Job capitulo 36
La Biblia de las Américas
2Espérame un poco, y te mostraré que todavía hay más que decir en favor de Dios. 3Traeré mi conocimiento desde lejos, y atribuiré justicia a mi Hacedor. 4Porque en verdad no son falsas mis palabras ; uno perfecto en conocimiento está contigo. 5He aquí, Dios es poderoso pero no desprecia a nadie, es poderoso en la fuerza del entendimiento. 6No mantiene vivo al impío, mas da justicia al afligido. 7No aparta sus ojos del justo, sino que, con los reyes sobre el trono, los ha sentado para siempre, y son ensalzados. 8Y si están aprisionados con cadenas, y son atrapados en las cuerdas de aflicción, 9entonces les muestra su obra y sus transgresiones, porque ellos se han engrandecido. 10El abre sus oídos para la instrucción, y ordena que se vuelvan del mal. 11Si escuchan y le sirven, acabarán sus días en prosperidad y sus años en delicias. 12Pero si no escuchan, perecerán a espada, y morirán sin conocimiento. 13Mas los impíos de corazón acumulan la ira; no claman pidiendo ayuda cuando El los ata. 14Mueren en su juventud, y su vida perece entre los sodomitas de cultos paganos. 15El libra al afligido en medio de su aflicción, y abre su oído en tiempos de opresión. 16Entonces, en verdad, El te atrajo de la boca de la angustia, a un lugar espacioso, sin limitaciones, en lugar de aquélla; y lo que se puso sobre tu mesa estaba lleno de grosura.
17Pero tú estabas lleno de juicio sobre el malvado ; el juicio y la justicia se apoderan de ti. 18Ten cuidado, no sea que el furor te induzca a burlarte; no dejes que la grandeza del rescate te extravíe. 19¿Te protegerán tus riquezas de la angustia, o todas las fuerzas de tu poder? 20No anheles la noche, cuando los pueblos desaparecen de su lugar. 21Ten cuidado, no te inclines al mal ; pues has preferido éste a la aflicción. 22He aquí, Dios es exaltado en su poder, ¿quién es maestro como El ? 23¿Quién le ha señalado su camino, y quién le ha dicho: “Has hecho mal ”?
24Recuerda que debes ensalzar su obra, la cual han cantado los hombres. 25Todos los hombres la han visto; el hombre desde lejos la contempla. 26He aquí, Dios es exaltado, y no le conocemos ; el número de sus años es inescrutable. 27Porque El atrae las gotas de agua, y ellas, del vapor, destilan lluvia, 28que derraman las nubes, y en abundancia gotean sobre el hombre. 29¿Puede alguno comprender la extensión de las nubes, o el tronar de su pabellón ? 30He aquí, El extiende su relámpago en derredor suyo, y cubre los abismos del mar. 31Pues por estos medios El juzga a los pueblos, y da alimento en abundancia. 32El cubre sus manos con el relámpago, y le ordena dar en el blanco. 33Su trueno anuncia su presencia ; también el ganado, respecto a lo que se levanta.
Nueva Biblia de las Américas
2“Espérame un poco, y te mostraré Que todavía hay más que decir en favor de Dios. 3Traeré mi conocimiento desde lejos, Y atribuiré justicia a mi Hacedor. 4Porque en verdad no son falsas mis palabras; Uno perfecto en conocimiento está contigo. 5Dios es poderoso pero no desprecia a nadie, Es poderoso en la fuerza del entendimiento. 6No mantiene vivo al impío, Pero da justicia al afligido. 7No aparta Sus ojos de los justos, Y con los reyes sobre el trono Los ha sentado para siempre, y son ensalzados. 8Y si están aprisionados con cadenas, Si son atrapados en las cuerdas de aflicción, 9Entonces les muestra su obra Y sus transgresiones, porque ellos se han engrandecido. 10El abre sus oídos para la instrucción, Y ordena que se vuelvan del mal. 11Si escuchan y Le sirven, Acabarán sus días en prosperidad Y sus años en delicias. 12Pero si no escuchan, perecerán a espada, Y morirán sin conocimiento. 13Pero los impíos de corazón acumulan la ira; No claman pidiendo ayuda cuando El los ata. 14Mueren en su juventud, Y su vida perece entre los sodomitas de cultos paganos. 15El libra al afligido en medio de su aflicción, Y abre su oído en tiempos de opresión. 16Entonces, en verdad, El te atrajo de la boca de la angustia, A un lugar espacioso, sin limitaciones, en lugar de aquélla; Y lo que se puso sobre tu mesa estaba lleno de grasa.
17Pero tú estabas lleno de juicio sobre el malvado; El juicio y la justicia se apoderan de ti. 18Ten cuidado, no sea que el furor te seduzca a burlarte; No dejes que la grandeza del rescate te extravíe. 19¿Te protegerán tus riquezas de la angustia, O todas las fuerzas de tu poder? 20No anheles la noche, Cuando los pueblos desaparecen de su lugar. 21Ten cuidado, no te inclines al mal; Pues has preferido éste a la aflicción. 22Dios es exaltado en Su poder, ¿Quién es maestro como El? 23¿Quién Le ha señalado Su camino, Y quién Le ha dicho: ‘Has hecho mal’?
24Recuerda que debes ensalzar Su obra, La cual han cantado los hombres. 25Todos los hombres la han visto; El hombre la contempla desde lejos. 26Dios es exaltado, y no Lo conocemos; El número de Sus años es inescrutable. 27Porque El atrae las gotas de agua, Y ellas, del vapor, destilan lluvia, 28Que derraman las nubes, Y en abundancia gotean sobre el hombre. 29¿Puede alguien comprender la extensión de las nubes, O el tronar de Su pabellón? 30El extiende Su relámpago en derredor suyo, Y cubre los abismos del mar. 31Pues por estos medios El juzga a los pueblos, Y da alimento en abundancia. 32El cubre Sus manos con el relámpago, Y le ordena dar en el blanco. 33Su trueno anuncia Su presencia; También el ganado, respecto a lo que se levanta.
Nueva Versión Internacional
1Eliú continuó diciendo: 2«Ten paciencia conmigo y te mostraré que aún quiero decir más en favor de Dios. 3Mi conocimiento proviene de muy lejos; voy a demostrar que mi Hacedor está en lo justo. 4Te aseguro que no hay falsedad en mis palabras; ¡tienes ante ti a la sabiduría en persona!
5»Dios es poderoso, pero no rechaza al inocente; Dios es poderoso, y todo lo entiende. 6Al malvado no lo mantiene con vida; al afligido le hace valer sus derechos. 7Cuida siempre de los justos; los hace reinar en compañía de reyes y los exalta para siempre. 8Pero, si son encadenados, si la aflicción los domina, 9Dios denuncia sus acciones y la arrogancia de su pecado. 10Les hace prestar oído a la corrección y les pide apartarse del mal. 11Si ellos le obedecen y le sirven, pasan el resto de su vida en prosperidad, pasan felices los años que les quedan. 12Pero, si no le hacen caso, sin darse cuenta cruzarán el umbral de la muerte.
13»Los de corazón impío abrigan resentimiento; no piden ayuda aun cuando Dios los castigue. 14Mueren en la flor de la vida, entre los que se prostituyen en los santuarios. 15A los que sufren, Dios los libra mediante el sufrimiento; en su aflicción, los consuela.
16»Dios te libra de las fauces de la angustia, te lleva a un lugar amplio y espacioso, y llena tu mesa con la mejor comida. 17Pero tú te has ganado el juicio que merecen los impíos; el juicio y la justicia te tienen atrapado. 18Cuídate de no dejarte seducir por las riquezas; no te dejes desviar por el soborno. 19Tus grandes riquezas no podrán sostenerte, ni tampoco todos tus esfuerzos. 20No ansíes que caiga la noche, cuando la gente es arrancada de su sitio. 21Cuídate de no inclinarte a la maldad, que por eso fuiste apartado de la aflicción.
22»Dios es exaltado por su poder. ¿Qué maestro hay que se le compare? 23¿Quién puede pedirle cuentas de sus actos? ¿Quién puede decirle que se ha equivocado? 24No te olvides de exaltar sus obras, que con cánticos han sido alabadas. 25Todo el género humano puede contemplarlas, aunque solo desde lejos. 26¡Tan grande es Dios que no lo conocemos! ¡Incontable es el número de sus años!
27»Él derrama las gotas de agua que fluyen como lluvia hacia los ríos; 28las nubes derraman su lluvia, que cae a raudales sobre el género humano. 29¿Quién entiende la extensión de las nubes y el estruendo que sale de su pabellón? 30Vean a Dios esparcir su luz en torno suyo, y bañar con ella las profundidades del océano. 31Dios gobierna a las naciones y les da comida en abundancia. 32Toma entre sus manos el relámpago, y le ordena dar en el blanco. 33Su trueno anuncia la inminente tormenta, y hasta el ganado presagia su llegada.
Reina-Valera 1960
1Añadió Eliú y dijo: 2Espérame un poco, y te enseñaré; Porque todavía tengo razones en defensa de Dios. 3Tomaré mi saber desde lejos, Y atribuiré justicia a mi Hacedor. 4Porque de cierto no son mentira mis palabras; Contigo está el que es íntegro en sus conceptos.
5He aquí que Dios es grande, pero no desestima a nadie; Es poderoso en fuerza de sabiduría. 6No otorgará vida al impío, Pero a los afligidos dará su derecho. 7No apartará de los justos sus ojos; Antes bien con los reyes los pondrá en trono para siempre, Y serán exaltados. 8Y si estuvieren prendidos en grillos, Y aprisionados en las cuerdas de aflicción, 9Él les dará a conocer la obra de ellos, Y que prevalecieron sus rebeliones. 10Despierta además el oído de ellos para la corrección, Y les dice que se conviertan de la iniquidad. 11Si oyeren, y le sirvieren, Acabarán sus días en bienestar, Y sus años en dicha. 12Pero si no oyeren, serán pasados a espada, Y perecerán sin sabiduría.
13Mas los hipócritas de corazón atesoran para sí la ira, Y no clamarán cuando él los atare. 14Fallecerá el alma de ellos en su juventud, Y su vida entre los sodomitas. 15Al pobre librará de su pobreza, Y en la aflicción despertará su oído. 16Asimismo te apartará de la boca de la angustia A lugar espacioso, libre de todo apuro, Y te preparará mesa llena de grosura. 17Mas tú has llenado el juicio del impío, En vez de sustentar el juicio y la justicia. 18Por lo cual teme, no sea que en su ira te quite con golpe, El cual no puedas apartar de ti con gran rescate. 19¿Hará él estima de tus riquezas, del oro, O de todas las fuerzas del poder? 20No anheles la noche, En que los pueblos desaparecen de su lugar. 21Guárdate, no te vuelvas a la iniquidad; Pues ésta escogiste más bien que la aflicción. 22He aquí que Dios es excelso en su poder; ¿Qué enseñador semejante a él? 23¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Y quién le dirá: Has hecho mal?
24Acuérdate de engrandecer su obra, La cual contemplan los hombres. 25Los hombres todos la ven; La mira el hombre de lejos. 26He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos, Ni se puede seguir la huella de sus años. 27Él atrae las gotas de las aguas, Al transformarse el vapor en lluvia, 28La cual destilan las nubes, Goteando en abundancia sobre los hombres. 29¿Quién podrá comprender la extensión de las nubes, Y el sonido estrepitoso de su morada? 30He aquí que sobre él extiende su luz, Y cobija con ella las profundidades del mar. 31Bien que por esos medios castiga a los pueblos, A la multitud él da sustento. 32Con las nubes encubre la luz, Y le manda no brillar, interponiendo aquéllas. 33El trueno declara su indignación, Y la tempestad proclama su ira contra la iniquidad.
Biblia del Jubileo
1Y Añadió Eliú, y dijo: 2Espérame un poco, y te enseñaré; porque todavía hablo por Dios. 3Tomaré mi sabiduría de lejos, y daré la justicia a mi hacedor. 4Porque de cierto no son mentira mis palabras; antes se trata contigo con perfecta sabiduría. 5He aquí que Dios es grande, y no aborrece; fuerte es en virtud de corazón. 6No dará vida al impío, antes a los humildes dará su derecho. 7No quitará sus ojos del justo; antes bien con los reyes los pondrá en silla para siempre, y serán ensalzados. 8Y si estuvieren presos en grillos, y cautivos en las cuerdas de la bajeza, 9él les anunciará la obra de ellos, y que sus rebeliones prevalecieron. 10Y despierta el oído de ellos para castigo, y les dice que se conviertan de la iniquidad. 11Si oyeren, y le sirvieren, acabarán sus días en bien, y sus años en deleites. 12Mas si no oyeren, serán pasados a cuchillo, y perecerán sin sabiduría. 13Pero los hipócritas de corazón lo irritarán más, y no clamarán cuando él los atare. 14Fallecerá el alma de ellos en su juventud, y su vida entre los fornicarios. 15Al pobre librará de su pobreza, y en la aflicción despertará su oído. 16Asimismo te apartaría de la boca de la angustia a lugar espacioso, libre de todo apuro; y te asentará mesa llena de grosura. 17Mas tú has llenado el juicio del impío, contra la justicia y el juicio que lo sustentan todo. 18Por lo cual de temer es que no te quite con golpe, el cual no puedas apartar de ti con gran rescate. 19¿Por ventura estimará él tus riquezas, ni del oro, ni de todas las fuerzas de la potencia? 20No anheles la noche, en la cual él corta los pueblos de su lugar. 21Guárdate, no mires a la iniquidad; teniéndola por mejor que la pobreza. 22He aquí que Dios es excelso con su potencia; ¿qué enseñador semejante a él? 23¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Y quién le dirá: Iniquidad has hecho? 24Acuérdate de engrandecer su obra, la cual contemplan los hombres. 25La cual vieron todos los hombres; y el hombre la ve de lejos. 26He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; ni se puede rastrear el número de sus años. 27Porque él detiene las goteras de las aguas, cuando la lluvia se derrama de su vapor; 28cuando gotean de las nubes, gotean sobre los hombres en abundancia. 29¿Si entenderá también los extendimientos de las nubes, y los bramidos de su tienda? 30He aquí que sobre él sobre extiende su luz, y cubrió las raíces del mar. 31Con ellas castiga a los pueblos, y da comida a la multitud. 32Con las nubes encubre la luz, y les manda que vayan contra ella. 33La una da nuevas de la otra; la una adquiere ira contra la que viene.