¿Qué significa Marcos 15:32?
La afirmación de los principales sacerdotes y los escribas es falsa. Dios obra en la historia humana de diferentes formas. Ya sea frente al contacto directo que tuvo con Adán y Eva, la ley específica que le dio a Moisés o la realidad de Jesús sentado en un trono durante el reino milenial, siempre habrá quienes rechacen la autoridad de Dios y la oferta de Su gracia. Los escribas de Jerusalén vieron los milagros de Jesús y los consideraron actos de Satanás (Marcos 3:22). En tres días, los sacerdotes comenzarán a oír que Jesús había resucitado de entre los muertos. Durante los próximos cuarenta, escucharán que Jesús está viajando para animar a Sus seguidores (Hechos 1:3). Pero en lugar de creer, perseguirán a los seguidores de Jesús (Hechos 4:1–3; 5:17–18, 40; 6:8–15; 7:54–60).Marcos abrevia la historia de los dos ladrones, al igual que Mateo (Mateo 27:44). Los eruditos creen que Lucas obtuvo su información de María, la madre de Jesús, quien ahora está al pie de la cruz, al menos por un tiempo (Juan 19:26–27). Lucas registra que, aunque los dos ladrones comienzan por acosar a Jesús, uno cambia de opinión (Lucas 23:39–43). Este ladrón reprende a su compañero, señalando que, si bien ellos merecen su destino, Jesús es inocente. Luego, en un asombroso acto de fe, dice: "Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino" (Lucas 23:42). Jesús responde: "de cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:43).
En dos breves versículos, Lucas nos da un tesoro en forma de teología. En primer lugar, este evento deja en evidencia cualquier afirmación de que alguien debe ser bautizado para ser salvo. El ladrón no está bautizado y Jesús aún afirma su destino eterno.
En segundo lugar, desacredita la idea de que hay otros puntos de vista doctrinales necesarios para la salvación además de la fe sumisa y sincera en Cristo; este ladrón sabía poco más que a quién acudir para pedir perdón.
Tercero, la afirmación de que después de la muerte nuestras almas "duermen" hasta el juicio también es incorrecta. En realidad, no conocemos la secuencia exacta de eventos después de la muerte de un creyente, pero Jesús tiene claro que la primera parada es el paraíso, con él, pero no se nos revela si esto se refiere a un lugar de espera por un tiempo o un salto de tiempo directo al asiento Bema de Cristo (Romanos 14:10–12). Pero cuando muramos, veremos a Jesús. Las acciones del ladrón pueden haberle valido una muerte horrible, pero su fe nos otorga seguridad y consuelo.