Malaquías capitulo 1
La Biblia de las Américas
2Yo os he amado — dice el SEÑOR —. Pero vosotros decís: ¿En qué nos has amado? ¿No era Esaú hermano de Jacob? — declara el SEÑOR —. Sin embargo, yo amé a Jacob, 3y aborrecí a Esaú, e hice de sus montes desolación, y di su heredad a los chacales del desierto. 4Aunque Edom dice: Hemos sido destruidos, pero volveremos y edificaremos las ruinas, el SEÑOR de los ejércitos dice así: Ellos edificarán, pero yo destruiré. Y los llamarán territorio impío y pueblo contra quien el SEÑOR está indignado para siempre. 5Vuestros ojos lo verán, y vosotros diréis: Sea engrandecido el SEÑOR más allá de la frontera de Israel.
6El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy señor, ¿dónde está mi temor ? — dice el SEÑOR de los ejércitos a vosotros sacerdotes que menospreciáis mi nombre —. Pero vosotros decís: “¿En qué hemos menospreciado tu nombre?” 7Ofreciendo sobre mi altar pan inmundo. Y vosotros decís: “¿En qué te hemos deshonrado?” En que decís: “La mesa del SEÑOR es despreciable.” 8Y cuando presentáis un animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Y cuando presentáis el cojo y el enfermo, ¿no es malo? ¿Por qué no lo ofreces a tu gobernador ? ¿Se agradaría de ti o te recibiría con benignidad? — dice el SEÑOR de los ejércitos. 9Ahora pues, ¿no pediréis el favor de Dios, para que se apiade de nosotros ? Con tal ofrenda de vuestra parte, ¿os recibirá El con benignidad? — dice el SEÑOR de los ejércitos. 10¡Oh, si hubiera entre vosotros quien cerrara las puertas para que no encendierais mi altar en vano! No me complazco en vosotros — dice el SEÑOR de los ejércitos — ni de vuestra mano aceptaré ofrenda. 11Porque desde la salida del sol hasta su puesta, mi nombre será grande entre las naciones, y en todo lugar se ofrecerá incienso a mi nombre, y ofrenda pura de cereal; pues grande será mi nombre entre las naciones — dice el SEÑOR de los ejércitos. 12Pero vosotros lo profanáis, cuando decís: “La mesa del Señor es inmunda, y su fruto, su alimento despreciable.” 13También decís: “¡Ay, qué fastidio !” Y con indiferencia lo despreciáis — dice el SEÑOR de los ejércitos — y traéis lo robado, o cojo, o enfermo; así traéis la ofrenda. ¿Aceptaré eso de vuestra mano? — dice el SEÑOR. 14¡Maldito sea el engañador que tiene un macho en su rebaño, y lo promete, pero sacrifica un animal dañado al Señor! Porque yo soy el Gran Rey — dice el SEÑOR de los ejércitos — y mi nombre es temido entre las naciones.
Nueva Biblia de las Américas
2“Yo los he amado,” dice el SEÑOR. Pero ustedes dicen: “¿En qué nos has amado?” “¿No era Esaú hermano de Jacob?” declara el SEÑOR. “Sin embargo, Yo amé a Jacob, 3y aborrecí a Esaú, e hice de sus montes desolación, y di su heredad a los chacales del desierto.” 4Aunque Edom dice: “Hemos sido destruidos, pero volveremos y edificaremos las ruinas,” el SEÑOR de los ejércitos dice así: “Ellos edificarán, pero Yo destruiré. Y los llamarán territorio impío y pueblo contra quien el SEÑOR está indignado para siempre.” 5Sus ojos lo verán, y ustedes dirán: “Sea engrandecido el SEÑOR más allá de la frontera de Israel.”
6“El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Pues si Yo soy padre, ¿dónde está Mi honor? Y si Yo soy señor, ¿dónde está Mi temor?” dice el SEÑOR de los ejércitos a ustedes sacerdotes que desprecian Mi nombre. Pero ustedes dicen: ‘¿En qué hemos despreciado Tu nombre?’ 7En que ustedes ofrecen pan inmundo sobre Mi altar. Y ustedes preguntan: ‘¿En qué Te hemos deshonrado?’ En que dicen: ‘La mesa del SEÑOR es despreciable.’ 8“Y cuando presentan un animal ciego para el sacrificio, ¿no es eso malo? Y cuando presentan el cojo y el enfermo, ¿no es eso malo? ¿Por qué no lo ofreces a tu gobernador? ¿Se agradaría de ti o te recibiría con benignidad?” dice el SEÑOR de los ejércitos. 9“Ahora pues, ¿no pedirán ustedes el favor de Dios, para que se apiade de nosotros? Con tal ofrenda de su parte, ¿los recibirá El con benignidad?” dice el SEÑOR de los ejércitos.
10“¡Oh, si hubiera entre ustedes quien cerrara las puertas para que no encendieran Mi altar en vano! No me complazco en ustedes,” dice el SEÑOR de los ejércitos “ni de su mano aceptaré ofrenda. 11Porque desde la salida del sol hasta su puesta, Mi nombre será grande entre las naciones, y en todo lugar se ofrecerá incienso a Mi nombre, y ofrenda pura de cereal; porque grande será Mi nombre entre las naciones,” dice el SEÑOR de los ejércitos. 12“Pero ustedes lo profanan, cuando dicen: ‘La mesa del Señor es inmunda, y su fruto, su alimento despreciable.’” 13“También dicen: ‘¡Ay, qué fastidio!’ Y con indiferencia lo desprecian,” dice el SEÑOR de los ejércitos “y traen lo robado, o cojo, o enfermo; así traen la ofrenda. ¿Aceptaré eso de su mano?” dice el SEÑOR. 14“¡Maldito sea el engañador que tiene un macho en su rebaño, y lo promete, pero sacrifica un animal dañado al Señor! Porque Yo soy el Gran Rey,” dice el SEÑOR de los ejércitos “y Mi nombre es temido (reverenciado) entre las naciones.”
Nueva Versión Internacional
2«Yo los he amado», dice el SEÑOR. «“¿Y cómo nos has amado?”, replican ustedes. »¿No era Esaú hermano de Jacob? Sin embargo, amé a Jacob 3pero aborrecí a Esaú, y convertí sus montañas en desolación y entregué su heredad a los chacales del desierto».
4Edom dice: «Aunque nos han hecho pedazos, reconstruiremos sobre las ruinas». Pero el SEÑOR Todopoderoso dice: «Ustedes podrán reconstruir, pero yo derribaré. Serán llamados territorio malvado, pueblo contra el cual siempre estará indignado el SEÑOR. 5Ustedes lo verán con sus propios ojos y dirán: “¡Se ha engrandecido el SEÑOR aun más allá de las fronteras de Israel!”
7»Pues en que ustedes traen a mi altar alimento mancillado. »Y todavía preguntan: “¿En qué te hemos mancillado?” »Pues en que tienen la mesa del SEÑOR como algo despreciable. 8Ustedes traen animales ciegos para el sacrificio, y piensan que no tiene nada de malo; sacrifican animales cojos o enfermos, y piensan que no tiene nada de malo. ¿Por qué no tratan de ofrecérselos a su gobernante? ¿Creen que estaría él contento con ustedes? ¿Se ganarían su favor? —dice el SEÑOR Todopoderoso—.
9»Ahora pues, traten de apaciguar a Dios para que se apiade de nosotros. ¿Creen que con esta clase de ofrendas se van a ganar su favor? —dice el SEÑOR Todopoderoso—. 10¡Cómo quisiera que alguno de ustedes clausurara el templo, para que no encendieran en vano el fuego de mi altar! No estoy nada contento con ustedes —dice el SEÑOR Todopoderoso—, y no voy a aceptar ni una sola ofrenda de sus manos. 11Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones. En todo lugar se ofrece incienso y ofrendas puras a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones —dice el SEÑOR Todopoderoso—. 12Pero ustedes lo profanan cuando dicen que la mesa del Señor está mancillada y que su alimento es despreciable. 13Y exclaman: “¡Qué hastío!” Y me tratan con desdén —dice el SEÑOR Todopoderoso—. ¿Y creen que voy a aceptar de sus manos los animales lesionados, cojos o enfermos que ustedes me traen como sacrificio? —dice el SEÑOR—.
Reina-Valera 1960
2Yo os he amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová. Y amé a Jacob, 3y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto. 4Cuando Edom dijere: Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado; así ha dicho Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré; y les llamarán territorio de impiedad, y pueblo contra el cual Jehová está indignado para siempre. 5Y vuestros ojos lo verán, y diréis: Sea Jehová engrandecido más allá de los límites de Israel.
6El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? 7En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. 8Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos. 9Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice Jehová de los ejércitos. 10¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no tengo complacencia en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré ofrenda. 11Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos. 12Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová, y cuando decís que su alimento es despreciable. 13Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová. 14Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.
Biblia del Jubileo
1Carga de la palabra del SEÑOR contra Israel, por mano de Malaquías. 2Yo os amé, dijo el SEÑOR; diréis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob?, dijo el SEÑOR, y amé a Jacob, 3y a Esaú aborrecí, y torné sus montes en asolamiento, y su posesión para los dragones del desierto. 4Cuando Edom dijere: Nos hemos empobrecido, mas tornemos a edificar lo arruinado; así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré; y les llamarán Provincia de impiedad, y, pueblo contra quien el SEÑOR se airó para siempre. 5Y vuestros ojos lo verán, y diréis: Sea el SEÑOR engrandecido sobre la provincia de Israel.
6El hijo honró al padre, y el siervo a su señor; y si yo soy Padre, ¿qué es de mi honra? Y si soy Señor, ¿qué es de mi temor? dijo el SEÑOR de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi Nombre. Y diréis: ¿En qué hemos menospreciado tu Nombre? 7Que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y diréis: ¿En qué te hemos amancillado? En que decís: Morimos de hambre al servicio del SEÑOR. 8Y cuando ofrecéis el animal ciego para sacrificar, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? Dijo el SEÑOR de los ejércitos. 9Ahora, pues, orad a la faz de Dios, y el tendrá piedad de nosotros; esto de vuestra mano vino, ¿le seréis agradables? Dijo el SEÑOR de los ejércitos. 10¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o attiende el fuego de mi altar de balde? Yo no recibo contentamiento en vosotros, dijo el SEÑOR de los ejércitos, ni de vuestra mano me será agradable el presente. 11Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, mi Nombre es grande entre los gentiles; y en todo lugar se ofrece a mi Nombre perfume, y presente limpio; porque grande es mi Nombre entre los gentiles, dice el SEÑOR de los ejércitos. 12Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Morimos de hambre al servicio del SEÑOR; y cuando hablan que su alimento es despreciable. 13Y decís: ¡Oh qué trabajo! Y lo desechasteis, dijo el SEÑOR de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Me será acepto eso de vuestra mano? Dice el SEÑOR. 14Maldito el engañoso, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica corrompido al SEÑOR; porque yo soy Gran Rey, dice el SEÑOR de los ejércitos, y mi Nombre es formidable entre los gentiles.