Capítulo
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Juan capitulo 5

La Biblia de las Américas

30Yo no puedo hacer nada por iniciativa mía ; como oigo, juzgo, y mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 31Si yo solo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. 32Otro es el que da testimonio de mí, y yo sé que el testimonio que da de mí es verdadero. 33Vosotros habéis enviado a preguntar a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. 34Pero el testimonio que yo recibo no es de hombre ; mas digo esto para que vosotros seáis salvos. 35El era la lámpara que ardía y alumbraba, y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. 36Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha dado para llevar a cabo, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado. 37Y el Padre que me envió, ése ha dado testimonio de mí. Pero no habéis oído jamás su voz ni habéis visto su apariencia. 38Y su palabra no la tenéis morando en vosotros, porque no creéis en aquel que El envió. 39Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna ; y ellas son las que dan testimonio de mí ; 40y no queréis venir a mí para que tengáis vida. 41No recibo gloria de los hombres ; 42pero os conozco, que no tenéis el amor de Dios en vosotros. 43Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése recibiréis. 44¿Cómo podéis creer, cuando recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único ? 45No penséis que yo os acusaré delante del Padre; el que os acusa es Moisés, en quien vosotros habéis puesto vuestra esperanza. 46Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. 47Pero si no creéis sus escritos, ¿cómo creeréis mis palabras?
Nueva Biblia de las Américas

Nueva Versión Internacional

Reina-Valera 1960

30No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre. 31Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. 32Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero. 33Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad. 34Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos. 35Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. 36Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado. 37También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, 38ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis. 39Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; 40y no queréis venir a mí para que tengáis vida. 41Gloria de los hombres no recibo. 42Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. 43Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis. 44¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único? 45No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. 46Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. 47Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?
Biblia del Jubileo

1Después de estas cosas, había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. 2Y hay en Jerusalén a la puerta de las ovejas un estanque, que en hebreo es llamado Betesda, el cual tiene cinco portales. 3En éstos yacía multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que estaban esperando el movimiento del agua. 4Porque un ángel descendía a cierto tiempo al estanque, y revolvía el agua; y el que primero descendía en el estanque después del movimiento del agua, era sano de cualquier enfermedad que tuviese. 5Y estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. 6Cuando Jesús vio a éste echado, y supo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: ¿Quieres ser sano? 7Y el enfermo le respondió: Señor, no tengo hombre que cuando el agua fuere revuelta, me meta en el estanque; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido. 8Le dice Jesús: Levántate, toma tu lecho, y anda. 9Y luego aquel hombre fue sano, y tomó su lecho, y anduvo. Y era sábado aquel día. 10Entonces los judíos decían a aquel que había sido sanado: Sábado es; no te es lícito llevar tu lecho. 11Les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. 12Y le preguntaron entonces: ¿Quién es el hombre que te dijo: Toma tu lecho y anda? 13Y el que había sido sanado, no sabía quién fuese; porque Jesús se había apartado de la multitud que estaba en aquel lugar. 14Después le halló Jesús en el Templo, y le dijo: He aquí, eres ya sano; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. 15El se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. 16Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en sábado. 17Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora obra, y yo obro. 18Entonces, por tanto, más procuraban los judíos matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también a su Padre llamaba Dios, haciéndose igual a Dios.
30No puedo yo de mí mismo hacer nada; como oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, del Padre. 31Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. 32Otro es el que da testimonio de mí; y sé que el testimonio que da de mí, es verdadero. 33Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio a la verdad. 34Pero yo no tomo el testimonio de hombre; sino digo estas cosas, para que vosotros seáis salvos. 35El era lámpara que ardía y alumbraba; mas vosotros quisisteis recrearos por una hora a su luz. 36Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me haya enviado. 37Y el que me envió, el Padre, él dio testimonio de mí. Ni nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su parecer. 38Ni tenéis su palabra permaneciendo en vosotros; porque al que él envió, a éste vosotros no creéis. 39Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. 40Y no queréis venir a mí, para que tengáis vida. 41Gloria de los hombres no recibo. 42Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. 43Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a aquel recibiréis. 44¿Cómo podéis vosotros creer, pues tomáis la gloria los unos de los otros? Y no buscáis la gloria que de sólo Dios es. 45No penséis que yo os tengo que acusar delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien vosotros esperáis. 46Porque si vosotros creyeseis a Moisés, creeríais a mí; porque de mí escribió él. 47Y si a sus escritos no creéis, ¿cómo creeréis a mis palabras?

¿Qué significa Juan capitulo 5?

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