Hechos capitulo 7
La Biblia de las Américas
2Y él dijo: Escuchadme, hermanos y padres. El Dios de gloria apareció a nuestro padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes que habitara en Harán, 3y le dijo: “SAL DE TU TIERRA Y DE TU PARENTELA, Y VE A LA TIERRA QUE YO TE MOSTRARE.” 4Entonces él salió de la tierra de los caldeos y se radicó en Harán. Y de allí, después de la muerte de su padre, Dios lo trasladó a esta tierra en la cual ahora vosotros habitáis. 5No le dio en ella heredad, ni siquiera la medida de la planta del pie, y sin embargo, aunque no tenía hijo, prometió que SE LA DARIA EN POSESION A EL Y A SU DESCENDENCIA DESPUES DE EL. 6Y Dios dijo así: “ Que SUS DESCENDIENTES SERIAN EXTRANJEROS EN UNA TIERRA EXTRAÑA, Y QUE SERIAN ESCLAVIZADOS Y MALTRATADOS POR CUATROCIENTOS AÑOS. 7“PERO YO MISMO JUZGARE A CUALQUIER NACION DE LA CUAL SEAN ESCLAVOS” — dijo Dios — “Y DESPUES DE ESO SALDRAN Y ME SERVIRAN EN ESTE LUGAR.” 8Y Dios le dio el pacto de la circuncisión ; y así Abraham vino a ser el padre de Isaac, y lo circuncidó al octavo día ; e Isaac vino a ser el padre de Jacob, y Jacob de los doce patriarcas.
9Y los patriarcas tuvieron envidia de José y lo vendieron para Egipto. Pero Dios estaba con él, 10y lo rescató de todas sus aflicciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón, rey de Egipto, y éste lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.
11Entonces vino hambre sobre todo Egipto y Canaán, y con ella gran aflicción; y nuestros padres no hallaban alimentos. 12Pero cuando Jacob supo que había grano en Egipto, envió a nuestros padres allá la primera vez. 13En la segunda visita, José se dio a conocer a sus hermanos, y conoció Faraón el linaje de José. 14Y José, enviando mensaje, mandó llamar a Jacob su padre y a toda su parentela, en total setenta y cinco personas. 15Y Jacob descendió a Egipto, y allí murió él y también nuestros padres. 16Y de allí fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que por una suma de dinero había comprado Abraham a los hijos de Hamor en Siquem.
17Pero a medida que se acercaba el tiempo de la promesa que Dios había confirmado a Abraham, el pueblo crecía y se multiplicaba en Egipto, 18hasta que SURGIO OTRO REY EN EGIPTO QUE NO SABIA NADA DE JOSE. 19Este rey, obrando con astucia contra nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres, a fin de que expusieran a la muerte a sus niños para que no vivieran. 20Fue por ese tiempo que Moisés nació. Era hermoso a la vista de Dios, y fue criado por tres meses en la casa de su padre. 21Después de ser abandonado para morir, la hija de Faraón se lo llevó y lo crió como su propio hijo. 22Y Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y era un hombre poderoso en palabras y en hechos. 23Pero cuando iba a cumplir la edad de cuarenta años, sintió en su corazón el deseo de visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. 24Y al ver que uno de ellos era tratado injustamente, lo defendió y vengó al oprimido matando al egipcio. 25Pensaba que sus hermanos entendían que Dios les estaba dando libertad por medio de él, pero ellos no entendieron. 26Al día siguiente se les presentó, cuando dos de ellos reñían, y trató de poner paz entre ellos, diciendo: “Varones, vosotros sois hermanos, ¿por qué os herís el uno al otro ?” 27Pero el que estaba hiriendo a su prójimo lo empujó, diciendo: “¿QUIEN TE HA PUESTO POR GOBERNANTE Y JUEZ SOBRE NOSOTROS ? 28“¿ACASO QUIERES MATARME COMO MATASTE AYER AL EGIPCIO ?” 29Al oír estas palabras, MOISES HUYO Y SE CONVIRTIO EN EXTRANJERO EN LA TIERRA DE MADIAN, donde fue padre de dos hijos.
30Y pasados cuarenta años, SE LE APARECIO UN ANGEL EN EL DESIERTO DEL MONTE Sinaí, EN LA LLAMA DE UNA ZARZA QUE ARDIA. 31Al ver esto, Moisés se maravillaba de la visión, y al acercarse para ver mejor, vino a él la voz del Señor: 32“YO SOY EL DIOS DE TUS PADRES, EL DIOS DE ABRAHAM, DE ISAAC, Y DE JACOB.” Moisés temblando, no se atrevía a mirar. 33PERO EL SEÑOR LE DIJO: “QUITATE LAS SANDALIAS DE LOS PIES, PORQUE EL LUGAR DONDE ESTAS ES TIERRA SANTA. 34“CIERTAMENTE HE VISTO LA OPRESION DE MI PUEBLO EN EGIPTO Y HE OIDO SUS GEMIDOS, Y HE DESCENDIDO PARA LIBRARLOS ; VEN AHORA Y TE ENVIARE A EGIPTO.”
35Este Moisés, a quien ellos rechazaron, diciendo: “¿QUIEN TE HA PUESTO POR GOBERNANTE Y JUEZ ?” es el mismo que Dios envió para ser gobernante y libertador con la ayuda del ángel que se le apareció en la zarza. 36Este hombre los sacó, haciendo prodigios y señales en la tierra de Egipto, en el mar Rojo y en el desierto por cuarenta años. 37Este es el mismo Moisés que dijo a los hijos de Israel: “DIOS OS LEVANTARA UN PROFETA COMO YO DE ENTRE VUESTROS HERMANOS.” 38Este es el que estaba en la congregación en el desierto junto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y el que recibió palabras de vida para transmitirlas a vosotros; 39al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que lo repudiaron, y en sus corazones regresaron a Egipto, 40DICIENDO A AARON: “HAZNOS DIOSES QUE VAYAN DELANTE DE NOSOTROS, PORQUE A ESTE MOISES QUE NOS SACO DE LA TIERRA DE EGIPTO, NO SABEMOS LO QUE LE HAYA PASADO.” 41En aquellos días hicieron un becerro y ofrecieron sacrificio al ídolo, y se regocijaban en las obras de sus manos. 42Pero Dios se apartó de ellos y los entregó para que sirvieran al ejército del cielo, como está escrito en el libro de los profetas: ¿ ACASO FUE A MI A QUIEN OFRECISTEIS VICTIMAS Y SACRIFICIOS EN EL DESIERTO POR CUARENTA AÑOS, CASA DE ISRAEL? 43TAMBIEN LLEVASTEIS EL TABERNACULO DE MOLOC, Y LA ESTRELLA DEL DIOS RENFAN, LAS IMAGENES QUE HICISTEIS PARA ADORARLAS. YO TAMBIEN OS DEPORTARE MAS ALLA DE BABILONIA.
44Nuestros padres tuvieron el tabernáculo del testimonio en el desierto, tal como le había ordenado que lo hiciera Aquél que habló a Moisés, conforme al modelo que había visto. 45A su vez, habiéndolo recibido, nuestros padres lo introdujeron con Josué al tomar posesión de las naciones que Dios arrojó de delante de nuestros padres, hasta los días de David. 46Y David halló gracia delante de Dios, y pidió el favor de hallar una morada para el Dios de Jacob. 47Pero fue Salomón quien le edificó una casa. 48Sin embargo, el Altísimo no habita en casas hechas por manos de hombres; como dice el profeta:
49 EL CIELO ES MI TRONO, Y LA TIERRA EL ESTRADO DE MIS PIES; ¿QUE CASA ME EDIFICAREIS? — dice el Señor — ¿O CUAL ES EL LUGAR DE MI REPOSO? 50¿NO FUE MI MANO LA QUE HIZO TODAS ESTAS COSAS?
51Vosotros, que sois duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos, resistís siempre al Espíritu Santo; como hicieron vuestros padres, así también hacéis vosotros. 52¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres ? Ellos mataron a los que antes habían anunciado la venida del Justo, del cual ahora vosotros os hicisteis traidores y asesinos ; 53vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles y sin embargo no la guardasteis.
54Al oír esto, se sintieron profundamente ofendidos, y crujían los dientes contra él. 55Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios ; 56y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios. 57Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos arremetieron a una contra él. 58Y echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearle ; y los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo. 59Y mientras apedreaban a Esteban, él invocaba al Señor y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60Y cayendo de rodillas, clamó en alta voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Habiendo dicho esto, durmió.
Nueva Biblia de las Américas
2Esteban respondió: “Escúchenme, hermanos y padres. El Dios de gloria apareció a nuestro padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes que habitara en Harán, 3y le dijo: ‘SAL DE TU TIERRA Y DE TU FAMILIA, Y VE A LA TIERRA QUE YO TE MOSTRARE.’
4“Entonces Abraham salió de la tierra de los Caldeos y se estableció en Harán. Y de allí, después de la muerte de su padre, Dios lo trasladó a esta tierra en la cual ahora ustedes habitan. 5No le dio en ella heredad, ni siquiera la medida de la planta del pie, y sin embargo, aunque no tenía hijo, prometió que SE LA DARIA EN POSESION A EL Y A SU DESCENDENCIA DESPUES DE EL. 6Y Dios dijo así: ‘Que SUS DESCENDIENTES SERIAN EXTRANJEROS EN UNA TIERRA EXTRAÑA, Y QUE SERIAN ESCLAVIZADOS Y MALTRATADOS POR 400 AÑOS. 7‘PERO YO MISMO JUZGARE A CUALQUIER NACION DE LA CUAL SEAN ESCLAVOS,’ dijo Dios ‘Y DESPUES DE ESO SALDRAN Y ME SERVIRAN (ADORARAN) EN ESTE LUGAR.’ 8Dios le dio el pacto de la circuncisión; y así Abraham vino a ser el padre de Isaac, y lo circuncidó al octavo día; e Isaac vino a ser el padre de Jacob, y Jacob de los doce patriarcas.
9“Los patriarcas tuvieron envidia de José y lo vendieron para Egipto. Pero Dios estaba con él, 10y lo rescató de todas sus aflicciones. Le dio gracia y sabiduría delante de Faraón, rey de Egipto, y éste lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.
11“Entonces vino hambre sobre todo Egipto y Canaán, y con ella gran aflicción, y nuestros padres (antepasados) no hallaban alimentos. 12Pero cuando Jacob supo que había grano en Egipto, envió a nuestros padres allá la primera vez. 13En la segunda visita, José se dio a conocer a sus hermanos, y conoció Faraón la familia de José. 14José, enviando mensaje, mandó llamar a Jacob su padre y a toda su familia, en total setenta y cinco personas.
15“Y Jacob descendió a Egipto, y allí murió él y también nuestros padres. 16De allí fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que por una suma de dinero había comprado Abraham a los hijos de Hamor en Siquem.
17“Pero a medida que se acercaba el tiempo de la promesa que Dios había confirmado a Abraham, el pueblo crecía y se multiplicaba en Egipto, 18hasta que SURGIO OTRO REY EN EGIPTO QUE NO SABIA NADA DE JOSE. 19Este rey, obrando con astucia contra nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres, a fin de que expusieran a la muerte a sus niños para que no vivieran.
20“Fue por ese tiempo que Moisés nació. Era hermoso a la vista de Dios, y fue criado por tres meses en la casa de su padre. 21Después de ser abandonado para morir, la hija de Faraón se lo llevó y lo crió como su propio hijo. 22Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los Egipcios, y era un hombre poderoso en palabras y en hechos.
23Pero cuando iba a cumplir la edad de cuarenta años, sintió en su corazón el deseo de visitar a sus hermanos, los Israelitas. 24Al ver que uno de ellos era tratado injustamente, lo defendió y vengó al oprimido, matando al Egipcio. 25Pensaba que sus hermanos entendían que Dios les estaba dando libertad (salvación) por medio de él, pero ellos no entendieron.
26“Al día siguiente se les presentó, cuando dos de ellos reñían, y trató de poner paz entre ellos, diciendo: ‘Varones, ustedes son hermanos, ¿por qué se hieren el uno al otro?’ 27Pero el que estaba hiriendo a su prójimo lo empujó, diciendo: ‘¿QUIEN TE HA PUESTO POR GOBERNANTE Y JUEZ SOBRE NOSOTROS? 28¿ACASO QUIERES MATARME COMO MATASTE AYER AL EGIPCIO?’ 29Al oír estas palabras, MOISES HUYO Y SE CONVIRTIO EN EXTRANJERO EN LA TIERRA DE MADIAN, donde fue padre de dos hijos.
30“Pasados cuarenta años, SE LE APARECIO UN ANGEL EN EL DESIERTO DEL MONTE Sinaí, EN LA LLAMA DE UNA ZARZA QUE ARDIA. 31Al ver esto, Moisés se maravillaba de la visión, y al acercarse para ver mejor, vino a él la voz del Señor: 32‘YO SOY EL DIOS DE TUS PADRES, EL DIOS DE ABRAHAM, DE ISAAC, Y DE JACOB.’ Moisés temblando, no se atrevía a mirar.
33“PERO EL SEÑOR LE DIJO: ‘QUITATE LAS SANDALIAS DE LOS PIES, PORQUE EL LUGAR DONDE ESTAS ES TIERRA SANTA. 34CIERTAMENTE HE VISTO LA OPRESION DE MI PUEBLO EN EGIPTO Y HE OIDO SUS GEMIDOS, Y HE DESCENDIDO PARA LIBRARLOS; VEN AHORA Y TE ENVIARE A EGIPTO.’
35Este Moisés, a quien ellos rechazaron, diciendo: ‘¿QUIEN TE HA PUESTO POR GOBERNANTE Y JUEZ?’ es el mismo que Dios envió para ser gobernante y libertador con la ayuda del ángel que se le apareció en la zarza. 36Este hombre los sacó, haciendo prodigios y señales (milagros) en la tierra de Egipto, en el Mar Rojo y en el desierto por cuarenta años.
37“Este es el mismo Moisés que dijo a los Israelitas: ‘DIOS LES LEVANTARA UN PROFETA COMO YO DE ENTRE SUS HERMANOS.’ 38Este es el que estaba en la congregación en el desierto junto con el ángel que le hablaba en el Monte Sinaí, y con nuestros padres, y el que recibió palabras de vida (oráculos divinos) para transmitirlas a ustedes, 39al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que lo repudiaron, y en sus corazones desearon regresar a Egipto, 40DICIENDO A AARON: ‘HAZNOS DIOSES QUE VAYAN DELANTE DE NOSOTROS, PORQUE A ESTE MOISES QUE NOS SACO DE LA TIERRA DE EGIPTO, NO SABEMOS LO QUE LE HAYA PASADO.’
41“En aquellos días hicieron un becerro y ofrecieron sacrificio al ídolo, y se regocijaban en las obras de sus manos. 42Pero Dios se apartó de ellos y los entregó para que sirvieran (adoraran) al ejército del cielo (los cuerpos celestes), como está escrito en el libro de los profetas: ‘¿ACASO FUE A MI A QUIEN OFRECIERON VICTIMAS Y SACRIFICIOS EN EL DESIERTO POR CUARENTA AÑOS, CASA DE ISRAEL? 43TAMBIEN LLEVARON EL TABERNACULO DE MOLOC, Y LA ESTRELLA DEL DIOS RENFAN, LAS IMAGENES QUE HICIERON PARA ADORARLAS. YO TAMBIEN LOS DEPORTARE MAS ALLA DE BABILONIA.’
44“Nuestros padres tuvieron el tabernáculo del testimonio en el desierto, tal como le había ordenado que lo hiciera el que habló a Moisés, conforme al modelo que había visto. 45A su vez, habiéndolo recibido, nuestros padres lo introdujeron con Josué al tomar posesión de las naciones (los Gentiles) que Dios arrojó de delante de nuestros padres, hasta los días de David. 46Y David halló gracia delante de Dios, y pidió el favor de hallar una morada para el Dios de Jacob. 47Pero fue Salomón quien Le edificó una casa.
49 ‘EL CIELO ES MI TRONO, Y LA TIERRA EL ESTRADO DE MIS PIES; ¿QUE CASA ME EDIFICARAN?’ dice el Señor, ‘¿O CUAL ES EL LUGAR DE MI REPOSO? 50¿NO FUE MI MANO LA QUE HIZO TODAS ESTAS COSAS?’
51“Ustedes, que son tercos e incircuncisos de corazón y de oídos, resisten siempre al Espíritu Santo; como hicieron sus padres, así hacen también ustedes. 52¿A cuál de los profetas no persiguieron sus padres? Ellos mataron a los que antes habían anunciado la venida del Justo, del cual ahora ustedes se hicieron traidores y asesinos; 53ustedes que recibieron la ley por disposición de ángeles y sin embargo no la guardaron.”
54Al oír esto, se sintieron profundamente ofendidos, y crujían los dientes contra él. 55Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios; 56y dijo: “Veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios.”
57Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos se lanzaron a una contra él. 58Echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearlo; y los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo (Pablo). 59Y mientras lo apedreaban, Esteban invocaba al Señor y decía: “Señor Jesús, recibe mi espíritu.”
Nueva Versión Internacional
2Él contestó: ?Hermanos y padres, ¡escúchenme! El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abraham cuando este aún vivía en Mesopotamia, antes de radicarse en Jarán. 3“Deja tu tierra y a tus parientes —le dijo Dios—, y ve a la tierra que yo te mostraré”.
4»Entonces salió de la tierra de los caldeos y se estableció en Jarán. Desde allí, después de la muerte de su padre, Dios lo trasladó a esta tierra donde ustedes viven ahora. 5No le dio herencia alguna en ella, ni siquiera dónde plantar el pie, pero le prometió dársela en posesión a él y a su descendencia, aunque Abraham no tenía ni un solo hijo todavía. 6Dios le dijo así: “Tus descendientes vivirán como extranjeros en tierra extraña, donde serán esclavizados y maltratados durante cuatrocientos años. 7Pero, sea cual sea la nación que los esclavice, yo la castigaré, y luego tus descendientes saldrán de esa tierra y me adorarán en este lugar”. 8Hizo con Abraham el pacto que tenía por señal la circuncisión. Así, cuando Abraham tuvo a su hijo Isaac, lo circuncidó a los ocho días de nacido, e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas.
9»Por envidia los patriarcas vendieron a José como esclavo, quien fue llevado a Egipto; pero Dios estaba con él 10y lo libró de todas sus desgracias. Le dio sabiduría para ganarse el favor del faraón, rey de Egipto, que lo nombró gobernador del país y del palacio real.
11»Hubo entonces un hambre que azotó a todo Egipto y a Canaán, causando mucho sufrimiento, y nuestros antepasados no encontraban alimentos. 12Al enterarse Jacob de que había comida en Egipto, mandó allá a nuestros antepasados en una primera visita. 13En la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y el faraón supo del origen de José. 14Después de esto, José mandó llamar a su padre Jacob y a toda su familia, setenta y cinco personas en total. 15Bajó entonces Jacob a Egipto, y allí murieron él y nuestros antepasados. 16Sus restos fueron llevados a Siquén y puestos en el sepulcro que a buen precio Abraham había comprado a los hijos de Jamor en Siquén.
17»Cuando ya se acercaba el tiempo de que se cumpliera la promesa que Dios le había hecho a Abraham, el pueblo crecía y se multiplicaba en Egipto. 18Por aquel entonces subió al trono de Egipto un nuevo rey que no sabía nada de José. 19Este rey usó de artimañas con nuestro pueblo y oprimió a nuestros antepasados, obligándolos a dejar abandonados a sus hijos recién nacidos para que murieran.
20»En aquel tiempo nació Moisés, y fue agradable a los ojos de Dios. Por tres meses se crió en la casa de su padre 21y, al quedar abandonado, la hija del faraón lo adoptó y lo crió como a su propio hijo. 22Así Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y era poderoso en palabra y en obra.
23»Cuando cumplió cuarenta años, Moisés tuvo el deseo de allegarse a sus hermanos israelitas. 24Al ver que un egipcio maltrataba a uno de ellos, acudió en su defensa y lo vengó matando al egipcio. 25Moisés suponía que sus hermanos reconocerían que Dios iba a liberarlos por medio de él, pero ellos no lo comprendieron así. 26Al día siguiente, Moisés sorprendió a dos israelitas que estaban peleando. Trató de reconciliarlos, diciéndoles: “Señores, ustedes son hermanos; ¿por qué quieren hacerse daño?”
27»Pero el que estaba maltratando al otro empujó a Moisés y le dijo: “¿Y quién te nombró a ti gobernante y juez sobre nosotros? 28¿Acaso quieres matarme a mí, como mataste ayer al egipcio?” 29Al oír esto, Moisés huyó a Madián; allí vivió como extranjero y tuvo dos hijos.
30»Pasados cuarenta años, se le apareció un ángel en el desierto cercano al monte Sinaí, en las llamas de una zarza que ardía. 31Moisés se asombró de lo que veía. Al acercarse para observar, oyó la voz del Señor: 32“Yo soy el Dios de tus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”. Moisés se puso a temblar de miedo, y no se atrevía a mirar.
33»Le dijo el Señor: “Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa. 34Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse, así que he descendido para librarlos. Ahora ven y te enviaré de vuelta a Egipto”.
35»A este mismo Moisés, a quien habían rechazado diciéndole: “¿Y quién te nombró gobernante y juez?”, Dios lo envió para ser gobernante y libertador, mediante el poder del ángel que se le apareció en la zarza. 36Él los sacó de Egipto haciendo prodigios y señales milagrosas tanto en la tierra de Egipto como en el Mar Rojo, y en el desierto durante cuarenta años.
37»Este Moisés les dijo a los israelitas: “Dios hará surgir para ustedes, de entre sus propios hermanos, un profeta como yo”. 38Este mismo Moisés estuvo en la asamblea en el desierto, con el ángel que le habló en el monte Sinaí, y con nuestros antepasados. Fue también él quien recibió palabras de vida para comunicárnoslas a nosotros.
39»Nuestros antepasados no quisieron obedecerlo a él, sino que lo rechazaron. Lo que realmente deseaban era volver a Egipto, 40por lo cual le dijeron a Aarón: “Tienes que hacernos dioses que vayan delante de nosotros, porque a ese Moisés que nos sacó de Egipto, ¡no sabemos qué pudo haberle pasado!”
42Pero Dios les volvió la espalda y los entregó a que rindieran culto a los astros. Así está escrito en el libro de los profetas: »“Casa de Israel, ¿acaso me ofrecieron ustedes sacrificios y ofrendas durante los cuarenta años en el desierto? 43Por el contrario, ustedes se hicieron cargo del tabernáculo de Moloc, de la estrella del dios Refán, y de las imágenes que hicieron para adorarlas. Por lo tanto, los mandaré al exilio” más allá de Babilonia.
44»Nuestros antepasados tenían en el desierto el tabernáculo del testimonio, hecho como Dios le había ordenado a Moisés, según el modelo que este había visto. 45Después de haber recibido el tabernáculo, lo trajeron consigo bajo el mando de Josué, cuando conquistaron la tierra de las naciones que Dios expulsó de la presencia de ellos. Allí permaneció hasta el tiempo de David, 46quien disfrutó del favor de Dios y pidió que le permitiera proveer una morada para el Dios de Jacob. 47Pero fue Salomón quien construyó la casa.
48»Sin embargo, el Altísimo no habita en casas construidas por manos humanas. Como dice el profeta: 49»“El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué clase de casa me construirán? —dice el Señor—. ¿O qué lugar de descanso? 50¿No es mi mano la que ha hecho todas estas cosas?”
51»¡Tercos, duros de corazón y torpes de oídos! Ustedes son iguales que sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo! 52¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que de antemano anunciaron la venida del Justo, y ahora a este lo han traicionado y asesinado 53ustedes, que recibieron la ley promulgada por medio de ángeles y no la han obedecido».
54Al oír esto, rechinando los dientes montaron en cólera contra él. 55Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios.
Reina-Valera 1960
2Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán, 3y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré. 4Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora. 5Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aún no tenía hijo. 6Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. 7Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar. 8Y le dio el pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. 9Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él, 10y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa. 11Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos. 12Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez. 13Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faraón el linaje de José. 14Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas. 15Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él, y también nuestros padres; 16los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem.
17Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, 18hasta que se levantó en Egipto otro rey que no conocía a José. 19Este rey, usando de astucia con nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres, a fin de que expusiesen a la muerte a sus niños, para que no se propagasen. 20En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre. 21Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Faraón le recogió y le crió como a hijo suyo. 22Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras.
23Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. 24Y al ver a uno que era maltratado, lo defendió, e hiriendo al egipcio, vengó al oprimido. 25Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así. 26Y al día siguiente, se presentó a unos de ellos que reñían, y los ponía en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os maltratáis el uno al otro? 27Entonces el que maltrataba a su prójimo le rechazó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? 28¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al egipcio? 29Al oír esta palabra, Moisés huyó, y vivió como extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos.
30Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza. 31Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor: 32Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar. 33Y le dijo el Señor: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa. 34Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto.
35A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza. 36Éste los sacó, habiendo hecho prodigios y señales en tierra de Egipto, y en el Mar Rojo, y en el desierto por cuarenta años. 37Este Moisés es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis. 38Éste es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que darnos; 39al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto, 40cuando dijeron a Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. 41Entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron.
42Y Dios se apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificios En el desierto por cuarenta años, casa de Israel? 43Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc, Y la estrella de vuestro dios Renfán, Figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré, pues, más allá de Babilonia.
44Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese conforme al modelo que había visto. 45El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo introdujeron con Josué al tomar posesión de la tierra de los gentiles, a los cuales Dios arrojó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David. 46Éste halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob. 47Mas Salomón le edificó casa;
48si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta: 49El cielo es mi trono, Y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi reposo? 50¿No hizo mi mano todas estas cosas?
51¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. 52¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; 53vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.
54Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él. 55Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, 56y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. 57Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. 58Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. 59Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
Biblia del Jubileo
1El príncipe de los sacerdotes dijo entonces: ¿Es esto así? 2Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán, 3y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que te mostraré. 4Entonces salió de la tierra de los caldeos, y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, le traspasó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora; 5y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; mas le prometió que se la daría en posesión, y a su simiente después de él, no teniendo hijo. 6Y le habló Dios así: Que su simiente sería extranjera en tierra ajena, y que los sujetarían a servidumbre y maltratarían, por cuatrocientos años. 7Mas yo juzgaré, dijo Dios, los gentiles a los cuales serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar. 8Y le dio el Pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. 9Y los patriarcas, movidos de envidia, vendieron a José para Egipto; mas Dios era con él; 10y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría en la presencia de Faraón, rey de Egipto, el cual le puso por gobernador sobre Egipto, y sobre toda su casa. 11Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos. 12Y como oyese Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez. 13Y en la segunda, José fue conocido de sus hermanos, y fue sabido de Faraón el linaje de José. 14Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas. 15Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él y nuestros padres; 16los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que compró Abraham a precio de dinero de los hijos de Hamor de Siquem. 17Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, la cual Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, 18hasta que se levantó otro rey que no conocía a José. 19Este, usando de astucia con nuestro linaje, maltrató a nuestros padres, a fin de que pusiesen a peligro de muerte sus niños, para que cesase la generación. 20En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre. 21Mas siendo puesto al peligro, la hija de Faraón le tomó, y le crió por hijo. 22Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus dichos y hechos. 23Y como se le cumplió el tiempo de cuarenta años, subió en su corazón visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. 24Y como vio a uno que era injuriado, le defendió, e hiriendo al egipcio, vengó al injuriado. 25Pero él pensaba que sus hermanos entendían que Dios les había de dar salud por su mano; mas ellos no lo habían entendido. 26Y al día siguiente, riñendo ellos, se les mostró, y los ponía en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os injuriáis los unos a los otros? 27Entonces el que injuriaba a su prójimo, le rechazó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por príncipe y juez sobre nosotros? 28¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al egipcio? 29A esta palabra Moisés huyó, y se hizo extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos. 30Y cumplidos cuarenta años, el ángel del Señor le apareció en el desierto del monte de Sinaí, en fuego de llama de una zarza. 31Entonces Moisés mirando, se maravilló de la visión; y llegándose para considerar, fue hecha a él voz del Señor: 32Yo Soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, y Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Mas Moisés, temeroso, no osaba mirar. 33Y le dijo el Señor: Quita los zapatos de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa. 34He visto, he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído el gemido de ellos, y he descendido para librarlos. Ahora pues, ven, te enviaré a Egipto. 35A este Moisés, al cual habían rehusado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por príncipe y juez? A éste envió Dios por príncipe y redentor con la mano del ángel que le apareció en la zarza. 36Este los sacó, haciendo prodigios y milagros en la tierra de Egipto, y en el mar Bermejo, y en el desierto por cuarenta años. 37Este es el Moisés, el cual dijo a los hijos de Israel: Un profeta os levantará el Señor Dios vuestro de vuestros hermanos, como yo; a él oiréis. 38Este es aquel que estuvo en la iglesia en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte de Sinaí, y con nuestros padres; y recibió las palabras de vida para darnos; 39al cual nuestros padres no quisieron obedecer; antes le desecharon, y se apartaron de corazón a Egipto, 40diciendo a Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, que nos sacó de tierra de Egipto, no sabemos qué le ha acontecido. 41Y entonces hicieron el becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron. 42Y Dios se apartó, y los entregó que sirviesen al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Me ofrecisteis víctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años, Casa de Israel? 43Antes, trajisteis el tabernáculo de Moloc, y la estrella de vuestro dios Renfán; figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré pues, más allá de Babilonia. 44Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como les ordenó Dios, hablando a Moisés que lo hiciese según la forma que había visto. 45El cual recibido, metieron también nuestros padres con Jesús Josué en el Heb. en la posesión de los gentiles, que Dios echó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David; 46el cual halló gracia delante de Dios, y pidió de hallar tabernáculo para el Dios de Jacob. 47Mas Salomón le edificó casa. 48Si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como el profeta dice: 49El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis?, Dice el Señor; ¿o cuál es el lugar de mi reposo? 50¿No hizo mi mano todas estas cosas? 51Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. 52¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que antes anunciaron la venida del Justo, del cual vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; 53que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis. 54Y oyendo estas cosas, regañaban de sus corazones, y crujían los dientes contra él. 55Más él, estando lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesus que estaba a la diestra de Dios, 56y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. 57Entonces ellos dando grandes voces, se taparon sus oídos, y arremetieron unánimes contra él; 58y echándolo fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven que se llamaba Saulo. 59Y apedrearon a Esteban, invocando él y diciendo: Señor Jesus, recibe mi espíritu. 60Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les imputes este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió en el Señor.