Capítulo
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Marcos 5:37

LBLA Y no permitió que nadie fuera con El sino sólo Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo.
NBLA Y no permitió que nadie fuera con El sino sólo Pedro, Jacobo (Santiago) y Juan, hermano de Jacobo.
NVI No dejó que nadie lo acompañara, excepto Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo.
RV1960 Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo.
JBS Y no permitió que alguno viniese tras él sino Pedro, y Jacobo, y Juan hermano de Jacobo.

¿Qué significa Marcos 5:37?

Pedro, Jacobo y Juan son tres de los primeros cuatro discípulos de Jesús, junto con el hermano de Pedro, Andrés. Estos tres hombres también son los seguidores con los que Jesús pasa más tiempo; son los únicos discípulos que vieron la transfiguración de Jesús (Marcos 9:2–9). Jesús los llamó para que oraran en el huerto de Getsemaní (Marcos 14:32–42), y son los únicos discípulos que tienen apodos (Marcos 3:16–17).

La única muerte de un apóstol que aparece en la Biblia es la muerte de Jacobo, el hermano de Juan. Hechos 12:1–2 dice que el rey Herodes lo mató con una espada. Este Herodes es Herodes Agripa I, quien gobernó un territorio que una vez estuvo dividido en cuatro por los tetrarcas. Herodes I Agripa fue rey durante los años 41–44 d.C. Era el nieto de Herodes el Grande, conocido por matar a los niños en Belén después del nacimiento de Jesús. Agripa I también era el hermano de Herodías, quien exigió la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja en Marcos 6:21–29. Más tarde, Dios atacó a Herodes Agripa I, a quien los gusanos se lo acabaron comiendo (Hechos 12:23). El Agripa que se reunió con Pablo (Hechos 25:13) era el hijo de Agripa I.

Jacobo tuvo una carrera muy corta como apóstol, ya que murió unos diez años después de la muerte de Jesús, y no hay indicios de que hubiera salido de Jerusalén para hacer un viaje misionero; aunque algunos afirman que viajó a España, no hay evidencia fiable de que esto hubiera pasado.

Pedro y Juan se convirtieron en dos de las figuras más importantes de la iglesia primitiva. Aunque Pedro negó a Cristo (Mateo 26:70–74), después de la ascensión de Jesús, Pedro se convirtió más tarde en un poderoso predicador en Pentecostés (Hechos 2:14–41), más tarde en el monte del templo (Hechos 3:11–26), y también delante del Sanedrín (Hechos 4:1–22). Ambos realizaron milagros (Hechos 3:1–10; 9:36–43) y se beneficiaron de ellos (Hechos 5:17–42; 12:6–19). Pedro también escribió las cartas de 1 y 2 Pedro del Nuevo Testamento y se cree que es la fuente de información para el Evangelio de Marcos. A Pedro le costó aceptar que los gentiles pudieran salvarse. A pesar de recibir tanto una lección objetiva como un ejemplo personal (Hechos 10–11), Pablo todavía tuvo que regañarlo por aferrarse a las tradiciones judías por encima de la hermandad cristiana (Gálatas 2:11–14). Aun así, Pedro es un pilar fundamental de la iglesia (Gálatas 2:9). Jesús sugirió que moriría como un mártir (Juan 21:18–19) y la tradición de la iglesia afirma que fue crucificado boca abajo, junto a su esposa.

El apóstol Juan fue un prolífico escritor del Nuevo Testamento, solo superado por Pablo y Lucas. A menudo se le confunde con el primo de Jesús, Juan el Bautista, y con el autor del Evangelio de Marcos, Juan-Marcos. Durante su tiempo con Jesús, Juan era conocido por ser algo posesivo, ya que llegó a criticar a un hombre por expulsar demonios en el nombre de Jesús (Marcos 9:38–41) y, junto con su hermano Jacobo, le pidieron a Jesús lugares de honor en Su reino (Mateo 20:20–24). Su Evangelio es el más teológico de los cuatro. Sus epístolas son una mezcla de teología e instrucción práctica. Su libro de Apocalipsis nos da más detalles y un contexto más profundo sobre las setenta semanas de Daniel. Juan fue el más longevo de los apóstoles. Después de discipular a un líder de la iglesia primitiva, Policarpo, Juan murió de forma natural en la actual Turquía.

Jesús permitió que solo estos tres apóstoles y los padres de la niña vieran esta curación milagrosa. Aunque la cantidad de personas puede haber sido limitada debido al tamaño de la habitación, Jesús eligió a las personas allí presentes deliberadamente. Jesús pudo haber realizado la curación solo con los padres, pero quería que sus futuros líderes la vieran. La relación de Jesús con Pedro, Jacobo y Juan nos ayuda a entender la filosofía cristiana que radica en enseñar a muchos, discipular a unos pocos y guiar a solo un puñado.
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Resumen de contexto
Marcos 5:35–43 regresa al encuentro de Jesús con un líder de la sinagoga y su hija enferma, después de haber descrito una situación en la que Jesús sana a una mujer que había sufrido durante años con una hemorragia debilitante. El alcance del poder y la autoridad de Jesús se ha ido construyendo hasta este momento. Jesús controló una tormenta intensa (Marcos 4:35–41), expulsó a una legión de demonios (Marcos 5:1–13), y curó a una mujer enferma de una enfermedad crónica sin siquiera intentarlo (Marcos 5:25–34). Ahora Jesús resucitará a los muertos. Esta es la primera de las tres veces que se registra a Jesús resucitando a los muertos (Juan 11:1–44; Lucas 7:11–17). A pesar de esta exhibición, Jesús pronto irá a Su ciudad natal de Nazaret, donde será rechazado por las personas que ya lo conocían desde pequeño. Este relato también se puede encontrar en Mateo 9:23–26 y Lucas 8:49–56.
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Resumen del capítulo
Jesús llega al otro lado del mar de Galilea y cura a un hombre afectado por una ''legión'' de demonios. A raíz de este evento, Jesús una vez más cruza las aguas dentro de esta región, conocida como la Decápolis. Allí, se le acerca un líder de la sinagoga, rogándole que fuera con él y salvara a una niña moribunda. En medio de este viaje, Jesús detiene a la multitud para identificar a una mujer que intentó tocar secretamente Su túnica; finalmente, su fe acaba curándola. Jesús luego continúa hacia la casa del líder de la sinagoga y resucita a su hija, la cual había fallecido recientemente.
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