Isaías capitulo 13
La Biblia de las Américas
2Levantad estandarte sobre la colina pelada, alzad a ellos la voz, agitad la mano para que entren por las puertas de los nobles. 3Yo he dado órdenes a mis consagrados, también he llamado a mis guerreros, a los que se regocijan de mi gloria, para ejecutar mi ira. 4Ruido de tumulto en los montes, como de mucha gente. Ruido de estruendo de reinos, de naciones reunidas. El SEÑOR de los ejércitos pasa revista al ejército para la batalla. 5Vienen de una tierra lejana, de los más lejanos horizontes, el SEÑOR y los instrumentos de su indignación, para destruir toda la tierra. 6Gemid, porque cerca está el día del SEÑOR ; vendrá como destrucción del Todopoderoso. 7Por tanto todas las manos se debilitarán, el corazón de todo hombre desfallecerá, 8y se aterrarán ; dolores y angustias se apoderarán de ellos, como mujer de parto se retorcerán ; se mirarán el uno al otro con asombro, rostros en llamas serán sus rostros. 9He aquí, el día del SEÑOR viene, cruel, con furia y ardiente ira, para convertir en desolación la tierra y exterminar de ella a sus pecadores. 10Pues las estrellas del cielo y sus constelaciones no destellarán su luz; se oscurecerá el sol al salir, y la luna no irradiará su luz. 11Castigaré al mundo por su maldad y a los impíos por su iniquidad ; también pondré fin a la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los despiadados. 12Haré al mortal más escaso que el oro puro, y a la humanidad más que el oro de Ofir. 13Por tanto, haré estremecer los cielos, y la tierra será removida de su lugar ante la furia del SEÑOR de los ejércitos, en el día de su ardiente ira. 14Y será como gacela perseguida, o como ovejas que nadie reúne ; cada uno volverá a su pueblo, y cada uno huirá a su tierra. 15Cualquiera que sea hallado será traspasado, y cualquiera que sea capturado caerá a espada. 16También sus pequeños serán estrellados delante de sus ojos ; serán saqueadas sus casas y violadas sus mujeres.
17He aquí, incitaré contra ellos a los medos, que no estiman la plata ni se deleitan en el oro ; 18con arcos barrerán a los jóvenes, no tendrán compasión del fruto del vientre, ni de los niños tendrán piedad sus ojos. 19Y Babilonia, hermosura de los reinos, gloria del orgullo de los caldeos, será como cuando Dios destruyó a Sodoma y a Gomorra ; 20nunca más será poblada ni habitada de generación en generación ; no pondrá tienda allí el árabe, ni los pastores harán descansar allí sus rebaños ; 21sino que allí descansarán los moradores del desierto, y llenas estarán sus casas de búhos ; también habitarán allí los avestruces, y allí brincarán las cabras peludas. 22Aullarán las hienas en sus torres fortificadas y los chacales en sus lujosos palacios. Está próximo a llegar su tiempo, y sus días no se prolongarán.
Nueva Biblia de las Américas
2Levanten estandarte sobre la colina pelada, Alcen a ellos la voz, Agiten la mano para que entren por las puertas de los nobles. 3Yo he dado órdenes a Mis consagrados, También he llamado a Mis guerreros, A los que se regocijan de Mi gloria, Para ejecutar Mi ira. 4¡Se oye ruido de tumulto en los montes, Como de mucha gente! ¡Ruido de estruendo de reinos, De naciones reunidas! El SEÑOR de los ejércitos pasa revista al ejército para la batalla. 5Vienen de una tierra lejana, De los más lejanos horizontes, El SEÑOR y los instrumentos de Su indignación, Para destruir toda la tierra. 6Giman, porque cerca está el día del SEÑOR; Vendrá como destrucción del Todopoderoso (Shaddai). 7Por tanto todas las manos se debilitarán, El corazón de todo hombre desfallecerá. 8Todos se aterrarán; Dolores y angustias se apoderarán de ellos, Como mujer de parto se retorcerán; Se mirarán el uno al otro con asombro, Rostros en llamas serán sus rostros. 9Miren, el día del SEÑOR viene, Cruel, con furia y ardiente ira, Para convertir en desolación la tierra Y exterminar de ella a sus pecadores. 10Pues las estrellas del cielo y sus constelaciones No destellarán su luz. Se oscurecerá el sol al salir, Y la luna no irradiará su luz. 11Castigaré al mundo por su maldad Y a los impíos por su iniquidad. También pondré fin a la arrogancia de los soberbios, Y abatiré el orgullo de los despiadados. 12Haré al mortal más escaso que el oro puro, Y a la humanidad más escasa que el oro de Ofir. 13Por tanto, haré estremecer los cielos, Y la tierra será removida de su lugar Ante la furia del SEÑOR de los ejércitos, En el día de Su ardiente ira. 14Y sucederá, que como gacela perseguida O como ovejas que nadie reúne, Cada uno volverá a su propio pueblo, Y cada uno huirá a su propia tierra. 15Cualquiera que sea hallado será traspasado, Y cualquiera que sea capturado caerá a espada. 16También sus pequeños serán estrellados Delante de sus ojos; Serán saqueadas sus casas Y violadas sus mujeres.
17Voy a provocar a los Medos contra ellos, Que no estiman la plata ni se deleitan en el oro. 18Con sus arcos barrerán a los jóvenes, No tendrán compasión ni aun del fruto del vientre, Tampoco de los niños tendrán piedad sus ojos. 19Y Babilonia, hermosura de los reinos, gloria del orgullo de los Caldeos, Será como cuando Dios destruyó a Sodoma y a Gomorra. 20Nunca más será poblada ni habitada de generación en generación. No pondrá tienda allí el Arabe, Ni los pastores harán descansar allí sus rebaños. 21Sino que allí descansarán los moradores del desierto, Y sus casas estarán llenas de búhos. También habitarán allí los avestruces, y allí brincarán las cabras peludas. 22En sus torres fortificadas aullarán las hienas Y en sus lujosos palacios los chacales. Está próximo a llegar su tiempo, Y sus días no se prolongarán.
Nueva Versión Internacional
1Profecía contra Babilonia que recibió Isaías hijo de Amoz: 2Sobre un monte pelado agiten la bandera; llamen a gritos a los soldados, háganles señas con la mano para que entren por las puertas de los nobles. 3Ya he dado orden a mis consagrados; he reclutado a mis valientes, a los que se alegran de mi triunfo, para que ejecuten mi castigo. 4¡Escuchen! Se oye tumulto en las montañas, como el de una gran multitud. ¡Escuchen! Se oye un estruendo de reinos, de naciones que se han reunido. El SEÑOR Todopoderoso pasa revista a un ejército para la batalla. 5Vienen de tierras lejanas, de los confines del horizonte. Viene el SEÑOR con las armas de su ira para destruir toda la tierra. 6¡Giman, que el día del SEÑOR está cerca! Llega de parte del Todopoderoso como una devastación. 7Por eso todas las manos desfallecen, todo el mundo pierde el ánimo. 8Quedan todos aterrados; dolores y angustias los atrapan: ¡se retuercen de dolor, como si estuvieran de parto! Espantados, se miran unos a otros; ¡tienen el rostro encendido! 9¡Miren! ¡Ya viene el día del SEÑOR —día cruel, de furor y ardiente ira—; convertirá en desolación la tierra y exterminará de ella a los pecadores! 10Las estrellas y las constelaciones del cielo dejarán de irradiar su luz; se oscurecerá el sol al salir y no brillará más la luna. 11Castigaré por su maldad al mundo, y por su iniquidad a los malvados. Pondré fin a la soberbia de los arrogantes y humillaré el orgullo de los violentos. 12Voy a hacer que haya menos gente que oro fino, menos mortales que oro de Ofir. 13Por eso haré que tiemble el cielo y que la tierra se mueva de su sitio, por el furor del SEÑOR Todopoderoso en el día de su ardiente ira. 14Como gacela acosada, como rebaño sin pastor, cada uno se volverá a su propio pueblo, cada cual huirá a su propia tierra. 15Al que atrapen lo traspasarán; el que caiga preso morirá a filo de espada. 16Ante sus propios ojos estrellarán a sus pequeños, saquearán sus casas y violarán a sus mujeres. 17¡Miren! Yo incito contra ellos a los medos, pueblo al que no le importa la plata ni se deleita en el oro. 18Con sus arcos traspasarán a los jóvenes; no se apiadarán del fruto del vientre ni tendrán compasión de los niños. 19Babilonia, la perla de los reinos, la gloria y el orgullo de los caldeos, quedará como Sodoma y Gomorra cuando Dios las destruyó. 20Nunca más volverá a ser habitada, ni poblada en los tiempos venideros. No volverá a acampar allí el beduino, ni hará el pastor descansar a su rebaño. 21Allí descansarán las fieras del desierto; sus casas se llenarán de búhos. Allí habitarán los avestruces y brincarán las cabras salvajes. 22En sus fortalezas aullarán las hienas, y en sus lujosos palacios, los chacales. Su hora está por llegar, y no se prolongarán sus días.
Reina-Valera 1960
2Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz a ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes. 3Yo mandé a mis consagrados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, a los que se alegran con mi gloria.
4Estruendo de multitud en los montes, como de mucho pueblo; estruendo de ruido de reinos, de naciones reunidas; Jehová de los ejércitos pasa revista a las tropas para la batalla. 5Vienen de lejana tierra, de lo postrero de los cielos, Jehová y los instrumentos de su ira, para destruir toda la tierra.
6Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso. 7Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de hombre, 8y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas.
9He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. 10Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor. 11Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes. 12Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre. 13Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira. 14Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra. 15Cualquiera que sea hallado será alanceado; y cualquiera que por ellos sea tomado, caerá a espada. 16Sus niños serán estrellados delante de ellos; sus casas serán saqueadas, y violadas sus mujeres. 17He aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no se ocuparán de la plata, ni codiciarán oro. 18Con arco tirarán a los niños, y no tendrán misericordia del fruto del vientre, ni su ojo perdonará a los hijos. 19Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios. 20Nunca más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación; ni levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada; 21sino que dormirán allí las fieras del desierto, y sus casas se llenarán de hurones; allí habitarán avestruces, y allí saltarán las cabras salvajes. 22En sus palacios aullarán hienas, y chacales en sus casas de deleite; y cercano a llegar está su tiempo, y sus días no se alargarán.
Biblia del Jubileo
1Carga de Babilonia, que vio Isaías, hijo de Amoz. 2Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz a ellos; alzad la mano para que entren por puertas de príncipes. 3Yo mandé a mis santificados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, que se alegran con mi gloria. 4Murmullo de multitud suena en los montes, como de mucho pueblo; murmullo de sonido de reinos, de gentiles reunidos; el SEÑOR de los ejércitos ordena las tropas de la batalla. 5Vienen de lejana tierra, de lo postrero de los cielos, el SEÑOR y los instrumentos de su furor, para destruir toda la tierra. 6Aullad, porque cerca está el día del SEÑOR; como asolamiento por Poderoso vendrá. 7Por tanto, se descoyuntarán todas la manos, y todo corazón de hombre se desleirá. 8Y se llenarán de terror; angustias y dolores los invadirán; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrarán al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas. 9He aquí que el día del SEÑOR viene, cruel y de enojo y ardor de ira, para tornar la tierra en soledad, y raer de ella sus pecadores. 10Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no derramarán su lumbre; el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no echará su resplandor. 11Y visitaré la maldad sobre el mundo, y sobre los impíos su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes. 12Haré más precioso que el oro fino al varón; y al hombre más que el oro de Ofir. 13Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación del SEÑOR de los ejércitos, y en el día de la ira de su furor. 14Y será que como gacela perseguida, y como oveja sin pastor; cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra. 15Cualquiera que fuere hallado, será alanceado; y cualquiera que a ellos se juntare, caerá a espada. 16Sus niños serán estrellados delante de ellos; sus casas serán saqueadas, y forzadas sus mujeres. 17He aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no buscarán la plata, ni codiciarán oro. 18Y con arcos tirarán a los niños, y no tendrán misericordia del fruto del vientre, ni su ojo perdonará a los hijos. 19Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios. 20Nunca más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación; ni hincará allí tienda el arabe, ni pastores tendrán allí majada; 21mas dormirán allí bestias fieras; y sus casas se llenarán de hurones; allí habitarán hijas del búho, y allí saltarán sátiros. 22Y en sus palacios gritarán gatos cervales; y dragones en sus casas de deleite; y abocado está a venir su tiempo, y sus días no se alargarán.