Jeremías capitulo 31
La Biblia de las Américas
2Así dice el SEÑOR : Ha hallado gracia en el desierto el pueblo que escapó de la espada, Israel, cuando iba en busca de su reposo. 3Desde lejos el SEÑOR se le apareció, diciendo: Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia. 4De nuevo te edificaré, y serás reedificada, virgen de Israel ; de nuevo tomarás tus panderos, y saldrás a las danzas con los que se divierten. 5De nuevo plantarás viñas en los montes de Samaria; los plantadores las plantarán y las disfrutarán. 6Porque habrá un día en que clamarán los guardas en la región montañosa de Efraín: “Levantaos y subamos a Sion, al SEÑOR nuestro Dios.”
7Porque así dice el SEÑOR: Gritad con alegría por Jacob, y dad voces por la primera de las naciones ; proclamad, dad alabanza, y decid: “Oh SEÑOR, salva a tu pueblo, al remanente de Israel.” 8He aquí, yo los traigo del país del norte, y los reuniré de los confines de la tierra, entre ellos los ciegos y los cojos, la mujer encinta y también la que está dando a luz; una gran compañía volverá acá. 9Con llanto vendrán, y entre súplicas los guiaré; los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán ; porque soy un padre para Israel, y Efraín es mi primogénito.
10Oíd, naciones, la palabra del SEÑOR, anunciad en las costas lejanas, y decid: El que dispersó a Israel lo reunirá, y lo guardará como un pastor a su rebaño. 11Porque el SEÑOR ha rescatado a Jacob, y lo ha redimido de manos más fuertes que él. 12Vendrán y gritarán de júbilo en lo alto de Sion, y radiarán de gozo por la bondad del SEÑOR : por el grano, por el vino y por el aceite, y por las crías de las ovejas y de las vacas. Su alma será como huerto regado, y nunca más languidecerán. 13Entonces la virgen se alegrará en la danza, y los jóvenes y los ancianos a una; cambiaré su duelo en gozo, los consolaré y los alegraré de su tristeza. 14Y llenaré con abundancia el alma de los sacerdotes, y mi pueblo se saciará de mi bondad — declara el SEÑOR.
16Así dice el SEÑOR: Reprime tu voz del llanto, y tus ojos de las lágrimas ; hay pago para tu trabajo — declara el SEÑOR —, pues volverán de la tierra del enemigo. 17Y hay esperanza para tu porvenir — declara el SEÑOR —, los hijos volverán a su territorio. 18Ciertamente he oído a Efraín lamentarse : “Me has castigado, y castigado fui como becerro indómito. Hazme volver para que sea restaurado, pues tú, SEÑOR, eres mi Dios. 19“Porque después que me aparté, me arrepentí, y después que comprendí, me di golpes en el muslo ; me avergoncé y también me humillé, porque llevaba el oprobio de mi juventud.” 20¿No es Efraín mi hijo amado? ¿No es un niño encantador? Pues siempre que hablo contra él, lo recuerdo aún más; por eso mis entrañas se conmueven por él, ciertamente tendré de él misericordia — declara el SEÑOR.
21Levanta para ti señales, coloca para ti majanos ; presta atención a la calzada, al camino que anduviste. Vuelve, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades. 22¿Hasta cuándo andarás errante, hija infiel ? Porque el SEÑOR ha creado algo nuevo en la tierra: la mujer rodeará al hombre.
24Y morarán juntamente en ella Judá y todas sus ciudades, los labradores y los que van con los rebaños. 25Porque yo he de satisfacer al alma cansada y he de saciar a toda alma atribulada. 26En esto me desperté y miré, y mi sueño me resultó agradable.
27He aquí, vienen días — declara el SEÑOR — en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal. 28Y como velé sobre ellos para arrancar y para derribar, para derrocar, para destruir y para traer calamidad, así velaré sobre ellos para edificar y para plantar — declara el SEÑOR.
30sino que cada cual por su propia iniquidad morirá; los dientes de todo hombre que coma uvas agrias tendrán dentera. 31He aquí, vienen días — declara el SEÑOR — en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto, 32no como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, mi pacto que ellos rompieron, aunque fui un esposo para ellos — declara el SEÑOR; 33porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días — declara el SEÑOR —. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré ; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. 34Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: “Conoce al SEÑOR”, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande — declara el SEÑOR — pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado.
35Así dice el SEÑOR, el que da el sol para luz del día, y las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, el que agita el mar para que bramen sus olas; el SEÑOR de los ejércitos es su nombre : 36Si se apartan estas leyes de mi presencia — declara el SEÑOR — también la descendencia de Israel dejará de ser nación en mi presencia para siempre.
38He aquí, vienen días — declara el SEÑOR — en que la ciudad será reedificada para el SEÑOR, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Angulo. 39Y el cordel de medir saldrá más allá, directamente hasta la colina de Gareb, y girará hasta Goa. 40Y todo el valle de los cadáveres y de las cenizas, y todos los campos hasta el arroyo Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los Caballos hacia el oriente, serán santos al SEÑOR. La ciudad no será arrancada ni derribada nunca jamás.
Nueva Biblia de las Américas
2Así dice el SEÑOR: “Ha hallado gracia en el desierto El pueblo que escapó (sobrevivió) de la espada: Israel, cuando iba en busca de su reposo.” 3Desde lejos el SEÑOR se le apareció, y le dijo: “Con amor eterno te he amado, Por eso te he sacado con misericordia. 4De nuevo te edificaré, y serás reedificada, Virgen de Israel; De nuevo tomarás tus panderos, Y saldrás a las danzas con los que se divierten. 5De nuevo plantarás viñas En los montes de Samaria; Los plantadores las plantarán Y las disfrutarán. 6Porque habrá un día en que clamarán los guardas En la región montañosa de Efraín: ‘Levántense y subamos a Sion, Al SEÑOR nuestro Dios.’”
7Porque así dice el SEÑOR: “Griten con alegría por Jacob, Y den voces por la primera de las naciones. Proclamen, den alabanza, y digan: ‘Oh SEÑOR, salva a Tu pueblo, Al remanente de Israel.’ 8Yo los traigo del país del norte, Y los reuniré de los confines de la tierra, Entre ellos los ciegos y los cojos, La mujer encinta y también la que está dando a luz. Una gran compañía volverá acá. 9Con llanto vendrán, Y entre súplicas los guiaré. Los haré andar junto a arroyos de aguas, Por camino derecho en el cual no tropezarán; Porque soy un padre para Israel, Y Efraín es Mi primogénito.”
10Oigan, naciones, la palabra del SEÑOR, Anuncien en las costas lejanas, Y digan: “El que dispersó a Israel lo reunirá, Y lo guardará como un pastor a su rebaño.” 11Porque el SEÑOR ha rescatado a Jacob Y lo ha redimido de manos más fuertes que él. 12“Vendrán y gritarán de júbilo en lo alto de Sion, Y radiarán de gozo por la bondad del SEÑOR: Por el grano, por el vino y por el aceite, Y por las crías de las ovejas y de las vacas. Su alma será como huerto regado, Y nunca más languidecerán. 13Entonces la virgen se alegrará en la danza, Y los jóvenes y los ancianos a una; Cambiaré su duelo en gozo, Los consolaré y los alegraré de su tristeza. 14Y llenaré con abundancia el alma de los sacerdotes, Y Mi pueblo se saciará de Mi bondad,” declara el SEÑOR.
16Así dice el SEÑOR: “Reprime tu voz del llanto, Y tus ojos de las lágrimas; Hay pago para tu trabajo,” declara el SEÑOR, “pues volverán de la tierra del enemigo. 17Y hay esperanza para tu porvenir,” declara el SEÑOR, “los hijos volverán a su territorio. 18Ciertamente he oído a Efraín lamentarse: ‘Me has castigado, y castigado fui Como becerro indómito. Hazme volver para que sea restaurado, Pues Tú, SEÑOR, eres mi Dios. 19Porque después que me aparté, me arrepentí, Y después que comprendí, me di golpes en el muslo; Me avergoncé y también me humillé, Porque llevaba el oprobio de mi juventud.’ 20¿No es Efraín Mi hijo amado? ¿No es un niño encantador? Pues siempre que hablo contra él, Lo recuerdo aún más. Por eso Mis entrañas se conmueven por él, Ciertamente tendré de él misericordia,” declara el SEÑOR.
21“Levanta para ti señales, Coloca para ti majanos; Presta atención a la calzada, Al camino que anduviste. Vuelve, virgen de Israel, Vuelve a estas tus ciudades. 22¿Hasta cuándo andarás errante, Hija infiel? Porque el SEÑOR ha creado algo nuevo en la tierra: La mujer rodeará al hombre.”
24Y morarán juntos en ella Judá y todas sus ciudades, los labradores y los que van con los rebaños. 25Porque Yo he de satisfacer al alma cansada y he de saciar a toda alma atribulada.” 26En esto me desperté y miré, y mi sueño me resultó agradable.
27“Vienen días,” declara el SEÑOR, “en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal. 28Y como velé sobre ellos para arrancar y para derribar, para derrocar para destruir y para traer calamidad, así velaré sobre ellos para edificar y para plantar,” declara el SEÑOR.
30sino que cada cual por su propia iniquidad morirá. Todo hombre que coma uvas agrias, sus dientes tendrán la dentera. 31“Vienen días,” declara el SEÑOR “en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto, 32no como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, Mi pacto que ellos rompieron, aunque fui un esposo para ellos,” declara el SEÑOR. 33“Porque éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días,” declara el SEÑOR. “Pondré Mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré. Entonces Yo seré su Dios y ellos serán Mi pueblo. 34No tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciéndole: ‘Conoce al SEÑOR,’ porque todos Me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande,” declara el SEÑOR, “pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado.”
35Así dice el SEÑOR, El que da el sol para luz del día, Y las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, El que agita el mar para que bramen sus olas; El SEÑOR de los ejércitos es Su nombre: 36“Si estas leyes se apartan De Mi presencia,” declara el SEÑOR, “también la descendencia de Israel dejará De ser nación en Mi presencia para siempre.”
38“Vienen días,” declara el SEÑOR, “en que la ciudad será reedificada para el SEÑOR, desde la Torre de Hananel hasta la Puerta del Angulo. 39Y el cordel de medir saldrá más allá, directamente hasta la colina de Gareb, y girará hasta Goa. 40Y todo el valle de los cadáveres y de las cenizas, y todos los campos hasta el arroyo Cedrón, hasta la esquina de la Puerta de los Caballos hacia el oriente, serán santos al SEÑOR. La ciudad no será arrancada ni derribada nunca jamás.”
Nueva Versión Internacional
3Hace mucho tiempo se me apareció el SEÑOR y me dijo: «Con amor eterno te he amado; por eso te sigo con fidelidad, 4oh virginal Israel. Te edificaré de nuevo; ¡sí, serás reedificada! De nuevo tomarás panderetas y saldrás a bailar con alegría. 5Volverás a plantar viñedos en las colinas de Samaria, y quienes los planten gozarán de sus frutos 6Vendrá un día en que los centinelas gritarán por las colinas de Efraín: “¡Vengan, subamos a Sión, al monte del SEÑOR, nuestro Dios!”»
7Así dice el SEÑOR: «Canten jubilosos en honor de Jacob; griten de alegría por la mejor de las naciones. Hagan oír sus alabanzas y clamen: “¡Salva, SEÑOR, a tu pueblo; salva al remanente de Israel!” 8Yo los traeré del país del norte; los reuniré de los confines de la tierra. ¡Volverá una gran multitud! Entre ellos vendrán ciegos y cojos, embarazadas y parturientas. 9Entre llantos vendrán, y entre consuelos los conduciré. Los guiaré a corrientes de agua por un camino llano en el que no tropezarán. Yo soy el padre de Israel; mi primogénito es Efraín.
10»Naciones, escuchen la palabra del SEÑOR, y anuncien en las costas más lejanas: “El que dispersó a Israel, lo reunirá; lo cuidará como un pastor a su rebaño”. 11Porque el SEÑOR rescató a Jacob; lo redimió de una mano más poderosa. 12Vendrán y cantarán jubilosos en las alturas de Sión; disfrutarán de las bondades del SEÑOR: el trigo, el vino nuevo y el aceite, las crías de las ovejas y las vacas. Serán como un jardín bien regado, y no volverán a desmayar. 13Entonces las jóvenes danzarán con alegría, y los jóvenes junto con los ancianos. Convertiré su duelo en gozo, y los consolaré; transformaré su dolor en alegría. 14Colmaré de abundancia a los sacerdotes, y saciaré con mis bienes a mi pueblo», afirma el SEÑOR.
16Así dice el SEÑOR: «Reprime tu llanto, las lágrimas de tus ojos, pues tus obras tendrán su recompensa: tus hijos volverán del país enemigo —afirma el SEÑOR—. 17Se vislumbra esperanza en tu futuro: tus hijos volverán a su patria —afirma el SEÑOR—.
18»Por cierto, he escuchado el lamento de Efraín: “Me has escarmentado como a un ternero sin domar, y he aceptado tu corrección. Hazme volver, y seré restaurado; porque tú, mi Dios, eres el SEÑOR. 19Yo me aparté, pero me arrepentí; al comprenderlo me di golpes de pecho. Me siento avergonzado y humillado porque cargo con el oprobio de mi juventud”.
21»Ponte señales en el camino, coloca marcas por donde pasaste, fíjate bien en el sendero. ¡Vuelve, virginal Israel; vuelve a tus ciudades! 22¿Hasta cuándo andarás errante, hija infiel? El SEÑOR creará algo nuevo en la tierra, la mujer regresará a su esposo».
24Allí habitarán juntos Judá y todas sus ciudades, los agricultores y los pastores de rebaños. 25Daré de beber a los sedientos y saciaré a los que estén agotados».
27«Vienen días —afirma el SEÑOR— en que con la simiente de hombres y de animales sembraré el pueblo de Israel y la tribu de Judá. 28Y así como he estado vigilándolos para arrancar y derribar, para destruir y demoler, y para traer calamidad, así también habré de vigilarlos para construir y plantar —afirma el SEÑOR—.
31»Vienen días —afirma el SEÑOR— en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y con la tribu de Judá. 32No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto, ya que ellos lo quebrantaron a pesar de que yo era su esposo —afirma el SEÑOR—.
34Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: “¡Conoce al SEÑOR!”, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán —afirma el SEÑOR—. Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados». 35Así dice el SEÑOR, cuyo nombre es el SEÑOR Todopoderoso, quien estableció el sol para alumbrar el día, y la luna y las estrellas para alumbrar la noche, y agita el mar para que rujan sus olas:
38»Vienen días —afirma el SEÑOR—, en que la ciudad del SEÑOR será reconstruida, desde la torre de Jananel hasta la puerta de la Esquina. 39El cordel para medir se extenderá en línea recta, desde allí hasta la colina de Gareb, y luego girará hacia Goa. 40Y todo el valle donde se arrojan los cadáveres y las cenizas, y todos los campos, hasta el arroyo de Cedrón y hasta la puerta de los Caballos, en la esquina oriental, estarán consagrados al SEÑOR. ¡Nunca más la ciudad será arrancada ni derribada!»
Reina-Valera 1960
2Así ha dicho Jehová: El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando Israel iba en busca de reposo. 3Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. 4Aún te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel; todavía serás adornada con tus panderos, y saldrás en alegres danzas. 5Aún plantarás viñas en los montes de Samaria; plantarán los que plantan, y disfrutarán de ellas. 6Porque habrá día en que clamarán los guardas en el monte de Efraín: Levantaos, y subamos a Sion, a Jehová nuestro Dios.
7Porque así ha dicho Jehová: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo a la cabeza de naciones; haced oír, alabad, y decid: Oh Jehová, salva a tu pueblo, el remanente de Israel. 8He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y los reuniré de los fines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer que está encinta y la que dio a luz juntamente; en gran compañía volverán acá. 9Irán con lloro, mas con misericordia los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por padre, y Efraín es mi primogénito.
10Oíd palabra de Jehová, oh naciones, y hacedlo saber en las costas que están lejos, y decid: El que esparció a Israel lo reunirá y guardará, como el pastor a su rebaño. 11Porque Jehová redimió a Jacob, lo redimió de mano del más fuerte que él. 12Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor. 13Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor. 14Y el alma del sacerdote satisfaré con abundancia, y mi pueblo será saciado de mi bien, dice Jehová.
16Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. 17Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra. 18Escuchando, he oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios. 19Porque después que me aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud. 20¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová.
21Establécete señales, ponte majanos altos, nota atentamente la calzada; vuélvete por el camino por donde fuiste, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades. 22¿Hasta cuándo andarás errante, oh hija contumaz? Porque Jehová creará una cosa nueva sobre la tierra: la mujer rodeará al varón.
23Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Aún dirán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver sus cautivos: Jehová te bendiga, oh morada de justicia, oh monte santo. 24Y habitará allí Judá, y también en todas sus ciudades labradores, y los que van con rebaño. 25Porque satisfaré al alma cansada, y saciaré a toda alma entristecida.
27He aquí vienen días, dice Jehová, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal. 28Y así como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dice Jehová. 29En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, 30sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera.
31He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33Pero éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
35Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: 36Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.
38He aquí que vienen días, dice Jehová, en que la ciudad será edificada a Jehová, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Ángulo. 39Y saldrá más allá el cordel de la medida delante de él sobre el collado de Gareb, y rodeará a Goa. 40Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, será santo a Jehová; no será arrancada ni destruida más para siempre.
Biblia del Jubileo
1En aquel tiempo, dijo el SEÑOR, yo seré por Dios a todos los linajes de Israel, y ellos me serán a mí por pueblo. 2Así dijo el SEÑOR: Halló gracia en el desierto el pueblo, los que escaparon del cuchillo, yendo yo para hacer hallar reposo a Israel. 3El SEÑOR se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto te soporté con misericordia. 4Aún te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel; todavía serás adornada con tus panderos, y saldrás en corro de danzantes. 5Aún plantarás viñas en los montes de Samaria; plantarán los plantadores, y harán común uso de ellas. 6Porque habrá día en que clamarán los guardas en el monte de Efraín: Levantaos, y subamos en Sion, al SEÑOR nuestro Dios. 7Porque así dijo el SEÑOR: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo a la cabeza de los gentiles; haced oír, alabad, y decid: Oh SEÑOR, salva tu pueblo, el remanente de Israel. 8He aquí yo los torno de tierra del aquilón, y los junto de los fines de la tierra, habrá entre ellos ciegos y cojos, y mujeres que están encinta y las que dieron a luz juntamente; en gran compañía tornarán acá. 9Irán con lloro, mas con misericordias los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque seré a Israel por Padre, y Efraín será mi primogénito. 10Oíd palabra del SEÑOR, oh gentiles, y hacedlo saber en las islas que están lejos, y decid: El que esparció a Israel lo juntará y lo guardará, como pastor a su ganado. 11Porque el SEÑOR redimió a Jacob, lo redimió de mano del más fuerte que él. 12Y vendrán, y harán alabanzas en lo alto de Sion, y correrán al bien del SEÑOR, al pan, y al vino, y al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor. 13Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y su lloro tornaré en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor. 14Y el alma del sacerdote embriagaré de grosura, y será mi pueblo saciado de mi bien, dijo el SEÑOR. 15Así dijo el SEÑOR: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron. 16Así dijo el SEÑOR: Reprime tu voz del llanto, y tus ojos de las lágrimas; porque salario hay para tu obra, dice el SEÑOR, y volverán de la tierra del enemigo. 17Esperanza también hay para tu fin, dice el SEÑOR, y los hijos volverán a su término. 18Escuchando, oí a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme y seré convertido; porque tú eres el SEÑOR mi Dios. 19Porque después que me convertí, tuve arrepentimiento, y después que conocí, herí el muslo; me avergoncé, y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud. 20¿Por ventura es Efraín hijo precioso para mí? ¿Por ventura es para mi niño delicioso? Con todo eso desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; apiadado, tendré de él misericordia, dice el SEÑOR. 21Establécete señales, ponte mojones altos; nota atentamente la calzada; el camino por donde viniste, vuélvete, virgen de Israel, vuélvete a éstas tus ciudades. 22¿Hasta cuándo andarás errante, oh hija contumaz? Porque el SEÑOR criará una cosa nueva sobre la tierra: una MUJER rodeará al varón. 23Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: Aun dirán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo convertiré su cautiverio: el SEÑOR te bendiga, oh Morada de justicia y monte de santidad. 24Y morarán en ella Judá, y también en todas sus ciudades, labradores, y los que van con rebaño. 25Porque embriagué el alma cansada, y llené toda alma entristecida. 26En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fue sabroso.
27He aquí vienen días, dijo el SEÑOR, y sembraré la Casa de Israel y la Casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal. 28Y será que, como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder, y afligir, así tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dijo el SEÑOR. 29En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera. 30Sino que cada cual morirá por su maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera. 31He aquí que vienen días, dijo el SEÑOR, en los cuales haré nuevo pacto con la Casa de Jacob y con la Casa de Judá: 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, y yo me aunque fui el marido de ellos, dijo el SEÑOR: 33Mas éste es el Pacto que haré con la Casa de Israel después de aquellos días, dijo el SEÑOR: Daré mi ley en sus almas, y la escribiré en su corazón; y seré yo a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoced al SEÑOR: porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dijo el SEÑOR; porque perdonaré su maldad, y no me acordaré más de su pecado. 35Así dijo el SEÑOR, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche; que parte el mar y sus ondas braman; el SEÑOR de los ejércitos es su Nombre: 36Si estas leyes faltaren delante de mí, dijo el SEÑOR, también la simiente de Israel faltará para no ser nación delante de mí todos los días. 37Así dijo el SEÑOR: Si los cielos arriba se pueden medir, y buscarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la simiente de Israel por todo lo que hicieron, dijo el SEÑOR. 38He aquí que vienen días, dijo el SEÑOR, y la ciudad será edificada al SEÑOR, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del rincón. 39Y saldrá más adelante el cordel de la medida delante de él sobre el collado de Gareb, y cercará a Goa. 40Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, será Santo al SEÑOR; no será arrancada, ni destruida más para siempre.