Jeremías capitulo 23
La Biblia de las Américas
1¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mis prados ! — declara el SEÑOR. 2Por tanto, así dice el SEÑOR, Dios de Israel, acerca de los pastores que apacientan a mi pueblo: Vosotros habéis dispersado mis ovejas y las habéis ahuyentado, y no os habéis ocupado de ellas; he aquí, yo me ocuparé de vosotros por la maldad de vuestras obras — declara el SEÑOR. 3Yo mismo reuniré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las he echado, y las haré volver a sus pastos; y crecerán y se multiplicarán. 4Pondré sobre ellas pastores que las apacentarán, y nunca más tendrán temor, ni se aterrarán, ni faltará ninguna — declara el SEÑOR.
5He aquí, vienen días — declara el SEÑOR — en que levantaré a David un Renuevo justo; y El reinará como rey, actuará sabiamente, y practicará el derecho y la justicia en la tierra. 6En sus días será salvo Judá, e Israel morará seguro ; y este es su nombre por el cual será llamado : “El SEÑOR, justicia nuestra.”
7Por tanto, he aquí, vienen días — declara el SEÑOR — cuando no dirán más: “Vive el SEÑOR, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto ”, 8sino: “Vive el SEÑOR que hizo subir y trajo a los descendientes de la casa de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras adonde los había echado”; y habitarán en su propio suelo.
9En cuanto a los profetas: quebrantado está mi corazón dentro de mí, tiemblan todos mis huesos ; estoy como un ebrio, como un hombre a quien domina el vino, por causa del SEÑOR y por causa de sus santas palabras. 10Porque la tierra está llena de adúlteros; porque a causa de la maldición se ha enlutado la tierra, se han secado los pastos del desierto. Pues es mala la carrera de ellos y su poderío no es recto. 11Porque tanto el profeta como el sacerdote están corrompidos ; aun en mi casa he hallado su maldad — declara el SEÑOR. 12Por tanto, su camino será para ellos como resbaladeros; a las tinieblas serán empujados y en ellas caerán ; porque traeré sobre ellos calamidad el año de su castigo — declara el SEÑOR.
13Además, entre los profetas de Samaria he visto algo ofensivo: profetizaban en nombre de Baal y extraviaban a mi pueblo Israel. 14También entre los profetas de Jerusalén he visto algo horrible : cometían adulterio y andaban en mentiras ; fortalecían las manos de los malhechores, sin convertirse ninguno de su maldad. Se me han vuelto todos ellos como Sodoma, y sus habitantes como Gomorra.
16Así dice el SEÑOR de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan. Ellos os conducen hacia lo vano ; os cuentan la visión de su propia fantasía, no de la boca del SEÑOR. 17Dicen de continuo a los que me desprecian : “El SEÑOR ha dicho: ‘Tendréis paz ’”; y a todo el que anda en la terquedad de su corazón dicen: “No vendrá calamidad sobre vosotros.” 18Pero ¿quién ha estado en el consejo del SEÑOR, y vio y oyó su palabra ? ¿Quién ha prestado atención a su palabra y la ha escuchado ? 19He aquí, la tempestad del SEÑOR ha salido con furor, un torbellino impetuoso descargará sobre la cabeza de los impíos. 20No se apartará la ira del SEÑOR hasta que haya realizado y llevado a cabo los propósitos de su corazón. En los postreros días lo entenderéis claramente. 21Yo no envié a esos profetas, pero ellos corrieron; no les hablé, mas ellos profetizaron. 22Pero si ellos hubieran estado en mi consejo, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y les habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras.
23¿Soy yo un Dios de cerca — declara el SEÑOR — y no un Dios de lejos ? 24¿Podrá alguno esconderse en escondites de modo que yo no lo vea ? — declara el SEÑOR. ¿No lleno yo los cielos y la tierra? — declara el SEÑOR.
25He oído lo que dicen los profetas que profetizan mentira en mi nombre, diciendo: “¡He tenido un sueño, he tenido un sueño !” 26¿Hasta cuándo? ¿Qué hay en los corazones de los profetas que profetizan la mentira, de los profetas que proclaman el engaño de su corazón, 27que tratan de que mi pueblo se olvide de mi nombre con los sueños que se cuentan unos a otros, tal como sus padres olvidaron mi nombre a causa de Baal ? 28El profeta que tenga un sueño, que cuente su sueño, pero el que tenga mi palabra, que hable mi palabra con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano? — declara el SEÑOR. 29¿No es mi palabra como fuego — declara el SEÑOR — y como martillo que despedaza la roca ? 30Por tanto, he aquí, estoy contra los profetas — declara el SEÑOR — que se roban mis palabras el uno al otro. 31He aquí, estoy contra los profetas — declara el SEÑOR — que usan sus lenguas y dicen: “El SEÑOR declara.” 32He aquí, estoy contra los que profetizan sueños falsos — declara el SEÑOR — y los cuentan y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y sus presunciones, cuando yo no los envié ni les di órdenes, ni son de provecho alguno para este pueblo — declara el SEÑOR.
33Y cuando te pregunte este pueblo, o el profeta, o sacerdote, diciendo: “¿Cuál es la profecía del SEÑOR?”, les dirás: “¿Cuál profecía?” El SEÑOR declara: “Yo os abandonaré.” 34Y al profeta, al sacerdote o al pueblo que diga : “Profecía del SEÑOR”, traeré castigo sobre tal hombre y sobre su casa. 35Así diréis cada uno a su prójimo y cada uno a su hermano: “¿Qué ha respondido el SEÑOR ? ¿Qué ha hablado el SEÑOR?” 36Y no os acordaréis más de la profecía del SEÑOR, porque la palabra de cada uno le será por profecía, pues habéis pervertido las palabras del Dios viviente, del SEÑOR de los ejércitos, nuestro Dios. 37Así dirás al profeta: “¿Qué te ha respondido el SEÑOR? ¿Qué ha hablado el SEÑOR?” 38Pero si decís: “¡Profecía del SEÑOR!”, entonces así dice el SEÑOR: “Por cuanto habéis dicho esta palabra: ‘¡Profecía del SEÑOR!’, habiendo yo enviado a deciros: ‘No digáis: “¡Profecía del SEÑOR!”’”, 39por tanto, he aquí, ciertamente me olvidaré de vosotros y os echaré de mi presencia, junto con la ciudad que os di a vosotros y a vuestros padres ; 40y pondré sobre vosotros oprobio eterno y humillación eterna que nunca será olvidada.
Nueva Biblia de las Américas
1“¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de Mis prados!,” declara el SEÑOR. 2Por tanto, así dice el SEÑOR, Dios de Israel, acerca de los pastores que apacientan a Mi pueblo: “Ustedes han dispersado Mis ovejas y las han ahuyentado, y no se han ocupado de ellas. Por eso Yo me encargaré de ustedes por la maldad de sus obras,” declara el SEÑOR. 3“Yo mismo reuniré el remanente de Mis ovejas de todas las tierras adonde las he echado, y las haré volver a sus pastos; y crecerán y se multiplicarán. 4Pondré sobre ellas pastores que las apacentarán, y nunca más tendrán temor, ni se aterrarán, ni faltará ninguna de ellas,” declara el SEÑOR.
5“Vienen días,” declara el SEÑOR, “en que levantaré a David un Renuevo justo; Y El reinará como rey, actuará sabiamente, Y practicará el derecho y la justicia en la tierra. 6En sus días Judá será salvada, E Israel morará seguro; Y éste es Su nombre por el cual será llamado: ‘El SEÑOR, justicia nuestra.’
7“Por tanto, vienen días,” declara el SEÑOR, “cuando no dirán más: ‘Vive el SEÑOR, que hizo subir a los Israelitas de la tierra de Egipto,’ 8sino: ‘Vive el SEÑOR que hizo subir y trajo a los descendientes de la casa de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras adonde los había echado.’ Entonces habitarán en su propio suelo.”
9En cuanto a los profetas: Quebrantado está mi corazón dentro de mí, Tiemblan todos mis huesos; Estoy como un ebrio, Como un hombre a quien domina el vino, Por causa del SEÑOR Y por causa de Sus santas palabras. 10Porque la tierra está llena de adúlteros; Porque a causa de la maldición se ha enlutado la tierra, Se han secado los pastos del desierto. Pues es mala la carrera de ellos Y su poderío no es recto. 11“Porque tanto el profeta como el sacerdote están corrompidos; Aun en Mi casa he hallado su maldad,” declara el SEÑOR. 12“Por tanto, su camino será para ellos como sendas resbaladizas; Serán empujados a las tinieblas y en ellas caerán; Porque traeré sobre ellos calamidad En el año de su castigo,” declara el SEÑOR.
13“Además, entre los profetas de Samaria he visto algo ofensivo: Profetizaban en nombre de Baal y extraviaban a Mi pueblo Israel. 14También entre los profetas de Jerusalén he visto algo horrible: Cometían adulterio y andaban en mentiras; Fortalecían las manos de los malhechores, Sin convertirse ninguno de su maldad. Todos ellos son para Mí como Sodoma, Y sus habitantes como Gomorra.
16Así dice el SEÑOR de los ejércitos: “No escuchen las palabras de los profetas que les profetizan. Ellos los conducen hacia lo vano; Les cuentan las visiones de su propia fantasía, No de la boca del SEÑOR. 17Dicen de continuo a los que Me desprecian: ‘El SEÑOR ha dicho: “Tendrán paz”’; Y a todo el que anda en la terquedad de su corazón Dicen: ‘No vendrá calamidad sobre ustedes.’ 18Pero ¿quién ha estado en el consejo del SEÑOR, Y vio y oyó Su palabra? ¿Quién ha prestado atención a Su palabra y la ha escuchado? 19La tempestad del SEÑOR ha salido con furor, Un torbellino impetuoso Descargará sobre la cabeza de los impíos. 20No se apartará la ira del SEÑOR Hasta que haya realizado y llevado a cabo los propósitos de Su corazón. En los postreros días lo entenderán claramente. 21Yo no envié a esos profetas, Pero ellos corrieron; No les hablé, Mas ellos profetizaron. 22Pero si ellos hubieran estado en Mi consejo, Habrían hecho oír Mis palabras a Mi pueblo, Y lo habrían hecho volver de su mal camino Y de la maldad de sus obras.
23¿Acaso soy Yo un Dios sólo de cerca,” declara el SEÑOR, “y no un Dios de lejos?” 24“¿Podrá alguien esconderse en escondites De modo que Yo no lo vea?” declara el SEÑOR. “¿No lleno Yo los cielos y la tierra?” declara el SEÑOR.
25He oído lo que dicen los profetas que profetizan mentira en Mi nombre, diciendo: ‘¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!’ 26¿Hasta cuándo? ¿Qué hay en los corazones de los profetas que profetizan la mentira, de los profetas que proclaman el engaño de su corazón, 27que tratan de que Mi pueblo se olvide de Mi nombre con los sueños que se cuentan unos a otros, tal como sus padres olvidaron Mi nombre a causa de Baal? 28El profeta que tenga un sueño, que cuente su sueño, pero el que tenga Mi palabra, que hable Mi palabra con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano?” declara el SEÑOR. 29¿No es Mi palabra como fuego,” declara el SEÑOR, “y como martillo que despedaza la roca?”
30Por tanto, estoy contra los profetas,” declara el SEÑOR, “que se roban Mis palabras el uno al otro. 31Estoy contra los profetas,” declara el SEÑOR, “que usan sus lenguas y dicen: ‘El SEÑOR declara.’ 32Estoy contra los que profetizan sueños falsos,” declara el SEÑOR, “y los cuentan y hacen errar a Mi pueblo con sus mentiras y sus presunciones, cuando Yo no los envié ni les di órdenes, ni son de provecho alguno para este pueblo,” declara el SEÑOR.
33Así que cuando te pregunte este pueblo, o el profeta, o un sacerdote: ‘¿Cuál es el oráculo (la profecía) del SEÑOR?’ les dirás: ‘¿Cuál oráculo?’ El SEÑOR declara: ‘Yo los abandonaré.’ 34Y al profeta, al sacerdote o al pueblo que diga: ‘Oráculo (Profecía) del SEÑOR,’ traeré castigo sobre tal hombre y sobre su casa. 35Así dirá cada uno a su prójimo y cada uno a su hermano: ‘¿Qué ha respondido el SEÑOR? ¿Qué ha hablado el SEÑOR?’ 36Y no se acordarán más del oráculo (la profecía) del SEÑOR, porque la palabra de cada uno le será por oráculo, pues han pervertido las palabras del Dios viviente, del SEÑOR de los ejércitos, nuestro Dios.
37Jeremías, así dirás al profeta: ‘¿Qué te ha respondido el SEÑOR? ¿Qué ha hablado el SEÑOR?’ 38Pero si ustedes dicen: ‘¡Oráculo (Profecía) del SEÑOR!’ entonces así dice el SEÑOR: ‘Por cuanto han dicho esta palabra: “¡Oráculo del SEÑOR!” habiendo Yo enviado a decirles: “No digan: ‘¡Oráculo del SEÑOR!’” 39Por tanto, ciertamente me olvidaré de ustedes y los echaré de Mi presencia, junto con la ciudad que les di a ustedes y a sus padres; 40y pondré sobre ustedes oprobio eterno y humillación eterna que nunca será olvidada.”
Nueva Versión Internacional
1«¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan el rebaño de mis praderas!», afirma el SEÑOR. 2Por eso, así dice el SEÑOR, el Dios de Israel, a los pastores que apacientan a mi pueblo: «Ustedes han dispersado a mis ovejas; las han expulsado y no se han encargado de ellas. Pues bien, yo me encargaré de castigarlos a ustedes por sus malas acciones —afirma el SEÑOR—. 3Al resto de mis ovejas yo mismo las reuniré de todos los países adonde las expulsé; y las haré volver a sus pastos, donde crecerán y se multiplicarán.
4Pondré sobre ellas pastores que las pastorearán, y ya no temerán ni se espantarán, ni faltará ninguna de ellas —afirma el SEÑOR—. 5»Vienen días —afirma el SEÑOR—, en que de la simiente de David haré surgir un vástago justo; él reinará con sabiduría en el país, y practicará el derecho y la justicia. 6En esos días Judá será salvada, Israel morará seguro. Y este es el nombre que se le dará: “El SEÑOR es nuestra salvación”.
7»Por eso —afirma el SEÑOR— vienen días en que ya no se dirá: “Por la vida del SEÑOR, que hizo salir a los israelitas de la tierra de Egipto”, 8sino: “Por la vida del SEÑOR, que hizo salir a los descendientes de la familia de Israel, y los hizo llegar del país del norte, y de todos los países adonde los había expulsado”. Y habitarán en su propia tierra».
9En cuanto a los profetas: Se me parte el corazón en el pecho y se me estremecen los huesos. Por causa del SEÑOR y de sus santas palabras, hasta parezco un borracho, alguien dominado por el vino. 10A causa de la maldición, el país está lleno de adúlteros, la tierra está de luto y los pastos del desierto se han secado. Los profetas corren tras la maldad, y usan su poder para la injusticia.
13»Algo insólito he observado entre los profetas de Samaria: profetizaron en nombre de Baal, y descarriaron a mi pueblo Israel. 14Y entre los profetas de Jerusalén he observado cosas terribles: cometen adulterio, y viven en la mentira; fortalecen las manos de los malhechores, ninguno se convierte de su maldad. Todos ellos son para mí como Sodoma; los habitantes de Jerusalén son como Gomorra».
16Así dice el SEÑOR Todopoderoso: «No hagan caso de lo que dicen los profetas, pues alientan en ustedes falsas esperanzas; cuentan visiones que se han imaginado y que no proceden de la boca del SEÑOR. 17A los que me desprecian les aseguran que yo digo que gozarán de bienestar; a los que obedecen los dictados de su terco corazón les dicen que no les sobrevendrá ningún mal. 18¿Quién de ellos ha estado en el consejo del SEÑOR? ¿Quién ha recibido o escuchado su palabra? ¿Quién ha atendido y escuchado su palabra? 19El huracán del SEÑOR se ha desatado con furor; un torbellino se cierne amenazante sobre la cabeza de los malvados. 20La ira del SEÑOR no cesará hasta que haya realizado por completo los propósitos de su corazón. Al final de los tiempos lo comprenderán con claridad. 21Yo no envié a esos profetas, pero ellos corrieron; ni siquiera les hablé, pero ellos profetizaron. 22Si hubieran estado en mi consejo, habrían proclamado mis palabras a mi pueblo; lo habrían hecho volver de su mal camino y de sus malas acciones.
23»¿Soy acaso Dios solo de cerca? ¿No soy Dios también de lejos? —afirma el SEÑOR—. 24¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo? —afirma el SEÑOR—. ¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra? —afirma el SEÑOR—.
25»He escuchado lo que dicen los profetas que profieren mentiras en mi nombre, los cuales dicen: “¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!” 26¿Hasta cuándo seguirán dándole valor de profecía a las mentiras y delirios de su mente? 27Con los sueños que se cuentan unos a otros pretenden hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, como sus antepasados se olvidaron de mi nombre por el de Baal. 28El profeta que tenga un sueño, que lo cuente; pero el que reciba mi palabra, que la proclame con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano? —afirma el SEÑOR—. 29¿No es acaso mi palabra como fuego, y como martillo que pulveriza la roca? —afirma el SEÑOR—.
30»Por eso yo estoy contra los profetas que se roban mis palabras entre sí —afirma el SEÑOR—. 31Yo estoy contra los profetas que sueltan la lengua y hablan por hablar —afirma el SEÑOR—. 32Yo estoy contra los profetas que cuentan sueños mentirosos, y que al contarlos hacen que mi pueblo se extravíe con sus mentiras y sus presunciones —afirma el SEÑOR—. Yo no los he enviado ni les he dado ninguna orden. Son del todo inútiles para este pueblo —afirma el SEÑOR—.
33»Y, si este pueblo, o algún profeta o sacerdote, te pregunta: “¿Qué mensaje tenemos del SEÑOR?”, tú les responderás: “¿De qué mensaje hablan?” Yo los abandonaré —afirma el SEÑOR—. 34Y, si un profeta o un sacerdote, o alguien del pueblo, dice: “Este es el mensaje del SEÑOR”, yo castigaré a ese hombre y a su casa. 35Así deberán hablarse entre amigos y hermanos: “¿Qué ha respondido el SEÑOR?”, o “¿Qué ha dicho el SEÑOR?” 36Pero no deberán mencionar más la frase “Mensaje del SEÑOR”, porque el mensaje de cada uno será su propia palabra, ya que ustedes han distorsionado las palabras del Dios viviente, del SEÑOR Todopoderoso, nuestro Dios. 37Así les dirás a los profetas: “¿Qué les ha respondido el SEÑOR? ¿Qué les ha dicho?” 38Pero, si ustedes responden: “¡Mensaje del SEÑOR!”, el SEÑOR dice: “Por cuanto ustedes han dicho: ‘¡Mensaje del SEÑOR!’, siendo que yo les había prohibido que pronunciaran esta frase, 39entonces me olvidaré de ustedes y los echaré de mi presencia, junto con la ciudad que les di a ustedes y a sus antepasados. 40Y los afligiré con un oprobio eterno, con una humillación eterna que jamás será olvidada”».
Reina-Valera 1960
1¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! dice Jehová. 2Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová. 3Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán y se multiplicarán. 4Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová.
5He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. 6En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y éste será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.
7Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová, en que no dirán más: Vive Jehová que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, 8sino: Vive Jehová que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su tierra.
9A causa de los profetas mi corazón está quebrantado dentro de mí, todos mis huesos tiemblan; estoy como un ebrio, y como hombre a quien dominó el vino, delante de Jehová, y delante de sus santas palabras. 10Porque la tierra está llena de adúlteros; a causa de la maldición la tierra está desierta; los pastizales del desierto se secaron; la carrera de ellos fue mala, y su valentía no es recta. 11Porque tanto el profeta como el sacerdote son impíos; aun en mi casa hallé su maldad, dice Jehová. 12Por tanto, su camino será como resbaladeros en oscuridad; serán empujados, y caerán en él; porque yo traeré mal sobre ellos en el año de su castigo, dice Jehová. 13En los profetas de Samaria he visto desatinos; profetizaban en nombre de Baal, e hicieron errar a mi pueblo de Israel. 14Y en los profetas de Jerusalén he visto torpezas; cometían adulterios, y andaban en mentiras, y fortalecían las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su maldad; me fueron todos ellos como Sodoma, y sus moradores como Gomorra. 15Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra.
16Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. 17Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros.
18Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó? 19He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está preparada caerá sobre la cabeza de los malos. 20No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho, y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los postreros días lo entenderéis cumplidamente.
21No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. 22Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.
23¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? 24¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? 25Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. 26¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón? 27¿No piensan cómo hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal? 28El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová. 29¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra? 30Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano. 31Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: Él ha dicho. 32He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová.
33Y cuando te preguntare este pueblo, o el profeta, o el sacerdote, diciendo: ¿Cuál es la profecía de Jehová? les dirás: Ésta es la profecía: Os dejaré, ha dicho Jehová. 34Y al profeta, al sacerdote o al pueblo que dijere: Profecía de Jehová, yo enviaré castigo sobre tal hombre y sobre su casa. 35Así diréis cada cual a su compañero, y cada cual a su hermano: ¿Qué ha respondido Jehová, y qué habló Jehová? 36Y nunca más os vendrá a la memoria decir: Profecía de Jehová; porque la palabra de cada uno le será por profecía; pues pervertisteis las palabras del Dios viviente, de Jehová de los ejércitos, Dios nuestro. 37Así dirás al profeta: ¿Qué te respondió Jehová, y qué habló Jehová? 38Mas si dijereis: Profecía de Jehová; por eso Jehová dice así: Porque dijisteis esta palabra, Profecía de Jehová, habiendo yo enviado a deciros: No digáis: Profecía de Jehová, 39por tanto, he aquí que yo os echaré en olvido, y arrancaré de mi presencia a vosotros y a la ciudad que di a vosotros y a vuestros padres; 40y pondré sobre vosotros afrenta perpetua, y eterna confusión que nunca borrará el olvido.
Biblia del Jubileo
1¡Ay de los pastores que desperdician y derraman las ovejas de mi manada! Dijo el SEÑOR. 2Por tanto, así dijo el SEÑOR Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros derramasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis visitado; he aquí yo visito sobre vosotros la maldad de vuestras obras, dijo el SEÑOR. 3Y yo recogeré el resto de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán, y se multiplicarán. 4Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dijo el SEÑOR. 5He aquí que vienen los días, dice el SEÑOR, y despertaré a David renuevo justo, y reinará Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. 6En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y éste será su nombre que le llamarán: SEÑOR, JUSTICIA NUESTRA. 7Por tanto, he aquí que vienen días, dijo el SEÑOR, y no dirán más: Vive el SEÑOR que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto; 8sino: Vive el SEÑOR que hizo subir y trajo la simiente de la Casa de Israel de tierra del aquilón, y de todas las tierras adonde los eché; y habitarán en su tierra.
9A causa de los profetas mi corazón está quebrantado en medio de mí, todos mis huesos tiemblan; estuve como hombre borracho, y como hombre a quien dominó el vino, delante del SEÑOR, y delante de las palabras de su Santidad. 10Porque la tierra está llena de adúlteros; porque a causa del juramento la tierra está desierta; las cabañas del desierto se secaron; la carrera de ellos fue mala, y su fortaleza no derecha. 11Porque así el profeta como el sacerdote son fingidos: aun en mi Casa hallé su maldad, dijo el SEÑOR. 12Por tanto, como resbaladeros en oscuridad les será su camino; serán empujados, y caerán en él; porque yo traeré mal sobre ellos, año de su visitación, dice el SEÑOR. 13Y en los profetas de Samaria vi locura: profetizaban en Baal, e hicieron errar a mi pueblo Israel. 14Y en los profetas de Jerusalén vi torpezas; cometían adulterios, y andaban por mentira, y esforzaban las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su malicia; me fueron todos ellos como los moradores de Sodoma, y sus moradores como Gomorra. 15Por tanto, así dijo el SEÑOR de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjo, y les haré beber aguas de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra. 16Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os hacen desvanecer; hablan visión de su corazón, no de la boca del SEÑOR. 17Dicen atrevidamente a los que me aíran: El SEÑOR dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la imaginación de su corazón, dijeron: No vendrá mal sobre vosotros. 18Porque ¿quién estuvo en el secreto del SEÑOR, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y oyó? 19He aquí que la tempestad del SEÑOR saldrá con furor; y la tempestad que está aparejada, caerá sobre la cabeza de los malos. 20No se apartará el furor del SEÑOR, hasta tanto que haya hecho, y hasta tanto que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en lo postrero de los días lo entenderéis con entendimiento. 21No envié yo a aquellos profetas, y ellos corrían; yo no les hablé, y ellos profetizaban. 22Y si ellos hubieran estado en mi secreto, también hubieran hecho oír mis palabras a mi pueblo; y les hubieran hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras. 23¿Por ventura soy yo Dios de cerca solamente, dijo el SEÑOR, y no Dios de lejos? 24¿Por ventura se ocultará alguno en escondrijos que yo no lo vea, dijo el SEÑOR? ¿No lleno yo el cielo y la tierra, dijo el SEÑOR? 25Yo oí lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. 26¿Hasta cuándo será esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón? 27¿No piensan cómo hacen a mi pueblo olvidarse de mi Nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, tanto que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal? 28El profeta con quien fuere el sueño, cuente el sueño; y con el que fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? Dijo el SEÑOR. 29¿Por ventura mi palabra no es como el fuego, dice el SEÑOR, y como martillo que quebranta la piedra? 30Por tanto, he aquí yo estoy contra los profetas, dice el SEÑOR, que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano. 31He aquí, yo estoy contra los profetas, dice el SEÑOR, que endulzan sus lenguas, y dicen: El dijo. 32He aquí, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, dice el SEÑOR y los contaron, e hicieron errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié, ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dijo el SEÑOR. 33Y cuando te preguntare este pueblo, o el profeta, o el sacerdote, diciendo: ¿Qué es la carga del SEÑOR? Les dirás: ¿Qué carga? Os dejaré, dijo el SEÑOR. 34Y el profeta, y el sacerdote, y el pueblo, que dijere: Carga del SEÑOR; yo visitaré sobre tal hombre y sobre su casa. 35Así diréis cada cual a su compañero, y cada cual a su hermano: ¿Qué respondió el SEÑOR, y qué habló el SEÑOR? 36Y nunca más os vendrá a la memoria decir: Carga del SEÑOR; porque la palabra de cada uno le será por carga; pues pervertisteis las palabras del Dios viviente, del SEÑOR de los ejércitos, Dios nuestro. 37Así dirás al profeta: ¿Qué te respondió el SEÑOR, y qué habló el SEÑOR? 38Mas si dijereis: Carga del SEÑOR; por eso así dijo el SEÑOR: Porque dijisteis esta palabra, Carga del SEÑOR, habiendo enviado a vosotros, diciendo: No digáis, Carga del SEÑOR; 39por tanto, he aquí que yo os echaré en olvido, y os arrancaré de mi presencia, y a la ciudad que os di a vosotros y a vuestros padres; 40y pondré sobre vosotros afrenta perpetua, y confusiones eternas que nunca las desarraiga el olvido.