¿Qué significa Marcos 13:30?

Esto no es un comentario sobre el fin de los tiempos, sino un juramento de que lo que Jesús dice es verdad. La verdad de Jesús no es transitoria; por lo tanto, no es relativa al tiempo, lugar o cultura que la escucha. Aunque se dirige principalmente a los judíos, estas palabras se dirigen hacia todas las personas del mundo, más allá de su tiempo, lugar y cultura.

De acuerdo con una interpretación más literal, el cielo y la tierra dejarán de existir. Después de la batalla final al final del reino milenial, después de que Satanás sea arrojado permanentemente al lago de fuego y los no creyentes sean juzgados en el gran trono blanco (Apocalipsis 20:7–15), Dios destruirá el cielo y la tierra y su corrupción, y creará un nuevo lugar para que Sus seguidores puedan vivir eternamente (Apocalipsis 21:1). Incluso entonces, las palabras de Jesús seguirán siendo verdad.

Tanto los no cristianos como los cristianos tienden a confiar mucho en las cosas mundanas. Por ejemplo, a veces admiramos árboles gigantes que han vivido durante cientos de años y ciudades que han existido durante milenios y las llegamos a considerar como monumentos vivos. Algunas veces, vemos montañas que jamás se han movido hasta donde la memoria nos llega. Otras veces, al describir una empresa, por ejemplo, un banco, decimos cosas como: "este banco es demasiado importante como para que caiga en bancarrota". Incluso tratamos cosas más transitorias como los políticos y los planes de inversión (Isaías 40:8) como cosas en la que podemos confiar o son dignas de nuestra confianza. Sin embargo, Jesús dice que todas estas cosas terrenales serán destruidas. Por lo tanto, la confianza que depositamos en estas cosas no es nada en comparación con las palabras de Jesús, y solo Sus palabras nos llevan hacia la verdadera vida eterna.