¿Qué significa Marcos 1:9?

Este versículo mueve el enfoque de la narrativa desde Juan el Bautista hacia Jesús, y de la manera que típicamente lo hace Marcos, se hace sin fanfarria y con poco énfasis. Así, no se menciona ni el nacimiento de Jesús, ni las profecías del Antiguo Testamento que Su nacimiento cumplió, ni siquiera el marco temporal, aunque este bautismo ocurrió a finales de los años 20 o principios de los años 30 d.C. Jesús nació en Belén (Lucas 2:1–20), pero se crió principalmente en Nazaret de Galilea (Mateo 2:19–23). Mateo 3:13–17 y Juan 1:29–34 nos dan más detalles sobre el bautismo de Jesús por parte de Juan.

El bautismo, incluso en la era de Juan, ha sido una señal de que una persona sigue las palabras del bautizador. Juan es muy reacio a bautizar a Jesús. Juan desea seguir públicamente a Jesús y no entiende cómo podría bautizar a alguien cuya sandalia no era digna de desatar (Marcos 1:7). Pero al ser bautizado por Juan, Jesús valida el mensaje de arrepentimiento y perdón de Juan. Mientras que en Marcos 1:5 personas de toda la región acaban confesándose y arrepintiéndose, aquí Jesús afirma sus acciones. Eventualmente, Jesús irá más allá, asumiendo sus pecados en la cruz para que puedan ser completamente perdonados y su relación con Dios se pudiera restaurar.

Es aquí donde Jesús establece la precedencia de nuestro bautismo. Aunque el bautismo no es necesario para la salvación, es una declaración pública de que nos arrepentimos de nuestros pecados y buscamos el perdón de Dios. Pero el bautismo cristiano va más allá de lo que Juan ofreció: es una ilustración del bautismo del Espíritu Santo y, por lo tanto, una parte crítica de las instrucciones que Jesús les dio a los discípulos mientras difundían el evangelio (Mateo 28:19–20). Mientras que el bautismo de Juan reconocía nuestra necesidad de obtener perdón, ¡el bautismo cristiano reconoce que somos perdonados!