Visión general de Isaías
Tipo de libro: El primer libro de los Profetas Mayores; el libro número veintitrés del Antiguo Testamento; el vigésimo tercer libro de la Biblia.
Autor: El profeta Isaías, señalado específicamente durante el primer versículo.
Audiencia: El profeta Isaías escribió su libro para aquellos que vivían en Judá y Jerusalén "en los días de los reyes Uzías, Yotán, Ajaz y Ezequías" (Isaías 1:1). Su audiencia estaba formada por judíos que sirvieron bajo los reinados de estos cuatro reyes. Uzías reinó durante 52 años e hizo la voluntad del Señor (2 Crónicas 26:4), al igual que Yotán (2 Crónicas 27:2), y Ezequías (2 Crónicas 29:2). Sin embargo, el rey Ajaz fue un rey malvado que "siguió el mal ejemplo de los reyes de Israel, llegando incluso a sacrificar en el fuego a su hijo, según las repugnantes prácticas de las naciones que el Señor echó de la presencia de los hijos de Israel. También ofreció sacrificios y quemó incienso en los altares de los montes, y en las colinas, y bajo la sombra de todo árbol frondoso (2 Reyes 16:3-4).
Fecha: La tradición judía dice que Isaías murió a manos del rey Manasés quien lo cortó en dos con una sierra. Dado que Manasés reinó aproximadamente entre el 695 y el 642 a.C., el libro de Isaías entonces tuvo que ser escrito a más tardar en el año 642 a.C. Por otro lado, el último rey que Isaías menciona terminó su reinado en 686 a.C., por lo que es posible que Isaías hubiera terminado su libro para esa época.
Resumen: Isaías consta de 66 capítulos, Isaías es uno de los libros más largos de la Biblia, solo superado por Salmos en número de capítulos. Sin embargo, sí que consta de tres partes principales. La primera sección se centra en los juicios que Dios emite contra la diferentes pueblos y naciones (capítulos 1—35).
La segunda sección incluye un breve segmento que abarca los capítulos 36—39. En esta sección, Senaquerib intenta derrotar a la ciudad de Jerusalén, pero Dios finalmente rescata la ciudad. Entonces el rey Ezequías se enferma y se entera de que pronto iba a morir. El rey Ezequías clama al Señor, quien finalmente accede a prolongar su vida. En el capítulo 39, los visitantes de Babilonia llegan a Jerusalén, presagiando con su visita la futura destrucción de Jerusalén por parte de este reino.
La tercera sección se enfoca en la futura salvación que Dios traerá para Su pueblo (Isaías 40—66). Serán librados del cautiverio en Babilonia (Isaías 40—48). El Mesías, el siervo sufriente del capítulo 53, vendrá a redimir a Su pueblo, algo que traerá consigo muchos cambios (Isaías 49—57). Los capítulos 58—66 luego se enfocan en la gloria futura del pueblo de Dios, incluyendo el destino de Jerusalén y la respuesta final que Dios le dará a las oraciones de Israel.
Versículos clave (RVC)
Isaías 6:5: Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Isaías 6:8: Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
Isaías 7:14: Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Isaías 9:6: Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Isaías 14:12–13: ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte.
Isaías 53:5–6: Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.