Capítulo
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Verso

Marcos 13:35

LBLA Por tanto, velad, porque no sabéis cuándo viene el señor de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer ;
NBLA Por tanto, velen, porque no saben cuándo viene el señor de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer;
NVI »Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben cuándo volverá el dueño de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer;
RV1960 Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana;
JBS Velad pues, porque no sabéis cuándo el Señor de la casa vendrá; si a la tarde, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana;

¿Qué significa Marcos 13:35?

Las palabras de Jesús aquí son principalmente para los creyentes judíos y gentiles durante la tribulación. Jesús les ha dado lo que necesitan saber para poder predecir aproximadamente cuándo regresará. A partir del momento en que el Anticristo alcance un tratado entre Israel y sus enemigos, tendrán siete años. Cuando el Anticristo contamine el templo judío, solo les quedarán tres años y medio (Daniel 9:27).

A lo largo de esos años, la vida en la tierra se volverá muy difícil. Además del impacto catastrófico de la ira de Dios en el mundo, el Anticristo perseguirá a los seguidores de Cristo, y no podrán comprar ni vender cosas abiertamente (Apocalipsis 13:16–18); innumerables creyentes serán asesinados debido a su fe (Apocalipsis 13:7; 17:6).

Los períodos de tiempo coinciden con la forma en que los romanos dividían las vigilias nocturnas. La "tarde" iba desde las 6 pm hasta las 9 pm. La "medianoche" iba desde las 9 pm hasta medianoche. "Cuando cante el gallo" es una frase que se refiere al período de tiempo que iba desde la medianoche hasta las 3 am. El amanecer iba desde las 3 am hasta las 6 am. En realidad, ni Mateo ni Lucas registran que Jesús fuera tan específico.

Este versículo no significa que los creyentes perderán su salvación si no están prestando atención y anticipando activamente el regreso de Jesús. Una vez que somos salvos, nuestra salvación está asegurada por la eternidad (Efesios 1:13–14); y la salvación nunca se gana ni se mantiene a través de las obras; por lo tanto, no depende de nosotros, sino de Dios (Efesios 2:8–9).
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