¿Qué significa Marcos 5:43?
Jesús viene a resucitar a una niña muerta, les insiste a los dolientes profesionales que ella solo está durmiendo, resucita a la niña y ahora les dice a los padres que mantengan su resurrección en secreto. Esto resulta casi imposible, y pronto todo el distrito habrá escuchado sobre Su obra (Mateo 9:26). La orden de Jesús podría llegar a entenderse, ya que los dolientes profesionales quizás no vieron a la niña. Los padres no habrían mentido si hubieran dicho que la niña estaba dormida, ya que Jesús usó las mismas palabras (Marcos 5:39). Pero la gente se siente atraída por lo llamativo, no por lo razonable, y los beneficiarios de los milagros de Jesús no son buenos a la hora de mantener la paz (Marcos 1:44–45).Hay varias razones por las cuales Jesús pudo haberles pedido a los padres de la niña que le dieran algo de comer. Todos en la casa habían tenido un día extremadamente estresante, y concentrarse en lo ordinario puede ser algo muy útil a la hora de restablecer el equilibrio en un hogar. Esto también les ayuda a los padres a concentrarse en la niña y sus necesidades. Fuera de la casa había varios dolientes profesionales que de repente se quedaron sin trabajo y, al mismo tiempo, buena parte de la ciudad está esperando saber noticias sobre lo que ha ocurrido. Es importante cuidar a la niña, y evitar que se convirtiera en un espectáculo. El acto de comer, en sí mismo, sirve como prueba de que la niña está viva y está actuando normalmente.
Esta no es la última vez que Jesús usará la comida para demostrar que alguien está vivo. Cuando Jesús se les aparece a los discípulos después de la resurrección, los discípulos no estaban convencidos de que Jesús estuviera vivo solo con el hecho de mirarlo, sino que se convencieron al verlo comerse un trozo de pescado (Lucas 24:36–43).
Las implicaciones de estos momentos no nos excluyen a nosotros, los lectores modernos. Al final de los tiempos, Dios les dará a los seguidores de Cristo cuerpos glorificados y nos invitará a la cena de las bodas del Cordero (Apocalipsis 19:7–10). Allí nos deleitaremos para celebrar nuestra resurrección y nueva vida durante la comida más grandiosa de la historia de la humanidad; y no habrá necesidad de guardar silencio al respecto.