las vísceras.
19
Todos en Jerusalén se enteraron de ello, así que aquel terreno fue llamado Acéldama, que en su propio idioma quiere decir “Campo de Sangre”).
20
»Porque en el libro de los Salmos —continuó Pedro— está escrito: »“Que su lugar quede desierto, y que nadie lo habite”. También está escrito: »“Que otro se haga cargo de su oficio”.
21
21-22
Por tanto, es preciso que se una a nosotros un testigo de la resurrección, uno de los que nos acompañaban todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros, desde que Juan bautizaba hasta el día en que Jesús fue llevado de entre nosotros».
22
23
Así que propusieron a dos: a José, llamado Barsabás, apodado el Justo, y a Matías.
24
Y oraron así: «Señor, tú que conoces el corazón de todos, muéstranos a cuál de estos dos has elegido
25
para que se haga cargo del servicio apostólico que Judas dejó para irse al lugar que le correspondía».
26
Luego echaron suertes y la elección recayó en Matías; así que él fue reconocido junto con los once apóstoles.
Reina-Valera 1960
1
En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
2
hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido;
3
a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.
4
Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.
5
Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
6
Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
7
Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;
8
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
9
Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
10
Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,
11
los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
12
Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo.
13
Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo.
14
Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
15
En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo:
16
Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús,
17
y era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio.
18
Éste, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron.
19
Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre.
20
Porque está escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su habitación, Y no haya quien more en ella; y: Tome otro su oficio.
21
Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros,
22
comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección.
23
Y señalaron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías.
24
Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido,
25
para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar.
26
Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.
Biblia del Jubileo
1
Primero hemos hablado, oh Teófilo, de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
2
Hasta el día en que, habiendo dado mandamientos por
el
Espíritu Santo a los apóstoles que escogió, fue recibido arriba;
3
a los cuales, después de haber padecido, se presentó vivo en muchas pruebas, apareciéndoles por cuarenta días, y hablándoles del Reino de Dios.
4
Y juntándolos, les mandó que no se fuesen de Jerusalén, sino que esperasen la Promesa del Padre, que oísteis, dijo, de mí.
5
Porque Juan a la verdad bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados en
el
Espíritu Santo, no muchos días después de éstos.
6
Entonces los que se habían juntado le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restituirás el Reino a Israel en este tiempo?
7
Y les dijo: No es vuestro saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad;
8
mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, y en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra.
9
Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado; y una nube le recibió y
le
quitó de sus ojos.
10
Y estando
ellos
con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él iba, he aquí dos varones se pusieron junto a ellos en vestidos blancos;
11
los cuales también
les
dijeron: Varones galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
12
Entonces se volvieron a Jerusalén del monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén camino de un sábado.
13
Y entrados, subieron al aposento alto, donde estaban Pedro y Jacobo, y Juan y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo
hijo
de Alfeo, y Simón Zelote, y Judas
hermano
de Jacobo.
14
Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
15
Y en aquellos días, Pedro, levantándose en medio de los discípulos, dijo (y era el número de los nombres como de ciento veinte):
16
Varones hermanos, convino que se cumpliese la Escritura, la cual dijo antes el Espíritu Santo por la boca de David,
acerca
de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús;
17
el cual era contado con nosotros, y tenía suerte
o herencia
en este ministerio.
18
Este, pues, adquirió un campo con el salario de
su
iniquidad, y colgándose,
se
reventó por medio, y todas sus entrañas se derramaron.
19
Y fue notorio a todos los moradores de Jerusalén; de tal manera que aquel campo es llamado en su propia lengua, Acéldama, que es, Campo de sangre.
20
Porque está escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su habitación, y no haya quien more en ella; y: Tome otro su oficio.
21
Conviene, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo
en
que el Señor Jesús entró y salió entre nosotros,
22
comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día que fue recibido arriba de
entre
nosotros, uno sea hecho testigo con nosotros de su resurrección.
23
Y señalaron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre el Justo, y a Matías.
24
Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál escoges de estos dos,
25
para que tome la suerte
(o herencia)
de este ministerio y del apostolado, del cual
se
rebeló Judas, por irse a su lugar.
26
Y les echaron suertes, y cayó la suerte sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.
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Resumen del libro
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