¿Qué significa Marcos 11:24?
Jesús ha destruido una higuera que no ya daba higos como ilustración de la destrucción venidera de un sistema religioso que ha dejado de dar fruto espiritual para aquellos que adoran a Dios. él y los discípulos están de pie en el monte de los Olivos, mirando el Monte del Templo, donde durante generaciones los judíos han traído sacrificios por sus pecados, para estar bien con Dios y para que él pudiera escuchar sus oraciones.Poco tiempo antes, un joven rico le había preguntado a Jesús cómo heredar la vida eterna (Marcos 10:17–22). La forma antigua, la forma del templo, era obedecer la Ley y expiar mediante sacrificios. Con la crucifixión y la resurrección de Jesús, esa ceremonia ya no es necesaria. Creer (lo que significa tener una fe humilde y confiada, del tipo que se refleja al tener una actitud de perdón hacia los demás (Marcos 11:25) es todo lo que necesitamos para acercarnos a Dios. Ya no hay una necesidad de realizar rituales en un espacio sagrado con sacerdotes como intermediarios (Hebreos 4:16). Los discípulos, sin embargo, no están dispuestos a abandonar el templo y sus atavíos; todavía lo consideran un gran símbolo cultural, y no ven la corrupción que existe dentro de sus muros (Marcos 13:1–2).
Jesús no respalda el movimiento moderno de la Palabra de Fe, ni tampoco está sugiriendo que Dios opera como una máquina expendedora cósmica, repartiendo deseos. Creer que Dios responderá a nuestra oración no es un hechizo que le echamos a Dios para que él nos de lo que queramos. El contexto de la promesa de la oración es un ministerio ordenado por Dios, si le pedimos cosas con las intenciones correctas (Santiago 4:1–3) y dentro de Su voluntad (1 Juan 5:14–15). La Biblia nos promete que "si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche" (Santiago 1:5). Si oramos por sabiduría primero y pedimos dentro de la voluntad de Dios, recibiremos lo que pedimos. Si pedimos sin sabiduría, no pediremos de acuerdo con Su voluntad y no tendremos ninguna razón para esperar que se nos conceda tal petición.