¿Qué significa Marcos 13:32?
La naturaleza de la Trinidad es un rompecabezas que los teólogos se han esforzado para entender durante siglos. Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo son miembros de la Trinidad. Todos son Dios, todos son Uno, pero son diferentes el uno del otro. Esto se ilustra en las formas en las que Jesús interactúa con Dios el Padre mientras está en la tierra. Jesús somete Su propia voluntad a la de Dios Padre (Marcos 14:36). Jesús se separa de Dios en la cruz (Marcos 15:34). Esteban ve a Jesús de pie a la diestra de Dios (Hechos 7:55). Jesús incluso aprendió a obedecer como los hombres (Hebreos 5:8).Este versículo nos da otro ejemplo. Mientras Jesús está en Su cuerpo físico en la tierra, no es omnisciente. Pablo explica que Jesús, "quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo y tomó forma de siervo, y se hizo semejante a los hombres" (Filipenses 2:6–7). Parte del concepto de "ser despojado" significa que Jesús abdicó de sus derechos para manifestar la naturaleza plena de la deidad, lo que los teólogos llaman kénosis. Eso no significa que Jesús no fuera Dios en todo momento, sino que es más como si parte de Su deidad estuviera en modo de espera. Jesús sabía justo lo que Dios quería que supiera (Juan 15:15).
¿Sabe Jesús cuándo regresará ahora que vive en el cielo con un cuerpo glorificado? Hechos 1:6–7 parece que lo confirma. Después de la resurrección, cuando Jesús está en Su cuerpo glorificado, momentos antes de que ascienda al cielo, los discípulos le preguntan de nuevo cuándo regresará y "restaurará el reino a Israel". Jesús les responde que no les corresponde a ellos conocer el momento, pero no les indica que en ese momento él todavía ignorara el plan de Dios.
Algunos piensan que Marcos 13:32 se refiere al rapto. El rapto es el día venidero durante el que Jesús llamará a todos los creyentes, vivos y muertos, y se reunirá con ellos en el aire (1 Tesalonicenses 4:13–18; 1 Corintios 15:50–54). Sin embargo, esta interpretación parece menos consistente con las Escrituras. Primero, el rapto es inminente: eso significa que no es necesario que suceda nada más antes, incluidas las guerras y los desastres naturales de Marcos 13:6–8. Durante el rapto, Jesús no "regresa" verdaderamente a la tierra, sino que flota en el aire (1 Tesalonicenses 4:17); durante Su segunda venida, volverá a poner un pie en la tierra (Zacarías 14: 4). Finalmente, el rapto ocurrirá en un instante, en secreto (1 Corintios 15:50–54), mientras que la segunda venida de Jesús se verá en todo el mundo (Apocalipsis 1:7).
Es razonable pensar que "ese día o esa hora" se refiera a la segunda venida de Jesús, ya que eso es específicamente lo que le preguntaron los cuatro discípulos (Mateo 24:3). Tres años y medio antes de la abominación desoladora, el Anticristo hará un pacto con Israel y sus enemigos (Daniel 9:24–27). Dado que la secuencia de estos eventos ya está establecida, algunos interpretan que el "día" se refiere al Día del Señor. Si es así, el "Día del Señor" es el período de tiempo durante el cual se cumple la voluntad de Dios para la humanidad, Dios impone Su juicio (Isaías 13:6–22; Ezequiel 30:2–19), todo Israel se salva (Romanos 11:26), y se revela la gloria de Dios (Isaías 2:17).
Otra posibilidad es que Jesús sabía cuándo comenzaría la tribulación y, por lo tanto, el año de Su regreso, pero literalmente no sabía el día ni la hora.
Una conclusión importante de este versículo es que Jesús específicamente dice que no tenemos que saber el momento en el que esto ocurrirá (Hechos 1: 6–7). Eso debería servirnos como una advertencia para todos nosotros. Cualquiera que afirme conocer la fecha o la hora del regreso de Jesús es, por definición, un falso maestro, ya que afirman convencer a
