¿Qué significa Marcos 1:45?

Después de que Jesús sana al hombre con lepra, le dice al hombre que se presentara ante los sacerdotes, para completar el proceso que se describe en Levítico 13–14. Esto proporcionaría un testimonio a los sacerdotes y mostraría que Jesús no había venido para reemplazar al judaísmo, sino para cumplirlo. En cambio, el hombre habla libremente sobre su curación sin dar ningún contexto, o tal vez, sin entenderlo. Además, la fama de Jesús como sanador milagroso se extiende aún más. Si el hombre hubiera obedecido las instrucciones de Jesús, los líderes religiosos judíos podrían haber tenido una mejor oportunidad de entender a Jesús como el Mesías.

El hombre sanado de lepra no comprende el significado de la orden de Jesús, y finalmente no la cumple. En realidad, no hay forma de saber qué daño espiritual causó todo esto, pero sí tuvo una influencia directa en el ministerio de Jesús. Por el momento, Jesús no puede entrar a una ciudad, quedarse en la casa de un amigo o ir a la sinagoga. Jesús no tiene problemas para ir a lugares solitarios y desolados para orar y pasar tiempo con Dios el Padre, pero ahora vive en el desierto, junto con una creciente multitud. En lugar de definir el contexto de Su ministerio, Jesús se ve obligado a trabajar con lo que tiene. Como resultado, Jesús acumula multitudes a las que solo puede alimentar a través de un milagro (Mateo 14:15; 15:33) y no tiene lugar para recostar su cabeza (Mateo 8:20).

El proceso de discipulado, encontrar una iglesia, aprender y ser reconocido como cristiano es muy importante. Los jóvenes creyentes tienden a tener un gran entusiasmo, pero si no se basan en la Palabra de Dios, su explicación sobre lo que Jesús ha hecho por ellos puede ser incorrecta o incluso comunicarse sin un entendimiento completo de lo que realmente significa. La exuberancia y la falta de contexto en la reacción de las personas frente a la bendición de Dios puede conducir hacia enseñanzas falsas como el Evangelio de la prosperidad.

Aunque Jesús sana al hombre y lo purifica ceremonialmente, el hombre todavía tiene libre albedrío, y de hecho lo usa deliberadamente. Nosotros hacemos lo mismo cuando nos creemos que lo sabemos todo e ignoramos los mandamientos de Dios. Dios puede redimir cualquier situación que surja debido a nuestra desobediencia; y, sin embargo, eso no significa que el resultado será tan bueno como podría haber sido. El fracaso inicial de Israel a la hora de entrar en la Tierra Prometida es un ejemplo clásico: Dios redimió la situación, pero la nación perdió cuarenta años de sus vidas y deambuló por el desierto antes de finalmente lograr su objetivo. A menudo, no sabemos las razones que existen más allá de las reglas que se exponen en la Biblia, pero debemos confiar en Aquel que las estableció lo suficiente como para seguirlas con fidelidad.