Capítulo
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Marcos 4:39

LBLA Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: ¡Cálmate, sosiégate ! Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma.
NBLA Jesús se levantó, reprendió al viento y dijo al mar: “¡Cálmate (Calla), sosiégate (enmudece)!” Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma.
NVI Él se levantó, reprendió al viento y ordenó al mar: ?¡Silencio! ¡Cálmate! El viento se calmó y todo quedó completamente tranquilo.
RV1960 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.
JBS Y levantándose, increpó al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y fue hecha grande bonanza.

¿Qué significa Marcos 4:39?

La palabra "reprender" proviene de la raíz griega epitimao. Literalmente, significa "asignar o reconocer el valor de algo". En este caso, Jesús juzga que el viento no es bienvenido; es la misma palabra que se usa cuando Jesús confronta a los demonios (Marcos 1:25; 3:12; 9:25).

"Paz" proviene de la palabra raíz griega siopao, que literalmente significa "estar callado o abstenerse de hablar". "Callar" proviene de la raíz griega de la palabra phimoo, que significa algo así como "callar con un bozal", "mantener algo bajo control o silenciarlo". Es interesante que Jesús aborde elementos del clima tal y como lo haríamos con una persona o un animal. Mientras que Dios les dio a los seres humanos autoridad sobre los animales y las plantas (Génesis 1:28), Jesús creó todo en la tierra y, por lo tanto, tiene dominio sobre toda la creación (Colosenses 1:16).

En el Antiguo Testamento, vemos que solo Dios puede controlar el clima (Salmo 65:7; 89:9; 107:23–32), aunque aquellos que viven del mar generalmente pueden predecirlo (Mateo 16:3). Algunos profetas del Antiguo Testamento tenían la capacidad de predecir los momentos en los que llovería o dejaría de llover. En otras ocasiones, Dios les pidió que orarán para que lloviera. Sin embargo, nunca fueron capaces de darle una orden al clima directamente bajo su propia autoridad. Los discípulos han visto que Jesús tiene autoridad sobre las heridas y las enfermedades, así como también sobre los demonios, pero todavía les queda mucho que entender sobre quién es realmente Jesús (Marcos 4:41). Jesús calma la tormenta porque los discípulos tienen miedo de morir: necesitan ver que Su autoridad se extiende incluso a las circunstancias externas a las que se enfrentarán.

Eso no significa que Jesús los librará de todo daño; esta es una de las grandes ironías en la vida cristiana. Dios puede controlar todo y corregir todo, y debemos tener fe en él y estar contentos incluso cuando él parece no estar actuando en nuestras vidas (Filipenses 4:12–13).

En Hechos 27:13–38, Pablo y su séquito quedan atrapados en una tormenta horrible que destroza su barco y los obliga a nadar hasta un lugar seguro. Pero debido a su fe, Pablo puede usar las circunstancias para ganarse la confianza de la tripulación y ministrar a las personas que se encuentran en la isla (Hechos 28:7–10). Por lo tanto, nuestra propia estabilidad espiritual es más importante que la exhibición del poder de Dios sobre nuestros problemas.
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