Job capitulo 23
La Biblia de las Américas
2Aun hoy mi queja es rebelión; su mano es pesada no obstante mi gemido. 3¡Quién me diera saber dónde encontrarle, para poder llegar hasta su trono ! 4Expondría ante El mi causa, llenaría mi boca de argumentos. 5Aprendería yo las palabras que El me respondiera, y entendería lo que me dijera. 6¿Contendería El conmigo con la grandeza de su poder ? No, ciertamente me prestaría atención. 7Allí el justo razonaría con El, y yo sería librado para siempre de mi Juez.
8He aquí, me adelanto, y El no está allí, retrocedo, pero no le puedo percibir ; 9cuando se manifiesta a la izquierda, no le distingo, se vuelve a la derecha, y no le veo. 10Pero El sabe el camino que tomo ; cuando me haya probado, saldré como el oro. 11Mi pie ha seguido firme en su senda, su camino he guardado y no me he desviado. 12Del mandamiento de sus labios no me he apartado, he atesorado las palabras de su boca más que mi comida. 13Pero El es único, ¿y quién le hará cambiar? Lo que desea su alma, eso hace. 14Porque El hace lo que está determinado para mí, y muchos decretos como éstos hay con El. 15Por tanto, me espantaría ante su presencia; cuando lo pienso, siento terror de El. 16Es Dios el que ha hecho desmayar mi corazón, y el Todopoderoso el que me ha perturbado ; 17pero no me hacen callar las tinieblas, ni la densa oscuridad que me cubre.
Nueva Biblia de las Américas
2“Aun hoy mi queja es rebelión; Su mano es pesada a pesar de mi gemido. 3¡Quién me diera saber dónde encontrarlo, Para poder llegar hasta Su trono! 4Expondría ante El mi causa, Llenaría mi boca de argumentos. 5Aprendería yo las palabras que El me respondiera, Y entendería lo que me dijera. 6¿Discutiría El conmigo con la grandeza de Su poder? No, ciertamente me prestaría atención. 7Allí el justo razonaría con El, Y yo sería librado para siempre de mi Juez.
8Me adelanto, pero El no está allí, Retrocedo, pero no Lo puedo percibir; 9Cuando se manifiesta a la izquierda, no Lo distingo, Se vuelve a la derecha, y no Lo veo. 10Pero El sabe el camino que tomo; Cuando me haya probado, saldré como el oro. 11Mi pie ha seguido firme en Su senda, Su camino he guardado y no me he desviado. 12Del mandamiento de Sus labios no me he apartado, He atesorado las palabras de Su boca más que mi comida. 13Pero El es único, ¿y quién Lo hará cambiar? Lo que desea Su alma, eso hace. 14Porque El hace lo que está determinado para mí, Y muchos decretos como éstos hay con El. 15Por tanto, me espantaría ante Su presencia; Cuando lo pienso, siento terror de El. 16Es Dios el que ha hecho desmayar mi corazón, Y el Todopoderoso el que me ha perturbado; 17Pero no me hacen callar las tinieblas, Ni la densa oscuridad que me cubre.
Nueva Versión Internacional
1A esto respondió Job: 2«Mi queja sigue siendo amarga; gimo bajo el peso de su mano. 3¡Ah, si supiera yo dónde encontrar a Dios! ¡Si pudiera llegar adonde él habita! 4Ante él expondría mi caso; llenaría mi boca de argumentos. 5Podría conocer su respuesta, y trataría de entenderla. 6¿Disputaría él conmigo, con todo su poder? ¡Claro que no! ¡Ni me acusaría! 7Ante él cualquier hombre recto podría presentar su caso, y yo sería absuelto para siempre delante de mi juez.
8»Si me dirijo hacia el este, no está allí; si me encamino al oeste, no lo encuentro. 9Si está ocupado en el norte, no lo veo; si se vuelve al sur, no alcanzo a percibirlo. 10Él, en cambio, conoce mis caminos; si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro. 11En sus sendas he afirmado mis pies; he seguido su camino sin desviarme. 12No me he apartado de los mandamientos de sus labios; en lo más profundo de mi ser he atesorado las palabras de su boca.
13»Pero él es soberano; ¿quién puede hacerlo desistir? Lo que él quiere hacer, lo hace. 14Hará conmigo lo que ha determinado; todo lo que tiene pensado lo realizará. 15Por eso me espanto en su presencia; si pienso en todo esto, me lleno de temor. 16Dios ha hecho que mi corazón desmaye; me tiene aterrado el Todopoderoso. 17Con todo, no logran acallarme las tinieblas ni la densa oscuridad que cubre mi rostro.
Reina-Valera 1960
1Respondió Job, y dijo: 2Hoy también hablaré con amargura; Porque es más grave mi llaga que mi gemido. 3¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. 4Expondría mi causa delante de él, Y llenaría mi boca de argumentos. 5Yo sabría lo que él me respondiese, Y entendería lo que me dijera. 6¿Contendería conmigo con grandeza de fuerza? No; antes él me atendería. 7Allí el justo razonaría con él; Y yo escaparía para siempre de mi juez. 8He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; Y al occidente, y no lo percibiré; 9Si muestra su poder al norte, yo no lo veré; Al sur se esconderá, y no lo veré. 10Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro. 11Mis pies han seguido sus pisadas; Guardé su camino, y no me aparté. 12Del mandamiento de sus labios nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida. 13Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar? Su alma deseó, e hizo. 14Él, pues, acabará lo que ha determinado de mí; Y muchas cosas como éstas hay en él. 15Por lo cual yo me espanto en su presencia; Cuando lo considero, tiemblo a causa de él. 16Dios ha enervado mi corazón, Y me ha turbado el Omnipotente. 17¿Por qué no fui yo cortado delante de las tinieblas, Ni fue cubierto con oscuridad mi rostro?
Biblia del Jubileo
1Y respondió Job, y dijo: 2Hoy también hablaré con amargura; que es más grave mi llaga que mi gemido. 3¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. 4Ordenaría juicio delante de él, y llenaría mi boca de argumentos. 5Yo sabría lo que él me respondería, y entendería lo que me dijese. 6¿Por ventura pleitearía conmigo con grandeza de fuerza? No; antes él la pondría en mí. 7Allí el recto disputaría con él; y escaparía para siempre del que me condena. 8He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; y al occidente, y no lo percibiré. 9Si al norte él obrare, yo no lo veré; al mediodía se esconderá, y no lo veré. 10Mas él conoció mi camino; me probó, y salí como oro. 11Mis pies tomaron su rastro; guardé su camino, y no me aparté. 12Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida. 13Pero si él se determina en una cosa, ¿quién lo apartará? Su alma deseó, e hizo. 14Por tanto él acabará lo que me es necesario; y muchas cosas como éstas hay en él. 15Por lo cual yo me espantaré delante de su rostro; consideraré, y lo temeré. 16Dios ha enternecido mi corazón, y el Omnipotente me ha espantado. 17¿Por qué no fui yo cortado delante de las tinieblas, y cubrió con oscuridad mi rostro?