¿Qué significa Marcos 16:3?
Después de que José colocara la piedra en la entrada de la tumba, los principales sacerdotes y los fariseos fueron a Pilato para pedirle que sellara la entrada (Mateo 27:62–66). Recordaron que Jesús había dicho que resucitaría, y no querían que los discípulos robaran Su cuerpo y dijeran que había resucitado. Curiosamente, los saduceos, que no creen en la resurrección de los muertos, no vinieron. Al parecer, no pensaron que fuera un problema.La costumbre era colocar un cordón donde la piedra tocaba con la superficie rocosa y se vertía cera en la unión de ambas piedras; por lo tanto, nadie hubiera podido mover la piedra sin romper la cera. Pilato también ordenó que la tumba fuera vigilada. En realidad, no está claro si las mujeres sabían que Pilato había tomado esta precaución adicional. María Magdalena y María, la madre de Jacobo el Menor y José habían visto a José colocar la piedra (Marcos 15:46–47), pero Pilato no la aseguró hasta el día siguiente. Aún así, preparan las especias (Lucas 23:56) y regresan a la tumba con una mezcla de fe y duda. Este es el llamamiento de los seguidores de Cristo. Hacemos lo que estamos llamados a hacer, incluso si no estamos seguros de cómo lo lograremos.
En Israel era costumbre enterrar a los muertos en una cueva de piedra durante un año. Las especias estaban metidas en los paños de lino que envolvían el cuerpo para mitigar el olor. Después de un año, los huesos se extraían y se colocaban en un lugar más permanente, a menudo una caja de piedra, llamada osario, dentro de una cripta familiar.
En 1980, los trabajadores de la construcción descubrieron una tumba familiar a tres millas al sur de la Ciudad Vieja en Jerusalén Este. Entre los osarios había uno que posiblemente dice "Josué, hijo de José". Los nombres Josué y Jesús son los mismos en hebreo original: Yeshua. Otra caja descubierta decía "María". Los creadores del documental La tumba perdida de Jesús insisten en que los restos de Jesús, su madre y María Magdalena están dentro de esos los osarios. Los expertos señalan que solo Josefo habla en sus escritos de al menos veintiún hombres llamados "Yeshua" y sobre que el 20–25% de todas las mujeres se llamaban "María". Todos esos nombres eran muy comunes, por lo que no hay razón para pensar que esta fuera la tumba de Jesús de Nazaret.