¿Qué significa Marcos 1:23?

Aquí, Marcos usa nuevamente euthus, del griego "de pronto" para marcar un cambio abrupto. "De pronto", después de que Jesús lee las Escrituras judías y comenta lo que significan, un hombre poseído por un demonio entra en la sinagoga. La capacidad de enseñar bien y controlar los espíritus es única, algo que trae consigo una rápida popularidad, así como los celos entre la élite religiosa.

Esta no es la última vez que Jesús tendrá que lidiar con una posesión demoníaca. En realidad, no está claro por qué Jesús interactuó con tantos demonios, o si la actividad demoníaca era más común en ese momento. Es muy posible que los demonios tuvieran reacciones conflictivas hacia el Hijo de Dios, quienes se sentían atraídos, enojados y temerosos al mismo tiempo cuando estaban en Su presencia. Las posesiones demoníacas son culpables de muchas situaciones en el Nuevo Testamento, situaciones que hoy atribuiríamos a meras dolencias físicas. Por ejemplo, la epilepsia (Mateo 17:15) o trastornos psiquiátricos (Marcos 5:3–5). Es muy difícil, en los tiempos modernos, determinar si alguien está poseído por un demonio o sufre una enfermedad física o mental, y no se debería considerar la posesión demoníaca como un diagnóstico que se debiera aplicar para todas las personas que estén enfermas, pero hoy en día, probablemente subestimamos la participación demoníaca en el mundo.

El versículo termina en el medio de una oración con la frase "y comenzó a gritar". A diferencia de la multitud, el hombre poseído por el demonio interrumpe las enseñanzas de Jesús. Esta es una confrontación directa entre un hombre controlado por un espíritu maligno y Jesús. La forma en que Jesús trata con el espíritu reforzará Su enseñanza y aumentará Su fama aún más (Marcos 1:27–28).