¿Qué significa Marcos 10:6?
Jesús hace este comentario dentro del contexto del plan de Dios para el matrimonio, pero las preocupaciones modernas exigen un análisis más amplio del género. Dios hizo a los humanos para que fueran hombres o mujeres tanto en sexo, como en género. El pecado corrompe: corrompe la naturaleza, la genética, las costumbres sociales y todo lo que los humanos tocan.El transgénero y la idea de que existe un conjunto de géneros infinito es una interpretación pecaminosa de la creación de Dios. La ciencia no está segura de por qué algunas personas sienten que son de un género diferente del que su propia biología determina. La ciencia ha descubierto que algunas de estas situaciones son causadas por enfermedades mentales específicas. Pero incluso si el sentimiento tiene una causa química u hormonal, la Biblia prohíbe actuar sobre esos sentimientos tanto como se lo prohíbe a una persona que es naturalmente violenta, perezosa o propensa a la adicción.
En contraste, el intersexualismo es un defecto genético por el cual un niño nace con rasgos de género ambiguos en cromosomas, hormonas o genitales. El intersexualismo no es, en sí mismo, un pecado. Es una condición física causada por el efecto general acumulativo del pecado en el cuerpo humano. Ser biológicamente intersexual no es un pecado.
Jesús tampoco está hablando en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo aquí, al menos no directamente. Vale la pena señalar que Jesús afirma explícitamente que el plan para el matrimonio se centra en el hombre y la mujer, en lugar de decir algo como "una pareja amorosa" u otras frases compatibles con el matrimonio entre personas del mismo sexo. De todos modos, Sus comentarios aquí no pretenden ser comentarios sobre la homosexualidad. A pesar de lo que algunos puedan afirmar, este no es un argumento desde el silencio; la falta de una declaración directa de Jesús no significa que respalde la atracción del mismo sexo. Hay razones por las que Jesús no abordó específicamente la homosexualidad, como que por ejemplo no era un problema para los israelitas de su época. La gente que escuchaba a Jesús era principalmente judía. La gente de esa cultura por lo general trabajaba duro para obedecer la ley mosaica. Ese pecado era más común en la cultura romana, razón por la cual Pablo habla de él en términos muy directos (Romanos 1:26–27).
Finalmente, Jesús no se refiere a cómo debería actuar la gente. En general, los hombres y las mujeres tienen diferentes personalidades, fortalezas y debilidades. Pero si una mujer no es cariñosa por naturaleza, eso no significa que sea un hombre. Y si un hombre no es agresivo o fuerte, eso no significa que sea una mujer. Gran parte de la confusión moderna sobre las identidades de género, irónicamente, se debe a la insistencia en que algunos rasgos están inevitablemente ligados a ciertos géneros. Hay espacio para respetar el género en el que nacemos, mientras que también respetamos nuestras personalidades individuales.
Jesús está hablando de algo mucho más profundo y específico: Dios hizo que los hombres y las mujeres se emparejaran y tuvieran relaciones para toda la vida. Esta es una verdad universal para todas las naciones, culturas y religiones. Dios respalda tanto los matrimonios creyentes como los de los no creyentes. Al mismo tiempo, reconoce que algunas personas están mejor preparadas para permanecer solteras, ya sea porque desean concentrar sus esfuerzos en la obra de Dios o porque no se sienten preparadas para casarse (Mateo 19:11–12).