¿Qué significa Marcos 10:20?
"Juventud" proviene de la raíz griega neotes, y simplemente significa "juventud "y no se refiere a una edad específica. El judaísmo enseña que si un niño pequeño peca, el castigo recaerá sobre sus padres. En la tradición judía, un niño se hacía responsable de sus decisiones morales a la edad de doce años. Entonces, el joven probablemente esté diciendo que ha guardado todos estos mandamientos desde ese momento. Sin embargo, solo ha guardado los mandamientos de manera literal. Jesús señaló en el Sermón del Monte (Mateo 5:21–48) y recientemente (Marcos 10:1–12) que hay una diferencia entre obedecer la ley y cumplirla. Aquellos que voluntariamente cumplen con el espíritu de la ley lo hacen porque aman y confían en el legislador más que cualquier beneficio mundano que pudieran recibir de otra manera, y esto es algo que el hombre no está haciendo (Marcos 10:22).El apóstol Pablo hace una afirmación similar acerca de la virtud. Pablo dice que, si la justicia se midiera por lo bien que se guardaba la ley, entonces él sería irreprensible (Filipenses 3:6). Pero también explica que no es su propia justicia, definida por la ley, lo que le otorga la resurrección de entre los muertos, sino la justicia que viene de Dios y se expresa como fe en Cristo (Filipenses 3:9–11).
La afirmación del joven rico revela una gran ironía. Desde su juventud, la edad de la responsabilidad, ha hecho todo lo posible para ganarse la vida eterna. Esta es una hazaña bastante notable, pero al mismo tiempo Jesús nos ha explicado que debemos volver a tener la actitud que teníamos cuando no podíamos ser responsables de nuestros pecados. Poco antes, Jesús había dicho: "de cierto les digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él" (Marcos 10:15). No se puede hacer nada para ganarse la salvación, y reconocer eso es el principio de la salvación misma (Hebreos 11). La obediencia a la ley siempre ha venido en respuesta a nuestro amor y respeto por Dios (éxodo 20:6; Deuteronomio 11:1; Nehemías 1:5; Juan 14:15). La ley no nos da la oportunidad de ganarnos la salvación, sino que demuestra el hecho de que no podemos ganárnosla por nuestra propia cuenta.