¿Qué significa Marcos 10:33?
El título de "Hijo del Hombre" se toma de Daniel: "…venía alguien semejante a un hijo de hombre, el cual se acercó al Anciano entrado en años, y hasta se le pidió acercarse más a él. Y se le dio el dominio, la gloria y el reino, para que todos los pueblos y naciones y lenguas le sirvieran. Y su dominio es eterno y nunca tendrá fin, y su reino jamás será destruido" (Daniel 7:13–14). Jesús a menudo usa este título para nombrarse a sí mismo. Los Doce aceptan la idea de Jesús como el Mesías conquistador, quien viene a rescatar a Israel de los malvados romanos. Su temor se mezcla con la esperanza de que en algún momento verán el día que Daniel les había prometido y llegarán a formar parte del reino de Dios con puestos importantes de autoridad (Marcos 10:35–37). De hecho, finalmente llegarán a tener estos puestos de autoridad (Mateo 19:28), pero no antes de enfrentarse a sus propias muertes (Marcos 8:34–38).Una vez más, Jesús les dice a los discípulos que este Hijo del Hombre será traicionado (Marcos 14:10), golpeado y asesinado (Marcos 10:34). Esta vez, sin embargo, es más específico y les explica que será llevado ante los principales sacerdotes y los escribas, pero finalmente serán los gentiles quienes lo ejecuten. Jesús también añade que se burlarán de él, le escupirán y lo azotarán. Esta profecía nos recuerda a las profecías del Antiguo Testamento que mencionan tanto la burla (Salmo 22:6–7), como los golpes y los escupitajos (Isaías 50:6). Isaías 53 predice otros tipos de sufrimientos para el Mesías, incluyendo el hecho de ser despreciado y rechazado (Isaías 53:3), de que iban a clavarle una lanza (Isaías 53:5), de que se iba a callar cuando le dieran el momento de defenderse (Isaías 53:7), y que finalmente iba a ser asesinado cerca de hombres malvados, y enterrado cerca de los ricos (Isaías 53:9).
La discusión sobre quién mató a Jesús ha causado grandes problemas a lo largo de los siglos y también ha provocado una terrible persecución contra los judíos. Jesús lo deja claro aquí, y sus palabras se demostrarán durante el relato de la crucifixión: mientras que los principales sacerdotes y escribas judíos son los que condenan a muerte a Jesús, son los romanos gentiles quienes finalmente lo matan. Espiritualmente, la responsabilidad se extiende aún más: Dios envió a Jesús para morir (Juan 3:16; Hechos 2:23) debido a nuestros pecados (2 Corintios 5:21). Entonces, la respuesta a la pregunta de quién mató a Jesús está clara: todos nosotros lo matamos.