¿Qué significa Marcos 12:5?
El trato que se les da a los siervos hace una referencia directa a cómo reaccionaron los israelitas ante los profetas de Dios. Desde la fuga de Egipto, Dios envió a muchos profetas especialmente llamados para convencer a los israelitas que vivían en un estado de rebelión con Dios (Jeremías 7:25). La gente rara vez los escuchaba (Jeremías 7:26; 25:4).Mirando a los profetas del Antiguo Testamento desde la distancia, las acciones de Dios casi nos pueden parecen algo crueles, al menos cuando pensamos en la perspectiva de los mismos profetas. ¿Por qué enviaría Dios a tantos mensajeros para ayudar a personas tan ingratas, sabiendo que serían deshonradas, golpeadas y asesinadas? Por un lado, porque algunas personas sí que los escuchaban (2 Samuel 12:1–15; Esdras 10). Por el otro, porque Dios desea tener una relación con todos nosotros (Oseas 2:14–20; Jeremías 3:12–14). Pedro dice: "el Señor no se tarda para cumplir su promesa, como algunos piensan, sino que nos tiene paciencia y no quiere que ninguno se pierda, sino que todos se vuelvan a él" (2 Pedro 3:9). Dios mandó a tantos mensajeros porque quería asegurarse de que todo el mundo supiera que él estaba allí, y que todo el mundo reconociera el hecho de que Dios quería tener una relación con cada uno de ellos.
Habría sido fácil para los discípulos mirar con un aire de suficiencia a los principales sacerdotes, a los escribas y a los ancianos mientras Jesús los empujaba a ser más humildes. Algunos de los discípulos siguieron a Juan el Bautista antes de seguir a Jesús (Juan 1:35–45). Pero los discípulos aún no se dan cuenta de que son los herederos del legado de los profetas: mensajeros de Dios que van a sufrir también. En otro momento, Jesús les dice: "el que los escucha a ustedes, me escucha a mí. El que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió" (Lucas 10:16). Ese rechazo se manifiesta a través de la violencia. La Biblia registra algunas de las palizas que sufrieron los discípulos (Hechos 5:40; 16:22; 21:32), así como las muertes de Esteban y Jacobo (Hechos 7:54–60; 12:1–2).
Nosotros también estamos llamados a seguir ese camino si es necesario. Jesús les ha dicho a todos los creyentes que tomen su cruz y lo sigan (Marcos 8:34). La alternativa a esto sería seguir a los líderes religiosos hipócritas, quienes tienen tanto miedo de perder su posición de poder sobre la gente que comprometen las Escrituras y rechazan la verdad de Dios.