¿Qué significa Marcos 2:8?
Este versículo abre un debate teológico importante: mientras Jesús está en la tierra como hombre, ¿tenía acceso directo a Su poder como Dios o confiaba en el Espíritu Santo para darle lo que necesitaba en cada momento? Cuando Jesús siente los pensamientos de los escribas "se da cuenta", ¿pasó esto a través de Su propio poder o por el Espíritu Santo?Este enigma se conoce como "kenosis". Cuando Jesús adquiere Su forma humana y viene a la tierra, no pierde su divinidad, pero voluntariamente deja de lado Su gloria y autoridad independiente (Filipenses 2:7). Juan 4:6 dice que Jesús se cansa y Mateo 24:36 indica que el conocimiento de Jesús de las cosas divinas es limitado, por lo que esto nos hace ver que Jesús se autoimpuso algunas limitaciones.
Jesús tiene la clara perspicacia de una mente libre de pecado, sin egoísmo u orgullo. Jesús también había sido un buen estudiante muy bueno (Lucas 2:52). Esta claridad lo ayuda a comprender los motivos de quienes lo rodean, pero la Biblia no dice si Jesús conoce los pensamientos de los escribas a través de Sus propias habilidades o las del Espíritu Santo.
De cualquier manera, es probable que Jesús sepa la respuesta de la pregunta que les está haciendo. Dios a veces hace preguntas no porque necesita información, sino porque quiere que las personas admitan y encuentren la respuesta obvia por ellos mismos. En Génesis 3:9, Dios le pregunta a Adán y Eva: "¿Dónde andas?" En Génesis 4:9, le pregunta a Caín: "¿Dónde está tu hermano Abel?". Esta es una forma de dirigir la conversación e invitar a la persona a entrar en un diálogo que les de la oportunidad de reconsiderar sus elecciones.
Jesús hace esta pregunta después de haber declarado que los pecados de una persona paralítica han sido perdonados. él sabe que el instinto de los líderes religiosos locales es asumir que esto es algo inapropiado. Esta oportunidad para que los escribas reconsideren sus pensamientos y decisiones proviene de la gracia de Dios porque en Mateo 9:4, Jesús identifica los pensamientos de los escribas así: "¿por qué piensan mal…". Jesús no solo conoce sus pensamientos, sino también la motivación detrás de esos pensamientos. Los capítulos 5 y 6 de Mateo muestran que el pecado proviene de nuestros corazones, no solo de nuestras acciones.