Visión general de Jonás
Tipo de Libro: El quinto libro de los profetas menores; el libro trigésimo segundo del Antiguo Testamento; el trigésimo segundo libro de la Biblia.
Autor: Jonás, de acuerdo con el primer versículo, donde aparece nombrado directamente. Jonás es un profeta único, y hace todo lo posible por evitar la voluntad que Dios tiene para su vida. Jonás también respondió con ira cuando vio que Nínive finalmente se arrepintió, ya que hubiera preferido que Dios los hubiera destruido.
Audiencia: Jonás se escribió tanto para el pueblo gentil de Nínive como para la educación del pueblo judío. Dios envió a Jonás para predicarle a la gente malvada de Nínive acerca del juicio que estaba a punto de caer sobre ellos. Sin embargo, Jonás decidió huir de Dios y finalmente acabó dentro de un gran pez. Jonás oró y fue rescatado. Luego, comenzó a obedecer al Señor y fue a predicarle a la gente de Nínive. El pueblo se arrepintió y Dios salvó a la ciudad del juicio que estaba a punto de caer sobre ellos. Jonás se enojó debido a la misericordia del Señor, pero el Señor tuvo que recordarle que muchas personas de la ciudad se habían arrepentido. El libro también nos presenta el arrepentimiento tanto de los judíos (Jonás) como el de los gentiles, revelándonos así la compasión que Dios siente por todos los que se arrepienten e intentan tener una relación con Él.
Fecha: Escrito entre el 793 y el 758 a.C. aproximadamente.
Resumen: Jonás consta de cuatro capítulos. Durante el primer capítulo, Dios llama a Jonás y le dice que se vaya a predicar a Nínive; sin embargo, él decide escaparse de Dios. Después, Jonás habla sobre el hecho de que es imposible huir de Dios. El capítulo termina con Jonás siendo arrojado al mar, momento en el que un gran pez acaba tragándoselo.
En el capítulo 2 aparece la oración de Jonás. Jonás clama a Dios en su angustia (Jonás 2:2) mientras está en el vientre del pez. Dios responde a su oración, le da una orden al pez y el pez vomita a Jonás, quien acaba llegando a tierra firme de nuevo (Jonás 2:10). En el capítulo 3, Jonás acaba obedeciendo fielmente al Señor y se va a predicar en Nínive. Después de esta segunda llamada por parte de Dios (Jonás 3:1–2), Jonás obedece y comienza a proclamar que la destrucción de Nínive llegaría en cuarenta días. El pueblo de Nínive cree a Dios, empieza a ayunar y se lamenta al escuchar la predicación de Jonás (Jonás 3:5). El rey incluso llega hasta el punto de emitir un decreto para obligarle a todo el mundo a ayunar y a orar tanto como sea posible para arrepentirse y que el Señor tuviera misericordia de ellos (Jonás 3: 6–9). Una vez hicieron todo esto, el Señor les mostró misericordia (Jonás 3:10).
El capítulo 4 nos ofrece la respuesta de Jonás. En lugar de alegrarse, quiso morirse (Jonás 4:3). Después de esto, Jonás aparece descansando fuera de la ciudad debajo de una planta que el Señor mismo le había ofrecido, la cual le estaba dando algo de sombra y cobijo. Al día siguiente, la planta desaparece y Jonás se enoja tanto que nuevamente quiso morirse (Jonás 4:8). El Señor le recuerda a Jonás que el pueblo de Nínive era mucho más importante que la planta que había desaparecido. El Señor quiso tener compasión por ellos y los cuidó mucho más de lo que a Jonás le debiera haber importado una planta. Las personas que responden a la llamada de Dios son capaces de mostrar el amor que sienten por Dios y los demás con claridad y sinceridad.
Versículos clave (RVC)
Jonás 1:3: Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.
Jonás 1:17: Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.
Jonás 2:2: Y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste.
Jonás 3:10: Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.