¿Qué significa Marcos 10:8?
Los hombres de Israel tenían una visión muy liberal del divorcio. El escriba judío del siglo II a.C. Ben Sirach escribió: "si ella no acepta tu control, divórciate de ella y échala" (Ben Sira 25:26). El historiador Josefo reflejó las costumbres de la época de Jesús cuando escribió: "en este momento me divorcié de mi esposa, ya que no me gustaba su comportamiento" (Vida 426).Los fariseos y los discípulos (Mateo 19:10) están filtrando "un extra" en la ley mosaica (Deuteronomio 24:1–4) a través de una interpretación específica que una escuela de escribas llegó a establecer hacía ya unos cien años. La escuela de Hillel interpretó que la ley significaba que los esposos podían divorciarse de sus esposas por cualquier cosa que encontraran más allá de su gusto. Convenientemente ignoraron el hecho de que la ley no describe en detalle los motivos de divorcio. El pasaje de Deuteronomio simplemente mitiga el daño de esta injusta tradición cultural al decir que el hombre debe liberar formalmente a su esposa para que ella pueda volver a casarse; y si se volviera a casar, él no podría recuperarla.
Jesús les pregunta qué ordenó Moisés, y los fariseos piensan que son inteligentes al desafiar a Jesús con una visión tradicional de una advertencia que aparece en la ley mosaica que ya estaba bien establecida. Sin embargo, se olvidan de que Moisés también escribió Génesis. Jesús los lleva aún más hacia atrás, hasta la creación y al propósito original del matrimonio de Dios. La única vez en la historia que un solo ser humano se ha dividido en dos individuos es cuando Dios tomó a Eva, con un poderoso simbolismo en forma de costilla, del costado de Adán. Cuando Adán se despertó, Dios inmediatamente los volvió a unir (Génesis 2:21–24). Este es el origen de la expresión "un solo ser". Ser "un solo ser" conlleva la imposibilidad de dividirse en dos. El divorcio no separa a dos personas, desgarra a una sola entidad en dos personas rotas.
Nunca debemos analizar los mandamientos de Dios para ver si podemos hacer algo para escaparnos de su realidad. Tampoco debemos conformarnos con eludir los límites de Sus condiciones. Siempre debemos considerar las intenciones de Dios, que siempre buscan nuestro mayor beneficio.