Lucas capitulo 2
La Biblia de las Américas
1Y aconteció en aquellos días que salió un edicto de César Augusto, para que se hiciera un censo de todo el mundo habitado. 2Este fue el primer censo que se levantó cuando Cirenio era gobernador de Siria. 3Y todos se dirigían a inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad. 4Y también José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, por ser él de la casa y de la familia de David, 5para inscribirse junto con María, desposada con él, la cual estaba encinta. 6Y sucedió que mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. 7Y dio a luz a su hijo primogénito ; le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
8En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche. 9Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. 10Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; 11porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. 12Y esto os servirá de señal : hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. 13Y de repente apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y diciendo:
15Y aconteció que cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: Vayamos, pues, hasta Belén y veamos esto que ha sucedido, que el Señor nos ha dado a saber. 16Fueron a toda prisa, y hallaron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre. 17Y cuando lo vieron, dieron a saber lo que se les había dicho acerca de este Niño. 18Y todos los que lo oyeron se maravillaron de las cosas que les fueron dichas por los pastores. 19Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón. 20Y los pastores se volvieron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho.
22Cuando se cumplieron los días para la purificación de ellos, según la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor 23(como está escrito en la Ley del Señor: TODO VARON QUE ABRA LA MATRIZ SERA LLAMADO SANTO PARA EL SEÑOR), 24y para ofrecer un sacrificio conforme a lo dicho en la Ley del Señor: UN PAR DE TORTOLAS O DOS PICHONES. 25Y había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón; y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel ; y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26Y por el Espíritu Santo se le había revelado que no vería la muerte sin antes ver al Cristo del Señor. 27Movido por el Espíritu fue al templo. Y cuando los padres del niño Jesús le trajeron para cumplir por El el rito de la ley, 28él tomó al Niño en sus brazos, y bendijo a Dios y dijo:
29Ahora, Señor, permite que tu siervo se vaya en paz, conforme a tu palabra ; 30porque han visto mis ojos tu salvación 31la cual has preparado en presencia de todos los pueblos; 32LUZ DE REVELACION A LOS GENTILES, y gloria de tu pueblo Israel.
33Y los padres del niño estaban asombrados de las cosas que de El se decían. 34Simeón los bendijo, y dijo a su madre María: He aquí, este Niño ha sido puesto para la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción 35(y una espada traspasará aun tu propia alma) a fin de que sean revelados los pensamientos de muchos corazones. 36Y había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ella era de edad muy avanzada, y había vivido con su marido siete años después de su matrimonio, 37y después de viuda, hasta los ochenta y cuatro años. Nunca se alejaba del templo, sirviendo noche y día con ayunos y oraciones. 38Y llegando ella en ese preciso momento, daba gracias a Dios, y hablaba de El a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
39Habiendo ellos cumplido con todo conforme a la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40Y el Niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre El.
41Sus padres acostumbraban ir a Jerusalén todos los años a la fiesta de la Pascua. 42Y cuando cumplió doce años, subieron allá conforme a la costumbre de la fiesta; 43y al regresar ellos, después de haber pasado todos los días de la fiesta, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo supieran sus padres, 44y suponiendo que iba en la caravana, anduvieron camino de un día, y comenzaron a buscarle entre los familiares y conocidos. 45Al no hallarle, volvieron a Jerusalén buscándole. 46Y aconteció que después de tres días le hallaron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47Y todos los que le oían estaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas. 48Cuando sus padres le vieron, se quedaron maravillados; y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos has tratado de esta manera? Mira, tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia. 49Entonces El les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿Acaso no sabíais que me era necesario estar en la casa de mi Padre ? 50Pero ellos no entendieron las palabras que El les había dicho. 51Y descendió con ellos y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y su madre atesoraba todas estas cosas en su corazón. 52Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.
Nueva Biblia de las Américas
1Aconteció en aquellos días que salió un edicto de César Augusto, para que se hiciera un censo de todo el mundo habitado (el Imperio Romano). 2Este fue el primer censo que se levantó cuando Cirenio era gobernador de Siria. 3Todos se dirigían a inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad. 4También José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén (Casa del Pan), por ser él de la casa y de la familia de David, 5para inscribirse junto con María, comprometida para casarse con él, la cual estaba encinta.
6Sucedió que mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. 7Y dio a luz a su Hijo primogénito; Lo envolvió en pañales y Lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
8En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche. 9Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. 10Pero el ángel les dijo: “No teman, porque les traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; 11porque les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo (el Mesías) el Señor. 12Esto les servirá de señal: hallarán a un Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.”
16Fueron a toda prisa, y hallaron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre. 17Cuando Lo vieron, dieron a saber lo que se les había dicho acerca de este Niño. 18Y todos los que lo oyeron se maravillaron de las cosas que les fueron dichas por los pastores. 19Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón. 20Y los pastores se volvieron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho.
22Al cumplirse los días para la purificación de ellos, según la ley de Moisés, Lo trajeron a Jerusalén (Ciudad de Paz) para presentar al Niño al Señor, 23(como está escrito en la Ley del Señor: “TODO VARON QUE ABRA LA MATRIZ (EL PRIMOGENITO) SERA LLAMADO SANTO PARA EL SEÑOR),” 24y para ofrecer un sacrificio conforme a lo que fue dicho en la Ley del Señor: “UN PAR DE TORTOLAS O DOS PICHONES.”
25Había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón. Este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26Y por el Espíritu Santo se le había revelado que no vería la muerte sin antes ver al Cristo (al Mesías) del Señor. 27Movido por el Espíritu fue al templo. Y cuando los padres del niño Jesús Lo trajeron para cumplir por El el rito de la Ley, 28Simeón tomó al Niño en sus brazos, y bendijo a Dios diciendo:
29“Ahora, Señor, permite que Tu siervo se vaya En paz, conforme a Tu palabra; 30Porque mis ojos han visto Tu salvación 31La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; 32LUZ DE REVELACION A LOS GENTILES, Y gloria de Tu pueblo Israel.”
33Y los padres del Niño estaban asombrados de las cosas que de El se decían. 34Simeón los bendijo, y dijo a Su madre María: “Este Niño ha sido puesto para caída y levantamiento de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción, 35y una espada traspasará aun tu propia alma, a fin de que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.”
36Y había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ella era de edad muy avanzada, y había vivido con su marido siete años después de su matrimonio, 37y después de viuda, hasta los ochenta y cuatro años. Nunca se alejaba del templo, sirviendo noche y día con ayunos y oraciones. 38Llegando ella en ese preciso momento, daba gracias a Dios y hablaba del Niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
39Habiendo ellos cumplido con todo conforme a la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40Y el Niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre El.
41Los padres de Jesús acostumbraban ir a Jerusalén todos los años a la fiesta de la Pascua. 42Y cuando El cumplió doce años, subieron allá conforme a la costumbre de la fiesta. 43Al regresar ellos, después de haber pasado todos los días de la fiesta, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo supieran Sus padres, 44y suponiendo que iba en la caravana, anduvieron camino de un día, y comenzaron a buscar a Jesús entre los familiares y conocidos.
45Cuando no Lo encontraron, volvieron y Lo buscaron en Jerusalén. 46Después de tres días Lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47Todos los que Le oían estaban asombrados de Su entendimiento y de Sus respuestas. 48Cuando Sus padres Lo vieron, se quedaron maravillados; y Su madre Le dijo: “Hijo, ¿por qué nos has tratado de esta manera? Mira, Tu padre y yo Te hemos estado buscando llenos de angustia.”
49Entonces El les dijo: “¿Por qué Me buscaban? ¿Acaso no sabían que Me era necesario estar en la casa (en las cosas) de Mi Padre?” 50Pero ellos no entendieron las palabras que El les había dicho. 51Descendió con sus padres y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y Su madre atesoraba todas estas cosas (las palabras) en su corazón. 52Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura (edad) y en gracia para con Dios y los hombres.
Nueva Versión Internacional
1Por aquellos días Augusto César decretó que se levantara un censo en todo el imperio romano. 2(Este primer censo se efectuó cuando Cirenio gobernaba en Siria). 3Así que iban todos a inscribirse, cada cual a su propio pueblo.
4También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la Ciudad de David, 5para inscribirse junto con María su esposa. Ella se encontraba encinta 6y, mientras estaban allí, se le cumplió el tiempo. 7Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.
8En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose para cuidar sus rebaños. 9Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor. 10Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. 11Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. 12Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
13De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían: 14«Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad».
16Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. 17Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él, 18y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. 19María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas. 20Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues todo sucedió tal como se les había dicho.
22Así mismo, cuando se cumplió el tiempo en que, según la ley de Moisés, ellos debían purificarse, José y María llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor. 23Así cumplieron con lo que en la ley del Señor está escrito: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor». 24También ofrecieron un sacrificio conforme a lo que la ley del Señor dice: «un par de tórtolas o dos pichones de paloma».
25Ahora bien, en Jerusalén había un hombre llamado Simeón, que era justo y devoto, y aguardaba con esperanza la redención de Israel. El Espíritu Santo estaba con él 26y le había revelado que no moriría sin antes ver al Cristo del Señor. 27Movido por el Espíritu, fue al templo. Cuando al niño Jesús lo llevaron sus padres para cumplir con la costumbre establecida por la ley,
28Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios: 29«Según tu palabra, Soberano Señor, ya puedes despedir a tu siervo en paz. 30Porque han visto mis ojos tu salvación, 31que has preparado a la vista de todos los pueblos: 32luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».
33El padre y la madre del niño se quedaron maravillados por lo que se decía de él. 34Simeón les dio su bendición y le dijo a María, la madre de Jesús: «Este niño está destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y a crear mucha oposición, 35a fin de que se manifiesten las intenciones de muchos corazones. En cuanto a ti, una espada te atravesará el alma».
36Había también una profetisa, Ana, hija de Penuel, de la tribu de Aser. Era muy anciana; casada de joven, había vivido con su esposo siete años, 37y luego permaneció viuda hasta la edad de ochenta y cuatro. Nunca salía del templo, sino que día y noche adoraba a Dios con ayunos y oraciones. 38Llegando en ese mismo momento, Ana dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
39Después de haber cumplido con todo lo que exigía la ley del Señor, José y María regresaron a Galilea, a su propio pueblo de Nazaret. 40El niño crecía y se fortalecía; progresaba en sabiduría, y la gracia de Dios lo acompañaba.
41Los padres de Jesús subían todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. 42Cuando cumplió doce años, fueron allá según era la costumbre. 43Terminada la fiesta, emprendieron el viaje de regreso, pero el niño Jesús se había quedado en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta. 44Ellos, pensando que él estaba entre el grupo de viajeros, hicieron un día de camino mientras lo buscaban entre los parientes y conocidos. 45Al no encontrarlo, volvieron a Jerusalén en busca de él. 46Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47Todos los que le oían se asombraban de su inteligencia y de sus respuestas.
Reina-Valera 1960
1Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. 2Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. 3E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. 4Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; 5para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. 6Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. 7Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
8Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. 10Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 12Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
13Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: 14¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
15Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. 16Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. 18Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.
22Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor 23(como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor ), 24y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos. 25Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. 27Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley,
28él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: 29Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; 30Porque han visto mis ojos tu salvación, 31La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; 32Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel.
33Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. 34Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha 35(y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
36Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, 37y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. 38Ésta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.
39Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.
41Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; 42y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. 43Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. 44Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; 45pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. 46Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. 47Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. 48Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. 49Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? 50Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. 51Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
Biblia del Jubileo
1Y aconteció en aquellos días que salió edicto de parte de Augusto César, que toda la tierra fuese empadronada. 2Este empadronamiento primero fue hecho siendo Cirenio gobernador de Siria. 3E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. 4Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; 5Para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. 6Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. 7Y dio a luz a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
8Y había pastores en la misma tierra, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9Y he aquí el ángel del Señor vino sobre ellos, y la claridad de Dios los cercó de resplandor; y tuvieron gran temor. 10Mas el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy evangelio de gran gozo, que será a todo el pueblo; 11que os es nacido hoy Salvador, que es Cristo, el Señor, en la ciudad de David. 12Y esto os será por señal: hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. 13Y repentinamente hubo con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, que alababan a Dios, y decían: 14Gloria en las alturas a Dios, Y en la tierra paz, y en el hombre buena voluntad. 15Y aconteció que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores dijeron los unos a los otros: Pasemos pues hasta Belén, y veamos esto que ha acontecido, y el Señor nos ha mostrado. 16Y vinieron aprisa, y hallaron a María, y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17Y viéndolo, hicieron notorio lo que les había sido dicho del niño. 18Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19Mas María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20Y se volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios de todas las cosas que habían oído y visto, como les había sido dicho.
21Y pasados los ocho días para circuncidar al niño, llamaron su nombre JESÚS; el cual le fue puesto por el ángel antes que él fuese concebido en el vientre. 22Y cuando se cumplieron los días de su purificación, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor, 23(Como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz, será santo al Señor), 24y para dar la ofrenda, conforme a lo que está dicho en la ley del Señor: un par de tórtolas, o dos palominos. 25Y he aquí, había un hombre en Jerusalén, llamado Simeón, y este hombre, justo y pío, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo era sobre él. 26Y había recibido respuesta del Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Cristo del Señor. 27Y vino por el Espíritu al templo. Y cuando metieron al niño Jesús sus padres en el Templo, para hacer por él conforme a la costumbre de la ley. 28Entonces él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, y dijo: 29Ahora despides, Señor, a tu siervo, Conforme a tu palabra, en paz; 30porque han visto mis ojos tu Salud, 31la cual has aparejado en presencia de todos los pueblos; 32lumbre para ser revelada a los gentiles, y la gloria de tu pueblo Israel. 33Y José y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de él. 34Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste es puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel; y para señal a la que será contradicho; 35(y una espada traspasará tu misma alma), para que sean manifestados los pensamientos de muchos corazones. 36Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; la cual había venido en grande edad, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad; 37y era viuda hacía ochenta y cuatro años, que no se apartaba del Templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. 38Y ésta, sobreviniendo en la misma hora, juntamente confesaba al Señor, y hablaba de él a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.
39Y cuando cumplieron todas las cosas según la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40Y el niño crecía, y era confortado del Espíritu, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.
41E iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. 42Y cuando fue de doce años, subieron ellos a Jerusalén conforme a la costumbre de la Fiesta. 43Y acabados los días, volviendo ellos, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin saberlo José y su madre. 44Y pensando que estaba en la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y entre los conocidos; 45mas como no le hallasen, volvieron a Jerusalén buscándole. 46Y aconteció, que después de tres días le hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles. 47Y todos los que le oían, estaban fuera de sí de su entendimiento y de sus respuestas. 48Y cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con dolor. 49Entonces él les dice: ¿Qué hay? ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios que son de mi Padre me conviene estar? 50Mas ellos no entendieron la palabra que les habló. 51Y descendió con ellos, y vino a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. 52Y Jesús crecía en sabiduría, y en edad, y en gracia para con Dios y los hombres.