Juan capitulo 7
La Biblia de las Américas
1Después de esto, Jesús andaba por Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos procuraban matarle. 2Y la fiesta de los judíos, la de los Tabernáculos, estaba cerca. 3Por eso sus hermanos le dijeron: Sal de aquí, y vete a Judea para que también tus discípulos vean las obras que tú haces. 4Porque nadie hace nada en secreto cuando procura ser conocido en público. Si haces estas cosas, muéstrate al mundo. 5Porque ni aun sus hermanos creían en El. 6Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, pero vuestro tiempo es siempre oportuno. 7El mundo no puede odiaros a vosotros, pero a mí me odia, porque yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas. 8Subid vosotros a la fiesta; yo no subo a esta fiesta porque aún mi tiempo no se ha cumplido. 9Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea.
10Pero cuando sus hermanos subieron a la fiesta, entonces El también subió; no abiertamente, sino en secreto. 11Por eso los judíos le buscaban en la fiesta y decían: ¿Dónde está ése? 12Y había mucha murmuración entre la gente acerca de El. Unos decían: El es bueno. Otros decían: No, al contrario, extravía a la gente. 13Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de El por miedo a los judíos.
14Pero ya a mitad de la fiesta, Jesús subió al templo y se puso a enseñar. 15Entonces los judíos se maravillaban, diciendo: ¿Cómo puede éste saber de letras sin haber estudiado? 16Jesús entonces les respondió y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino del que me envió. 17Si alguien quiere hacer su voluntad, sabrá si mi enseñanza es de Dios o si hablo de mí mismo. 18El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero y no hay injusticia en El. 19¿No os dio Moisés la ley, y sin embargo ninguno de vosotros la cumple ? ¿Por qué procuráis matarme ? 20La multitud contestó: ¡Tienes un demonio ! ¿Quién procura matarte? 21Respondió Jesús y les dijo: Una sola obra hice y todos os admiráis. 22Por eso Moisés os ha dado la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres ), y en el día de reposo circuncidáis al hombre. 23Y si para no violar la ley de Moisés un hombre recibe la circuncisión en el día de reposo, ¿por qué estáis enojados conmigo porque sané por completo a un hombre en el día de reposo? 24No juzguéis por la apariencia, sino juzgad con juicio justo.
25Entonces algunos de Jerusalén decían: ¿No es éste al que procuran matar? 26Y ved, habla en público y no le dicen nada. ¿No será que en verdad los gobernantes reconocen que este es el Cristo ? 27Sin embargo, nosotros sabemos de dónde es éste; pero cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es. 28Jesús entonces, mientras enseñaba en el templo, exclamó en alta voz, diciendo: Vosotros me conocéis y sabéis de dónde soy. Yo no he venido por mi propia cuenta, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis. 29Yo le conozco, porque procedo de El, y El me envió. 30Procuraban, pues, prenderle ; pero nadie le echó mano porque todavía no había llegado su hora. 31Pero muchos de la multitud creyeron en El, y decían: Cuando el Cristo venga, ¿acaso hará más señales que las que éste ha hecho? 32Los fariseos oyeron a la multitud murmurando estas cosas acerca de El, y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para que le prendieran. 33Entonces Jesús dijo: Por un poco más de tiempo estoy con vosotros ; después voy al que me envió. 34Me buscaréis y no me hallaréis; y donde yo esté, vosotros no podéis ir. 35Decían entonces los judíos entre sí: ¿Adónde piensa irse éste que no le hallemos? ¿Será acaso que quiere irse a la dispersión entre los griegos y enseñar a los griegos? 36¿Qué quiere decir esto que ha dicho: “Me buscaréis y no me hallaréis; y donde yo esté, vosotros no podéis ir ”?
37Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. 38El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.” 39Pero El decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado. 40Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: Verdaderamente este es el Profeta. 41Otros decían: Este es el Cristo. Pero otros decían: ¿Acaso el Cristo ha de venir de Galilea ? 42¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén, la aldea de donde era David? 43Así que se suscitó una división entre la multitud por causa de El. 44Y algunos de ellos querían prenderle, pero nadie le echó mano.
45Entonces los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis? 46Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla ! 47Entonces los fariseos les contestaron: ¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar ? 48¿Acaso ha creído en El alguno de los gobernantes, o de los fariseos? 49Pero esta multitud que no conoce de la ley, maldita es. 50Nicodemo, el que había venido a Jesús antes, y que era uno de ellos, les dijo: 51¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre a menos que le oiga primero y sepa lo que hace? 52Respondieron y le dijeron: ¿Es que tú también eres de Galilea ? Investiga, y verás que ningún profeta surge de Galilea. 53Y cada uno se fue a su casa.
Nueva Biblia de las Américas
1Después de esto, Jesús andaba por Galilea, pues no deseaba andar por Judea porque los Judíos Lo querían matar. 2La fiesta de los Judíos, la de los Tabernáculos, estaba cerca. 3Por eso los hermanos de Jesús Le dijeron: “Sal de aquí, y vete a Judea para que también Tus discípulos vean las obras que Tú haces. 4Porque nadie hace nada en secreto cuando procura ser conocido en público. Si haces estas cosas, muéstrate al mundo.” 5Porque ni aun Sus hermanos creían en El.
6Entonces Jesús les dijo: “Mi tiempo aún no ha llegado, pero el tiempo de ustedes es siempre oportuno. 7El mundo no puede odiarlos a ustedes, pero Me odia a Mí, porque Yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas. 8Suban ustedes a la fiesta; Yo no subo a esta fiesta porque Mi tiempo aún no se ha cumplido.”
10Pero cuando Sus hermanos subieron a la fiesta, entonces Jesús también subió; no abiertamente, sino en secreto. 11Por eso los Judíos Lo buscaban en la fiesta y decían: “¿Dónde está Ese?”
12Y había mucha murmuración entre la gente acerca de El. Unos decían: “El es bueno.” Otros decían: “No, al contrario, extravía a la gente.” 13Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de El por miedo a los Judíos.
14A la mitad de la fiesta, Jesús subió al templo y se puso a enseñar. 15Entonces los Judíos se maravillaban, diciendo: “¿Cómo puede Este saber de letras sin haber estudiado?”
16Jesús entonces les respondió: “Mi enseñanza no es Mía, sino del que Me envió. 17Si alguno está dispuesto a hacer la voluntad de Dios, sabrá si Mi enseñanza es de Dios o si hablo de Mí mismo. 18El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero Aquél que busca la gloria del que Lo envió, El es verdadero y no hay injusticia en El. 19“¿No les dio Moisés la Ley, y sin embargo ninguno de ustedes la cumple? ¿Por qué Me quieren matar?”
20La multitud contestó: “¡Tienes un demonio! ¿Quién Te quiere matar?” 21Jesús les respondió: “Una sola obra hice y todos se admiran. 22Por eso Moisés les ha dado la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres), y en el día de reposo ustedes circuncidan al hombre. 23Y si para no violar la Ley de Moisés un hombre recibe la circuncisión aún en el día de reposo, ¿por qué están enojados conmigo porque sané por completo a un hombre en el día de reposo? 24No juzguen por la apariencia, sino juzguen con juicio justo.”
25Entonces algunos de Jerusalén decían: “¿No es Este al que procuran matar? 26Y vean, habla en público y no Le dicen nada. ¿No será que en verdad los gobernantes reconocen que Este es el Cristo (el Mesías)? 27Sin embargo, nosotros sabemos de dónde es Este; pero cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es.”
28Jesús entonces, mientras enseñaba en el templo, exclamó en alta voz: “Ustedes Me conocen y saben de dónde soy. Yo no he venido por decisión propia, pero Aquél que Me envió es verdadero, a quien ustedes no conocen. 29Yo Lo conozco, porque procedo de El, y El Me envió.”
30Procuraban, pues, prender a Jesús; pero nadie Le echó mano porque todavía no había llegado Su hora. 31Pero muchos de la multitud creyeron en El, y decían: “Cuando el Cristo venga, ¿acaso hará más señales (milagros) que las que Este ha hecho?”
32Los Fariseos oyeron a la multitud murmurando estas cosas acerca de El. Entonces los principales sacerdotes y los Fariseos enviaron guardias para que Lo prendieran. 33Pero Jesús dijo: “Por un poco más de tiempo estoy con ustedes; después voy a Aquél que Me envió. 34Me buscarán y no Me hallarán; y donde Yo esté, ustedes no pueden ir.”
35Decían entonces los Judíos entre sí: “¿Adónde piensa irse Este que no Lo podamos encontrar? ¿Será acaso que quiere irse a la dispersión entre los Griegos y enseñar a los Griegos? 36¿Qué quiere decir esto que ha dicho: ‘Me buscarán y no Me hallarán; y donde Yo esté, ustedes no podrán ir’?”
37En el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz: “Si alguien tiene sed, que venga a Mí y beba. 38El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: ‘De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.’” 39Pero El decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.
40Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: “Verdaderamente Este es el Profeta.” 41Otros decían: “Este es el Cristo (el Mesías).” Pero otros decían: “¿Acaso el Cristo ha de venir de Galilea? 42¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén (Casa del Pan), la aldea de donde era David?” 43Así que surgió una división entre la multitud por causa de El. 44Y algunos de ellos querían prender a Jesús, pero nadie Le echó mano.
45Entonces los guardias vinieron a los principales sacerdotes y Fariseos, y éstos les dijeron: “¿Por qué no Lo trajeron?” 46Los guardias respondieron: “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla!”
47Entonces los Fariseos les contestaron: “¿Es que también ustedes se han dejado engañar? 48¿Acaso ha creído en El alguien de los gobernantes o de los Fariseos? 49Pero esta multitud que no conoce de la Ley, maldita es.”
50Nicodemo, el que había venido a Jesús antes, y que era uno de ellos, les dijo: 51“¿Acaso juzga nuestra Ley a un hombre a menos que le oiga primero y sepa lo que hace?” 52Ellos le respondieron: “¿Es que tú también eres de Galilea? Investiga, y verás que ningún profeta sale de Galilea.” 53Y cada uno se fue a su casa.
Nueva Versión Internacional
1Algún tiempo después, Jesús andaba por Galilea. No tenía ningún interés en ir a Judea, porque allí los judíos buscaban la oportunidad para matarlo. 2Faltaba poco tiempo para la fiesta judía de los Tabernáculos,
3así que los hermanos de Jesús le dijeron: ?Deberías salir de aquí e ir a Judea, para que tus discípulos vean las obras que realizas, 4porque nadie que quiera darse a conocer actúa en secreto. Ya que haces estas cosas, deja que el mundo te conozca.
6Por eso Jesús les dijo: ?Para ustedes cualquier tiempo es bueno, pero el tiempo mío aún no ha llegado. 7El mundo no tiene motivos para aborrecerlos; a mí, sin embargo, me aborrece porque yo testifico que sus obras son malas. 8Suban ustedes a la fiesta. Yo no voy todavía a esta fiesta porque mi tiempo aún no ha llegado.
9Dicho esto, se quedó en Galilea. 10Sin embargo, después de que sus hermanos se fueron a la fiesta, fue también él, no públicamente, sino en secreto. 11Por eso las autoridades judías lo buscaban durante la fiesta, y decían: «¿Dónde se habrá metido?»
12Entre la multitud corrían muchos rumores acerca de él. Unos decían: «Es una buena persona». Otros alegaban: «No, lo que pasa es que engaña a la gente». 13Sin embargo, por temor a los judíos nadie hablaba de él abiertamente.
14Jesús esperó hasta la mitad de la fiesta para subir al templo y comenzar a enseñar. 15Los judíos se admiraban y decían: «¿De dónde sacó este tantos conocimientos sin haber estudiado?»
16?Mi enseñanza no es mía —replicó Jesús—, sino del que me envió. 17El que esté dispuesto a hacer la voluntad de Dios reconocerá si mi enseñanza proviene de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta. 18El que habla por cuenta propia busca su vanagloria; en cambio, el que busca glorificar al que lo envió es una persona íntegra y sin doblez. 19¿No les ha dado Moisés la ley a ustedes? Sin embargo, ninguno de ustedes la cumple. ¿Por qué tratan entonces de matarme?
21?Hice un milagro y todos ustedes han quedado asombrados. 22Por eso Moisés les dio la circuncisión, que en realidad no proviene de Moisés, sino de los patriarcas, y aun en sábado la practican. 23Ahora bien, si para cumplir la ley de Moisés circuncidan a un varón incluso en sábado, ¿por qué se enfurecen conmigo si en sábado lo sano por completo? 24No juzguen por las apariencias; juzguen con justicia.
25Algunos de los que vivían en Jerusalén comentaban: «¿No es este al que quieren matar? 26Ahí está, hablando abiertamente, y nadie le dice nada. ¿Será que las autoridades se han convencido de que es el Cristo? 27Nosotros sabemos de dónde viene este hombre, pero cuando venga el Cristo nadie sabrá su procedencia».
28Por eso Jesús, que seguía enseñando en el templo, exclamó: ?¡Con que ustedes me conocen y saben de dónde vengo! No he venido por mi propia cuenta, sino que me envió uno que es digno de confianza. Ustedes no lo conocen, 29pero yo sí lo conozco porque vengo de parte suya, y él mismo me ha enviado.
30Entonces quisieron arrestarlo, pero nadie le echó mano porque aún no había llegado su hora. 31Con todo, muchos de entre la multitud creyeron en él y decían: «Cuando venga el Cristo, ¿acaso va a hacer más señales que este hombre?»
33?Voy a estar con ustedes un poco más de tiempo —afirmó Jesús—, y luego volveré al que me envió. 34Me buscarán, pero no me encontrarán, porque adonde yo esté no podrán ustedes llegar.
35«¿Y este a dónde piensa irse que no podamos encontrarlo? —comentaban entre sí los judíos—. ¿Será que piensa ir a nuestra gente dispersa entre las naciones, para enseñar a los griegos? 36¿Qué quiso decir con eso de que “me buscarán, pero no me encontrarán”, y “adonde yo esté no podrán ustedes llegar”?»
37En el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: ?¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba! 38De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva.
40Al oír sus palabras, algunos de entre la multitud decían: «Verdaderamente este es el profeta». 41Otros afirmaban: «¡Es el Cristo!» Pero otros objetaban: «¿Cómo puede el Cristo venir de Galilea? 42¿Acaso no dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David, y de Belén, el pueblo de donde era David?» 43Por causa de Jesús la gente estaba dividida. 44Algunos querían arrestarlo, pero nadie le puso las manos encima.
Reina-Valera 1960
1Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle. 2Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos; 3y le dijeron sus hermanos: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. 4Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo. 5Porque ni aun sus hermanos creían en él. 6Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto. 7No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas. 8Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido. 9Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea.
10Pero después que sus hermanos habían subido, entonces él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto. 11Y le buscaban los judíos en la fiesta, y decían: ¿Dónde está aquél? 12Y había gran murmullo acerca de él entre la multitud, pues unos decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña al pueblo. 13Pero ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos.
14Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba. 15Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado? 16Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. 17El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta. 18El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia. 19¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme? 20Respondió la multitud y dijo: Demonio tienes; ¿quién procura matarte? 21Jesús respondió y les dijo: Una obra hice, y todos os maravilláis. 22Por cierto, Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres circuncidáis al hombre. 23Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre? 24No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.
25Decían entonces unos de Jerusalén: ¿No es éste a quien buscan para matarle? 26Pues mirad, habla públicamente, y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad los gobernantes que éste es el Cristo? 27Pero éste, sabemos de dónde es; mas cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde sea. 28Jesús entonces, enseñando en el templo, alzó la voz y dijo: A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mí mismo, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis. 29Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió. 30Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora. 31Y muchos de la multitud creyeron en él, y decían: El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que éste hace?
32Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba de él estas cosas; y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para que le prendiesen. 33Entonces Jesús dijo: Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros, e iré al que me envió. 34Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir. 35Entonces los judíos dijeron entre sí: ¿Adónde se irá éste, que no le hallemos? ¿Se irá a los dispersos entre los griegos, y enseñará a los griegos? 36¿Qué significa esto que dijo: Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir?
37En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 39Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
40Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente éste es el profeta. 41Otros decían: Éste es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? 42¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo? 43Hubo entonces disensión entre la gente a causa de él. 44Y algunos de ellos querían prenderle; pero ninguno le echó mano.
45Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y éstos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? 46Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! 47Entonces los fariseos les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados? 48¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos? 49Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es. 50Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos: 51¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho? 52Respondieron y le dijeron: ¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta.
Biblia del Jubileo
1Y pasadas estas cosas andaba Jesús en Galilea; que no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle. 2Y estaba cerca la Fiesta de los judíos, la de los Tabernáculos. 3Y le dijeron sus hermanos: Pásate de aquí, y vete a Judea, para que tus discípulos también vean las obras que haces. 4Que ninguno que procura ser claro, hace algo en oculto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo. 5Porque ni aun sus hermanos creían en él. 6Les dice entonces Jesús: Mi tiempo aún no es venido; mas vuestro tiempo siempre es presto. 7No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo doy testimonio de él, que sus obras son malas. 8Vosotros subid a esta Fiesta; yo no subo aún a esta Fiesta, porque mi tiempo aún no es cumplido. 9Y habiéndoles dicho esto, permaneció en Galilea.
10Mas como sus hermanos hubieron subido, entonces él también subió al día de la Fiesta, no manifiestamente, sino como en cubierto. 11Y le buscaban los judíos en la Fiesta, y decían: ¿Dónde está aquel? 12Y había grande murmullo de él en el pueblo, porque unos decían: Bueno es; y otros decían: No, antes engaña al pueblo. 13Mas ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo de los judíos. 14Y al medio de la Fiesta subió Jesús al Templo, y enseñaba. 15Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, no habiendo aprendido? 16Les respondió Jesús, y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. 17El que quisiere hacer su voluntad, conocerá de la doctrina si viene de Dios, o si yo hablo de mí mismo. 18El que habla de sí mismo, gloria propia busca; mas el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia. 19¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué me procuráis matar? 20Respondió el pueblo, y dijo: Demonio tienes; ¿quién te procura matar? 21Jesús respondió, y les dijo: Una obra hice, y todos os maravilláis. 22Cierto, Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres); y en sábado circuncidáis al hombre. 23Si recibe un hombre la circuncisión en sábado, sin que la ley de Moisés sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en sábado hice sano del todo a un hombre? 24No juzguéis según lo que parece, mas juzgad con justo juicio.
25Decía entonces uno de los de Jerusalén: ¿No es éste al que buscan para matarlo? 26Y he aquí, habla públicamente, y no le dicen nada; ¿han por ventura entendido verdaderamente los príncipes, que éste es el Cristo? 27Mas éste, sabemos de dónde es; y cuando viniere el Cristo, nadie sabrá de dónde sea. 28Entonces clamaba Jesús en el Templo, enseñando y diciendo: Y a mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; pero no he venido de mí mismo; mas el que me envió es verdadero, al cual vosotros no ignoráis. 29Pero yo le conozco, porque de él soy, y él me envió. 30Entonces procuraban prenderle; mas ninguno puso en él mano, porque aún no había venido su hora. 31Y muchos del pueblo creyeron en él, y decían: El Cristo, cuando viniere, ¿hará más señales que las que éste hace?
32Los fariseos oyeron al pueblo que murmuraba de él estas cosas; y los príncipes de los sacerdotes y los fariseos enviaron servidores que le prendiesen. 33Y Jesús dijo: Aún un poco de tiempo estaré con vosotros, e iré al que me envió. 34Me buscaréis, y no me hallaréis; y donde yo estaré, vosotros no podréis venir. 35Entonces los judíos dijeron entre sí: ¿A dónde se ha de ir éste que no le hallemos? ¿Se ha de ir a los esparcidos entre los griegos, y a enseñar a los griegos? 36¿Qué dicho es éste que dijo: Me buscaréis, y no me hallaréis; y donde yo estaré, vosotros no podréis venir?
37Mas en el postrer día, el día grande de la Fiesta, se puso de pie y clamó, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre. 39(Y esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; porque aún no era dado el Espíritu Santo, porque Jesús aún no era glorificado.)
40Entonces muchos del pueblo, oyendo este dicho, decían: Verdaderamente éste es el profeta. 41Otros decían: Este es el Cristo. Algunos sin embargo decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? 42¿No dice la Escritura, que de la simiente de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, vendrá el Cristo? 43Así que había disensión entre el pueblo por él. 44Y algunos de ellos querían prenderle; mas ninguno echó sobre él manos.
45Y los servidores vinieron a los sumo sacerdotes y a los fariseos; y ellos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis? 46Los servidores respondieron: Nunca ha hablado nadie así como este hombre. 47Entonces los fariseos les respondieron: ¿Habéis sido también vosotros engañados? 48¿Ha creído en él alguno de los príncipes, o de los fariseos? 49Sino este pueblo que no sabe la ley, malditos son. 50Les dice Nicodemo (el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos): 51¿Nuestra ley juzga por ventura a hombre, si primero no oyere de él, y entendiere lo que ha hecho? 52Respondieron y le dijeron: ¿No eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se levantó profeta.