¿Qué significa Marcos 14:34?

Jesús y los discípulos han celebrado la Pascua y ahora se encuentran en el huerto de Getsemaní, en el Monte de los Olivos, al este del Monte del Templo. Aunque algunos eruditos dicen que el grupo pasó todas las noches en Betania con María, Marta y Lázaro, las Escrituras simplemente dicen que durmieron en "el monte llamado de los Olivos" (Lucas 21:37). Getsemaní era un lugar habitual para Jesús y los discípulos, por eso Judas sabe dónde encontrarlos (Juan 18:2).

Ahora, mientras Jesús ora pidiéndole a Dios fuerzas para afrontar las próximas horas, Jesús les dice a Pedro, Jacobo y Juan que oren y se queden despiertos (Marcos 14:34). "Mantenerse despierto" proviene de la raíz griega gregoreuo y significa "prestar atención para evitar la calamidad". Jesús sabe que su vigilancia no puede evitar la crucifixión, o incluso la negación de Pedro (Marcos 14:30), y sabe que los discípulos se dispersarán en unas pocas horas (Marcos 14:27). Sin embargo, quiere que sepan que pronto serán tentados por el pecado (Marcos 14:38). Mientras Jesús se prepara para romper Su relación con Dios el Padre, quiere que Sus tres amigos más cercanos tengan la fuerza suficiente como para aguantar por sí mismos y encontrarse con él nuevamente después de la resurrección (Marcos 14:28).

"Tristeza" viene de la raíz griega perilupos y también se traduce como "profundamente entristecido" y "abrumado por el dolor". Es cierto que Jesús sufrió más penurias que cualquier otra persona en el mundo. Después de una existencia infinita en perfecta armonía y amor con los demás miembros de la Trinidad, acaba siendo brutalmente rechazado y despreciado. Necesitamos recordar este momento de Su vida cuando nosotros perdemos a un ser querido o conocemos a alguien que lo ha hecho. La pérdida es real. El dolor es real. El hecho de pensar lógicamente y decir cosas como: "los veremos de nuevo algún día" o "Dios tiene un propósito" no es suficiente para calmar la agonía de Jesús aquí, y tampoco deberíamos esperar que esas palabras nos alivien por completo a nosotros. Jesús nos muestra cómo reconocer nuestros sentimientos más agonizantes mientras seguimos caminando en obediencia al Dios, el mismo Dios que nos ha puesto la situación en la que nos encontramos.