¿Qué significa Marcos 4:7?

Mientras que la semilla que cae en el camino no germina en absoluto, y la semilla en el suelo rocoso apenas brota, la semilla que cae entre las espinas crece, pero no produce grano. Jesús compara esta situación con las personas que escuchan el evangelio, pero están distraídas por las "preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas" (Marcos 4:19).

Hay varios ejemplos en la Biblia de personas que escuchan el evangelio y parecen aceptarlo, pero luego se distraen y se sienten atraídos por lo que el mundo tiene para ofrecerles. El peor y más obvio delincuente es Judas. Judas sigue a Jesús por unos tres años, e incluso escucha las aclaraciones que Jesús comparte acerca de Sus parábolas (Marcos 4:10, 34), y forma parte del entrenamiento para difundir las palabras de Jesús (Marcos 3:14). Sin embargo, su ansia por el dinero (Juan 12:4–6) lo empuja a traicionar a Jesús con los principales sacerdotes (Mateo 26:14–16).

Marcos 4:19 dice que las espinas "ahogan la palabra" para que el brote no dé fruto. Esto sugiere que la Palabra llegar a tener algún efecto en la persona que la escucha, pero no hasta el punto de que hiciera surgir una fe salvadora. Santiago 2:19 señala que incluso los demonios creen que Jesús es el Hijo de Dios y tiene toda la autoridad, pero eso no significa que se sometan a él.

El tema principal de Marcos 4 es cómo escuchar y luego enseñar el evangelio: el evangelismo. Obviamente, escucharlo es el primer paso, pero no es lo más importante en nuestra relación con Dios: entender a Jesús es inútil si ese entendimiento no resulta en un cambio de vida (Santiago 2:14, 18). Es imposible servirle tanto al mundo como a Cristo al mismo tiempo (Mateo 6:24). Si no hay fruto (Gálatas 5:22–23), es muy probable que no haya fe.