Job capitulo 20
La Biblia de las Américas
2Por esto mis pensamientos me hacen responder, a causa de mi inquietud interior. 3He escuchado la reprensión que me insulta, y el espíritu de mi entendimiento me hace responder. 4¿Acaso sabes esto, que desde la antigüedad, desde que el hombre fue puesto sobre la tierra, 5es breve el júbilo de los malvados, y un instante dura la alegría del impío ? 6Aunque su presunción llegue a los cielos, y su cabeza toque las nubes, 7como su propio estiércol perece para siempre ; los que lo han visto dirán: “¿Dónde está ?” 8Huye como un sueño, y no lo pueden encontrar, y como visión nocturna es ahuyentado. 9El ojo que lo veía, ya no lo ve, y su lugar no lo contempla más. 10Sus hijos favorecen a los pobres, y sus manos devuelven sus riquezas. 11Sus huesos están llenos de vigor juvenil, mas con él en el polvo yacen.
12Aunque el mal sea dulce en su boca, y lo oculte bajo su lengua, 13 aunque lo desee y no lo deje ir, sino que lo retenga en su paladar, 14con todo la comida en sus entrañas se transforma en veneno de cobras dentro de él. 15Traga riquezas, pero las vomitará; de su vientre se las hará echar Dios. 16Chupa veneno de cobras, lengua de víbora lo mata. 17No mira a los arroyos, a los ríos que fluyen miel y cuajada. 18Devuelve lo que ha ganado, no lo puede tragar ; en cuanto a las riquezas de su comercio, no las puede disfrutar. 19Pues ha oprimido y abandonado a los pobres ; se ha apoderado de una casa que no construyó.
20Porque no conoció sosiego en su interior, no retiene nada de lo que desea. 21Nada le quedó por devorar, por eso no dura su prosperidad. 22En la plenitud de su abundancia estará en estrechez; la mano de todo el que sufre vendrá contra él. 23Cuando llene su vientre, Dios enviará contra él el ardor de su ira y la hará llover sobre él mientras come. 24Tal vez huya del arma de hierro, pero el arco de bronce lo atravesará. 25La saeta lo traspasa y sale por su espalda, y la punta relumbrante por su hiel. Vienen sobre él terrores, 26completas tinieblas están reservadas para sus tesoros; fuego no atizado lo devorará, y consumirá al que quede en su tienda. 27Los cielos revelarán su iniquidad, y la tierra se levantará contra él. 28Las riquezas de su casa se perderán ; serán arrasadas en el día de su ira. 29Esta es la porción de Dios para el hombre impío, y la herencia decretada por Dios para él.
Nueva Biblia de las Américas
2“Por esto mis pensamientos me hacen responder, A causa de mi inquietud interior. 3He escuchado la reprensión que me insulta, Y el espíritu de mi entendimiento me hace responder. 4¿Acaso sabes esto, que desde la antigüedad, Desde que el hombre fue puesto sobre la tierra, 5Es breve el júbilo de los malvados, Y un instante dura la alegría del impío? 6Aunque su orgullo llegue a los cielos, Y su cabeza toque las nubes, 7Como su propio estiércol perece para siempre; Los que lo han visto dirán: ‘¿Dónde está?’ 8Huye como un sueño, y no lo pueden encontrar, Y como visión nocturna es ahuyentado. 9El ojo que lo veía, ya no lo ve, Y su lugar no lo contempla más. 10Sus hijos favorecen a los pobres, Y sus manos devuelven sus riquezas. 11Sus huesos están llenos de vigor juvenil, Pero yacen con él en el polvo.
12Aunque el mal sea dulce en su boca, Y lo oculte bajo su lengua, 13 aunque lo desee y no lo deje ir, Sino que lo retenga en su paladar, 14Con todo la comida en sus entrañas se transforma En veneno de cobras dentro de él. 15Traga riquezas, Pero las vomitará; De su vientre se las hará echar Dios. 16Chupa veneno de cobras, Lengua de víbora lo mata. 17No mira a los arroyos, A los ríos que fluyen miel y cuajada. 18Devuelve lo que ha ganado, No lo puede tragar; En cuanto a las riquezas de su comercio, No las puede disfrutar. 19Pues ha oprimido y abandonado a los pobres; Se ha apoderado de una casa que no construyó.
20Porque no conoció quietud en su interior, No retiene nada de lo que desea. 21Nada le quedó por devorar, Por eso no dura su prosperidad. 22En la plenitud de su abundancia estará en estrechez; La mano de todo el que sufre vendrá contra él. 23Cuando llene su vientre, Dios enviará contra él el ardor de Su ira Y la hará llover sobre él mientras come. 24Tal vez huya del arma de hierro, Pero el arco de bronce lo atravesará. 25La flecha lo traspasa y sale por su espalda, Y la punta relumbrante por su hiel. Vienen sobre él terrores, 26Completas tinieblas están reservadas para sus tesoros; Fuego no atizado lo devorará, Y consumirá al que quede en su tienda. 27Los cielos revelarán su iniquidad, Y la tierra se levantará contra él. 28Las riquezas de su casa se perderán; Serán arrasadas en el día de Su ira. 29Esta es la porción de Dios para el hombre impío, Y la herencia decretada por Dios para él.”
Nueva Versión Internacional
1A esto respondió Zofar de Namat: 2«Mis turbados pensamientos me hacen replicar, pues me hallo muy desconcertado. 3He escuchado una reprensión que me deshonra, y mi inteligencia me obliga a responder.
4»Bien sabes tú que desde antaño, desde que Dios puso al hombre en la tierra, 5muy breve ha sido la algarabía del malvado; la alegría del impío ha sido pasajera. 6Aunque su orgullo llegue hasta los cielos y alcance a tocar con la cabeza las nubes, 7él perecerá para siempre, como su excremento, y sus allegados dirán: “¿Qué se hizo?” 8Como un sueño, como una visión nocturna, se desvanecerá y no volverá a ser hallado. 9Los ojos que lo vieron no volverán a verlo; su lugar no volverá a contemplarlo. 10Sus hijos tendrán que resarcir a los pobres; ellos mismos restituirán las riquezas de su padre. 11El vigor juvenil que hoy sostiene sus huesos un día reposará en el polvo con él.
12»Aunque en su boca el mal sabe dulce y lo disimula bajo la lengua, 13y aunque no lo suelta para nada, sino que tenazmente lo retiene, 14ese pan se le agriará en el estómago; dentro de él se volverá veneno de áspid. 15Vomitará las riquezas que se engulló; Dios hará que las arroje de su vientre. 16Chupará veneno de serpientes; la lengua de un áspid lo matará. 17No disfrutará de los arroyos, de los ríos de crema y miel; 18no se engullirá las ganancias de sus negocios; no disfrutará de sus riquezas, 19porque oprimió al pobre y lo dejó sin nada, y se adueñó de casas que nunca construyó.
20»Su ambición nunca quedó satisfecha; ¡nada quedó a salvo de su codicia! 21Nada se libró de su voracidad; por eso no perdurará su bienestar. 22En medio de la abundancia, lo abrumará la angustia; le sobrevendrá toda la fuerza de la desgracia. 23Cuando el malvado se haya llenado el vientre, Dios dará rienda suelta a su enojo contra él, y descargará sobre él sus golpes. 24Aunque huya de las armas de hierro, una flecha de bronce lo atravesará. 25Cuando del hígado y de la espalda intente sacarse la punta de la flecha, se verá sobrecogido de espanto, 26y la oscuridad total acechará sus tesoros. Un fuego no atizado acabará con él y con todo lo que haya quedado de su casa. 27Los cielos harán pública su culpa; la tierra se levantará a denunciarlo. 28En el día de la ira de Dios, un aluvión arrasará con su casa. 29Tal es el fin que Dios reserva al malvado; tal es la herencia que le asignó».
Reina-Valera 1960
1Respondió Zofar naamatita, y dijo: 2Por cierto mis pensamientos me hacen responder, Y por tanto me apresuro. 3La reprensión de mi censura he oído, Y me hace responder el espíritu de mi inteligencia. 4¿No sabes esto, que así fue siempre, Desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra, 5Que la alegría de los malos es breve, Y el gozo del impío por un momento? 6Aunque subiere su altivez hasta el cielo, Y su cabeza tocare en las nubes, 7Como su estiércol, perecerá para siempre; Los que le hubieren visto dirán: ¿Qué hay de él? 8Como sueño volará, y no será hallado, Y se disipará como visión nocturna. 9El ojo que le veía, nunca más le verá, Ni su lugar le conocerá más. 10Sus hijos solicitarán el favor de los pobres, Y sus manos devolverán lo que él robó. 11Sus huesos están llenos de su juventud, Mas con él en el polvo yacerán. 12Si el mal se endulzó en su boca, Si lo ocultaba debajo de su lengua, 13Si le parecía bien, y no lo dejaba, Sino que lo detenía en su paladar; 14Su comida se mudará en sus entrañas; Hiel de áspides será dentro de él. 15Devoró riquezas, pero las vomitará; De su vientre las sacará Dios. 16Veneno de áspides chupará; Lo matará lengua de víbora. 17No verá los arroyos, los ríos, Los torrentes de miel y de leche.
18Restituirá el trabajo conforme a los bienes que tomó, Y no los tragará ni gozará. 19Por cuanto quebrantó y desamparó a los pobres, Robó casas, y no las edificó; 20Por tanto, no tendrá sosiego en su vientre, Ni salvará nada de lo que codiciaba. 21No quedó nada que no comiese; Por tanto, su bienestar no será duradero. 22En el colmo de su abundancia padecerá estrechez; La mano de todos los malvados vendrá sobre él. 23Cuando se pusiere a llenar su vientre, Dios enviará sobre él el ardor de su ira, Y la hará llover sobre él y sobre su comida. 24Huirá de las armas de hierro, Y el arco de bronce le atravesará. 25La saeta le traspasará y saldrá de su cuerpo, Y la punta relumbrante saldrá por su hiel; Sobre él vendrán terrores. 26Todas las tinieblas están reservadas para sus tesoros; Fuego no atizado los consumirá; Devorará lo que quede en su tienda. 27Los cielos descubrirán su iniquidad, Y la tierra se levantará contra él. 28Los renuevos de su casa serán transportados; Serán esparcidos en el día de su furor. 29Ésta es la porción que Dios prepara al hombre impío, Y la heredad que Dios le señala por su palabra.
Biblia del Jubileo
1Y respondió Zofar naamatita, y dijo: 2Por cierto mis pensamientos me hacen responder, y por tanto me apresuro. 3La reprensión de mi censura he oído, y me hace responder el espíritu de mi inteligencia. 4¿No sabes esto que fue siempre, desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra, 5que la alegría de los impíos es breve, y el gozo del hipócrita por un momento? 6Si subiere su altura hasta el cielo, y su cabeza tocare en las nubes, 7con su mismo estiércol perecerá para siempre; los que le hubieren visto, dirán: ¿Qué es de él? 8Como sueño volará, y no será hallado; y se disipará como visión nocturna. 9El ojo que le habrá visto, nunca más le vera; ni su lugar le echará más de ver. 10Sus hijos pobres andarán rogando; y sus manos devolverán lo que él robó. 11Sus huesos están llenos de los pecados de su juventud, y con él serán sepultados en el polvo. 12Si el mal se endulzó en su boca, si lo ocultaba debajo de su lengua; 13si le parecía bien, y no lo dejaba, sino que lo detenía entre su paladar; 14su comida se mudará en sus entrañas, hiel de áspides será dentro de él. 15Comió haciendas, mas las vomitará; de su vientre las sacará Dios. 16Veneno de áspides chupará; lo matará lengua de víbora. 17No verá los arroyos, las riberas de los ríos de miel y de manteca. 18Restituirá el trabajo ajeno conforme a la hacienda que tomó; y no tragará, ni gozará. 19Por cuanto quebrantó y desamparó a los pobres, robó casas, y no las edificó; 20por tanto, no sentirá él sosiego en su vientre, ni escapará con su codicia. 21No quedó nada que no comiese; por tanto su bien no será durable. 22Cuando fuere lleno su bastimento, tendrá angustia; las manos todas de los malvados vendrán sobre él. 23Cuando se pusiere a llenar su vientre, Dios enviará sobre él el furor de su ira, y la hará llover sobre él y sobre su comida. 24Huirá de las armas de hierro, y el arco de acero le atravesará. 25Desenvainará y sacará saeta de su aljaba, y relumbrante pasará por su hiel; sobre él vendrán terrores. 26Todas tinieblas están guardadas para sus secretos; fuego no soplado lo devorará; su sucesor será quebrantado en su tienda. 27Los cielos descubrirán su iniquidad, y la tierra se levantará contra él. 28Los renuevos de su casa serán trasportados; serán derramados en el día de su furor. 29Esta es la parte que Dios apareja al hombre impío, y la heredad que Dios le señala por su palabra.