¿Qué significa Marcos 6:43?
Después de bendecir y partir el pan y el pescado, Jesús se los da a los Doce para que se lo pasen a la multitud; una multitud que asciende a más de cinco mil personas (Marcos 6:44). Los Doce no habían comido bien desde hacía algún tiempo (Marcos 6:31); quizás los discípulos se preguntaron si al final quedaría algo de comida para ellos. Finalmente, cuando la gente se llenó, acabaron sobrando doce cestas llenas de comida (Marcos 8:19). Probablemente, los Doce finalmente comen más pan y pescado de lo que cualquier otra persona hubiera comido.Con esto, Jesús les está enseñando una lección a los Doce, una que se reitera continuamente durante Su ministerio. Los discípulos le sirven a la gente y ellos acaban recibiendo la mayor bendición. Quien quiera ser el más grande debe ser el último (Marcos 9:33–35). Para emular a Cristo, sirva primero (Juan 13:1–17) y piense primero en los demás (Filipenses 2:1–8). Los que dan, recibirán más (Lucas 6:38). Si se exalta a sí mismo, no deja espacio para que Dios lo exalte, pero si es humilde, Dios lo elevará continuamente (Lucas 14:7–11; 18:9–14).
Más tarde, los Doce aprenderán que, de hecho, no es suficiente servirle físicamente a Dios. Las obras sin fe son un intento de ganarse el favor de Dios a través de nuestro propio mérito. Hebreos 11:6 dice: "sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe, y que sabe recompensar a quienes lo buscan". A veces, los Doce se emocionan al ver que tienen una relación tan cercana con el Mesías, pero otras veces se sienten confundidos (Marcos 4:41). Los Doce tienen fe en que Jesús es el Mesías, pero no lo conocen bien ni saben por qué ha venido; tienen fe para sanar y expulsar demonios (Marcos 6:13), pero no tienen fe para calmar las tormentas (Marcos 6:45–52).
Del mismo modo, debemos tener fe en Dios, y no tener expectativas sobre quien o qué debe hacer Dios por nosotros. Nuestra comprensión está seriamente limitada, y aceptar ese hecho ayuda mucho a solidificar nuestra fe. Si podemos aceptar que él es quien es, podemos seguir creciendo en conocimiento y entendimiento sobre Su identidad y lo que quiere de nosotros y para nosotros. En el momento en el que admitimos saberlo todo acerca de Dios, Dios deja de obrar en nuestras vidas tanto como él desearía hacerlo, y Dios le da paso a nuestro orgullo.