¿Qué significa Marcos 11:33?
Los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos de Jerusalén le han preguntado a Jesús de dónde proviene Su autoridad para echar a todo el mundo del templo. Jesús los desafía a responder Su propia pregunta y les acaba preguntando si el mensaje de Juan el Bautista venía de Dios o si Juan se lo inventó. Juan validó la identidad de Jesús como el Mesías, así que, si los líderes religiosos afirmaran el mensaje de Juan, también afirmarían a Jesús. Si negaran a Juan, correrían el riesgo de perder el respeto de una multitud de personas que creía en el mensaje de arrepentimiento de Juan. Para hacer las cosas aún más interesantes, muchas personas que siguieron a Juan estaban en Jerusalén para la Pascua.Los líderes religiosos afirman que no saben si el mensaje de Juan era cierto o no. Esto, de hecho, es mentira, ya que ellos no creían ni en Juan ni en su mensaje. En lo que respecta a su punto de vista, "saben" (mejor dicho) "piensan" que Juan era un mentiroso. Esta hipocresía y cobardía hace que no puedan llegar a tener una conversación normal con Jesús, por lo que Jesús decide no enfrentarse a ellos sin antes haberles obligado a decir lo que verdaderamente pensaban. Algunos pueden estar realmente desconcertados, y otros reconocen exactamente lo que está pasando: "con todo eso, muchos creyeron en él, incluso algunos de los gobernantes; pero por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. Y es que amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios" (Juan 12:42–43).
En resumen, esta respuesta deja al descubierto la profunda hipocresía de estos líderes religiosos. Su máxima prioridad es mantener su poder y su influencia sobre el pueblo, y no defenderán lo que creen que es cierto si saben que eso los llevaría a perder su influencia política. Esa es una situación que nosotros en la actualidad podemos experimentar también.
En la siguiente historia, la parábola de unos labradores que rechazan a los sirvientes y al hijo del terrateniente, Jesús responde indirectamente a su pregunta (Marcos 12:1–12). Su autoridad proviene del terrateniente: Dios. Los líderes religiosos lo rechazan porque quieren conservar los recursos que el terrateniente les había dejado controlar por un tiempo. A lo largo de los años de la historia judía, llegaron a rechazar a todos los mensajeros del terrateniente (a todos los profetas pre-mesiánicos) incluido Juan el Bautista. Pronto, el terrateniente regresará y "¿qué hará entonces el dueño de la viña? ¡Pues irá y matará a los labradores, y dará su viña a otros!" (Marcos 12:9). Dios permitirá que Jerusalén sea destruida, eliminará la influencia del judaísmo y le ofrecerá Sus bendiciones y autoridad a la iglesia.
Los líderes religiosos entienden la parábola muy bien y responden de la única manera que saben: averiguar la mejor manera de arrestar a Jesús sin que nadie se diera cuenta.