¿Qué significa Marcos 1:2?
Aunque Marcos les estaba escribiendo a gentiles con poca o ninguna experiencia o interés en el judaísmo (Hechos 15:22–29), Marcos comienza con Juan el Bautista, considerado como el último de los profetas del Antiguo Testamento. Muchos gentiles solo habían oído hablar del bautismo de arrepentimiento de Juan y no del bautismo del Espíritu Santo (Hechos 19:1–6). Entonces Marcos comienza su Evangelio citando pasajes del Antiguo Testamento que anticipaban el ministerio de Juan. La frase "delante de ti", usada en la RVC, simplemente significa que Juan precedió a Jesús.El ministerio de Juan el Bautista prepara el camino para el mensaje de Jesús de dos maneras. Primero, le recuerda a la gente sobre sus pecados. En segundo lugar, transita su pensamiento de la salvación nacional hacia una salvación individual. Los profetas del Antiguo Testamento a menudo hablaban de los pecados de la nación en su conjunto, e incluso los profetas piadosos asumían la culpa de las personas a las que amonestaban (Isaías 6:5). Juan les habla a las personas, animándolas a reconocer sus pecados personales y pedirle perdón a Dios.
Las palabras exactas citadas en Marcos 1:2 están tomadas de éxodo 23:20 y Malaquías 3:1, no de Isaías. Algunos manuscritos posteriores en latín dicen "en los profetas" en lugar de "Isaías el profeta". Sin embargo, estos manuscritos son más tardíos y parecen estar motivados a eliminar el interés en este pasaje de Marcos al referirse a Isaías cuando claramente incluye a varios profetas en su cita. Las palabras que se citan en Marcos 1:3 están tomadas textualmente de Isaías, y representan el tema de referencia con el que se comienza este versículo.
Dios rara vez comparte verdades espirituales significativas con nosotros sin ayudarnos antes a estar preparados para recibirlas. En el Antiguo Testamento, Dios le advierte a Su pueblo que no pecara durante siglos, y también hay docenas de profecías animando a los israelitas a esperar la venida del Mesías. Del mismo modo, Dios a menudo nos enviará mensajeros para preparar nuestros corazones para recibir Su verdad. Por lo tanto, nuestra responsabilidad es escuchar y acatar las advertencias que Dios nos da.