¿Qué significa Marcos 6:52?
Hay varias cosas que los Doce no entienden sobre los panes, o sobre cualquier cosa que Jesús hace. "Entender" proviene de la palabra raíz griega suniemi y significa "analizar la evidencia y llegar a una conclusión". Su sesgo de confirmación les dice que Jesús es el Mesías, quien ha venido para hacer que sus vidas sean más fáciles y para darles más comodidades. Lo que no ven es que Jesús no está allí para hacer que prosperen, sino para proporcionarles lo que necesitan o lo que se requiere para cumplir la obra de Dios (Filipenses 4:12–13)."Endurecido" proviene de la palabra raíz griega poroo. Esta idea nos trae a la mente el pie de un elefante: capas pesadas de piel dura que evitan cualquier tipo de destreza física o sensación. Al mismo tiempo que la comprensión espiritual de los Doce está cegada por sus duros corazones, ellos adoran a Jesús como el Hijo de Dios (Mateo 14:33). Algunas veces, las personas hablan sobre algo sin entender lo que están diciendo. Esto se puede ver con frecuencia en las iglesias que se han extraviado a la hora de comprender las expectativas que Dios ha puesto sobre nosotros, así como también en los cultos que usan palabras que suenan familiares, pero que llevan consigo enseñanzas heréticas. Las palabras pueden ser inútiles si se acaban desviando de la verdad.
Todo este episodio sirve como una ilustración en la que Dios les da a los Doce exactamente lo que necesitan. Aunque no tuvieron tiempo para analizar su viaje misionero, sí tienen tiempo de hacerlo ahora lejos de las multitudes. Los Doce no trajeron comida, pero Dios proveyó (Marcos 6:39–43). Al día siguiente, cuando la multitud los encuentre de nuevo, Jesús dirá: "Yo soy el pan de vida. El que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás". (Juan 6:35). Jesús mostrará que el hombre vive de la Palabra de Dios, no solo de pan (Mateo 4:1–4) cuando les dice a los Doce que hacer la voluntad de Dios es más satisfactorio que recibir nuestro pan diario (Juan 4:31–34). Sin embargo, durante un tiempo, los Doce no entenderán que, si confiamos y obedecemos a Dios, él siempre estará ahí para cuidarnos (Marcos 8:16–21).