¿Qué significa Marcos 6:13?
Los Doce han presenciado diferentes situaciones en la que Jesús ha hecho cosas increíbles: Jesús calma una tormenta en el mar, expulsa a una legión de demonios y resucita a una niña muerta. También han visto a Su familia rechazándolo (Marcos 6:1–6) y saben que Juan el Bautista ha sido ejecutado (Marcos 6:14–29).Ahora es el momento de que ellos tomen cartas en el asunto. Jesús los elige con el propósito de estar con él, predicar y liberar a las personas de los demonios (Marcos 3:14–15). él les enseña qué esperar (Mateo 10) y les da autoridad para sanar e incluso resucitar a los muertos (Mateo 10:8). Jesús los equipa con lo mínimo para que no se distraigan de su misión (Marcos 6:8–9); y este esfuerzo acaba funcionando. De hecho, tienen tanto éxito en su misión que cuando se reúnen con Jesús, la multitud los reconocerá tanto como a Jesús (Marcos 6:33).
Esta es la única vez que Marcos menciona el uso de aceite para sanar. En los cuatro Evangelios, Jesús nunca usa aceite. En todo el Nuevo Testamento, el aceite curativo solo se menciona aquí, durante la historia del Buen Samaritano, donde es medicinal (Lucas 10:34), y también como parte de las instrucciones que Santiago le da a la iglesia (Santiago 5:14).
El Antiguo Testamento menciona el aceite con bastante frecuencia como un símbolo de bendición y consagración para el uso de Dios. Al igual que la mujer que toca el manto de Jesús (Marcos 5:28) y Jairo que quiere que Jesús ponga Sus manos sobre su hija (Marcos 5:23), el aceite puede ser un símbolo tangible y reconocible de que la bendición de Dios está ocurriendo, aunque la curación proviene de la fe, no de las cosas físicas en sí (Marcos 5:34, 36).
La vida cristiana está llena de tal simbolismo. El bautismo representa el hecho de ser resucitado de los muertos en Cristo. La comunión le recuerda al cuerpo de la iglesia que estamos espiritualmente nutridos por el cuerpo de Jesús y limpios por su sangre. En realidad, ninguno de nosotros alcanza la salvación a través del bautismo o de la comunión, de la misma manera que la curación no proviene de mantos, manos o aceite. Sin embargo, cuando el símbolo está asociado con la fe, puede profundizar nuestra comprensión de la gracia de Dios.