¿Qué significa Marcos 2:4?

Cuatro hombres llevan a su amigo paralítico a una casa abarrotada de gente con la esperanza de que Jesús lo sane. Todo acceso normal que los llevaría hasta Jesús está literalmente colapsado de personas. Entonces, estos amigos leales intentan algo un tanto inesperado.

Las casas en el antiguo Israel generalmente tenían escaleras exteriores que conducían a una terraza plana en la azotea. Una viga principal corría a lo largo del interior y estaba reforzada por varios postes. Los travesaños se extendían en forma transversal desde la viga hasta las paredes perpendiculares, y la maleza cubría los espacios intermedios. Encima de la maleza había una capa de arcilla mezclada con paja. Los techos se alzaban a unos seis pies del suelo.

Lucas 5:19 dice que esta casa tiene arcilla en forma de tejas, pero al mismo tiempo las tejas de arcilla estaban separadas las unas de las otras, es decir, no formaban un mismo bloque de arcilla. Entonces, los cuatro hombres rompen las tejas, hacen un agujero a través de la maleza y bajan la camilla a la habitación. Sin lugar a duda, huir de las ramitas que caen y evadir a un hombre al que están bajando en una camilla hasta el suelo le da a la multitud de personas allí más incentivos para apartarse del camino que cuando sus amigos intentaron llevarlo a través de la puerta.

A pesar de que el ministerio de Jesús está principalmente concentrado en la enseñanza, y que muchas de las personas que buscan Su curación a menudo interrumpen Su tiempo para descansar, a Jesús claramente le encanta ver cuando la fe de las personas los impulsa a tomar medidas drásticas para encontrarse con él. Tal y como se verá más adelante, la mujer con el problema de la sangre (Marcos 5:24–34) no tendrá derecho legal o ceremonial de tocar el manto de Jesús, pero en su fe se atreverá a hacerlo, y Jesús la felicitará. La mujer cananea sabía que sus necesidades no eran tan urgentes en comparación con las de los judíos, pero esto no le impidió pedirle a Jesús que sanara a su hija (Mateo 15:21–28). Ambas mujeres se presentan ante nosotros como ejemplos de una fidelidad audaz, a quienes debemos imitar a toda costa.