¿Qué significa Marcos 4:38?
A la deriva durante una tormenta violenta que amenaza con hundir y volcar el bote, los discípulos miran a Jesús. La "almohada" en la que Jesús duerme puede haber sido un saco de arena usado como lastre o un asiento adicional usado para pasajeros. De cualquier manera, no estaba diseñada para ser cómoda. Sin embargo, Jesús está agotado: Su corto ministerio se ha caracterizado por multitudes de personas (Marcos 3:7–10; 4:1–2), pocas posibilidades de comer (Marcos 3:20) y poco descanso (Marcos 1:32–35); hasta el punto de que ni siquiera un bote lleno de agua sacudido por olas feroces puede despertarlo.¿Es razonable que los doce tuvieran miedo? Hasta este punto, los doce han visto a Jesús curar enfermedades físicas, expulsar demonios, enseñar a las multitudes y discutir con líderes religiosos. Por milagrosos que sean Sus poderes, los doce aún no han visto nada que indique que él tenga también autoridad sobre los fenómenos naturales. Aún así lo despiertan, no necesariamente esperando que los rescatara, sino que lo "invitan" a formar parte de sus miedos.
Durante cualquier crisis, los discípulos recuerdan todo lo que saben acerca de la situación en sí. Las tormentas en el mar de Galilea son demasiado peligrosas incluso para los pescadores más hábiles. Pedro, Andrés, Jacobo y Juan están sobrepasados por lo que está pasando. Sin embargo, Jesús los está animando a mirar sus vidas más allá de las restricciones físicas que la misma vida les imponía, les ha pedido que dieran sus vidas por él y les ha contado los planes que tiene para ellos; por lo tanto, los discípulos deben confiar en que Jesús los guiará hasta que cumplan con ellos (Marcos 1:17; 3:13–14). Aún así, los discípulos todavía tenían que aprender a entregarle sus vidas a Jesús por completo. Diez de los discípulos acabarán siendo martirizados, y uno de ellos exiliado.