¿Qué significa Marcos 11:28?
Los tres representantes oficiales de Jerusalén — los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos — están disponibles para preguntarle a Jesús quién le dio la autoridad para echar a los cambistas y comerciantes de aves del patio del templo (Marcos 11:15–19). "Autoridad" proviene de la raíz griega exousia, y significa "poder, libertad y derecho a elegir". La autoridad ha sido un problema durante el ministerio de Jesús desde el principio. En el primer registro de Marcos de Jesús en la sinagoga, la gente decía: "todos quedaron muy asombrados, y se preguntaban unos a otros: «¿Y esto qué es? ¿Acaso es una nueva enseñanza? ¡Con toda autoridad manda incluso a los espíritus impuros, y éstos lo obedecen!»" (Marcos 1:27). Poco después, los escribas cuestionaron la autoridad de Jesús para perdonar los pecados (Marcos 2:1–12).En el sistema civil y religioso de la antigua Jerusalén, los sacerdotes, los ancianos y los escribas tenían la autoridad para tomar decisiones que afectaban a los demás. Fue el sumo sacerdote, José Caifás, quien les permitió a los comerciantes y cambistas instalarse en el patio del templo, solo unos años antes de esta confrontación. Muchos en Jerusalén se ganaban la vida vendiendo animales que los viajeros necesitaban sacrificar en el templo. Los escribas anteriores habían ejercido su autoridad prohibiéndole a la gente vender en el patio o usar el patio como un atajo para llegar al Monte de los Olivos; aparentemente esta generación de escribas tenía diferentes prioridades.
Jesús ya ha abordado esta cuestión sobre Su autoridad. Al principio, los líderes religiosos judíos querían matar a Jesús porque rompió sus tradiciones del sábado y afirmó que Dios era Su Padre. Jesús respondió explicándoles que Su autoridad proviene del hecho de que él solo hace lo que ve hacer al Padre y actúa solo de acuerdo con los intereses del Padre. Finalmente, Jesús remata Su argumento señalando que, si realmente siguieran a Moisés y la ley mosaica, sería obvio para ellos identificar a Jesús y saber lo que ha venido a hacer. En cambio, "no buscan la honra que viene del Dios único" (Juan 5:44). Este grupo de ancianos, fariseos y escribas dedicaba todo su tiempo a entender y poner en práctica las Escrituras, por lo que acusarlos de algo así habría sido muy impactante para ellos (Juan 5:19–47).