¿Qué significa Marcos 5:33?

Cuando la legión de demonios se arrojó ante los pies de Jesús (Marcos 5:6), fue en reconocimiento de la superioridad de Jesús. Cuando Jairo, el líder de la sinagoga se arrojó a Sus pies (Marcos 5:22), estaba suplicándole desesperadamente sobre su caso particular. La mujer que ha sido sanada de un problema de sangre que había tenido durante 12 años se postra a Sus pies con gran emoción, miedo y respeto. El rabino empoderado por Dios y obrador de milagros ha descubierto que ella, una mujer impura, tocó su manto. Ahora se supone que Jesús estaría impuro hasta la noche, momento en el que debía bañarse y limpiar Su ropa. Ella se ha tomado esta situación a la ligera y lo ha deshonrado frente a la gran multitud.

Cuando Dios le pregunta a Adán y Eva dónde estaban, su respuesta fue intentar engañarlo. Los dos sabían que Dios conocía su pecado e inmediatamente se pusieron a tratar de echarse la culpa (Génesis 3:8–13). Cuando Dios le pregunta a Caín dónde está Abel, Caín responde con una ignorancia fingida (Génesis 4:9–10). Esta mujer muestra una integridad increíble al dar un paso adelante y decirle a Jesús toda la verdad.

En realidad, no se nos dice por qué tiene miedo; puede ser que ella piense que Jesús la condenará por lo que ha hecho; o que, al igual que los discípulos durante la tormenta (Marcos 4:35–41), ella tiene una idea aún mayor del poder del hombre en el que había puesto su fe. Sin embargo, su valentía le sirve bien. Primero, la mujer le revela a toda la multitud que su condición impura ha sido curada. La mujer está ceremonialmente limpia, o, al menos, ahora ha recuperado la capacidad de limpiarse, algo que su condición anterior no le permitía hacer. En segundo lugar, Jesús la elogia frente a la multitud, dando un vuelco de 180 grados a su deshonrado estatus social. Debido a que la mujer es honesta y tiene una actitud abierta sobre lo que ha pasado, esto le permite vivir también abiertamente dentro del contexto de su nueva libertad.