¿Qué significa Marcos 6:55?
En Galilea, salvo por unos pocos focos de rechazo y burla (Marcos 3:20–30; Lucas 4:29), la gente sabe que Jesús puede curar dolencias físicas. Por lo tanto, pusieron a sus enfermos en lechos y corrieron a buscarlo. Las dolencias comunes pueden haber incluido osteoartritis, caries dental, fiebres, enfermedades de la piel, sífilis no venérea y problemas de fertilidad. Las enfermedades y lesiones causan impureza ceremonial, incapacidad para trabajar e infertilidad que pueden conducir al abandono y al divorcio. En una era donde las curas eran más difíciles de encontrar y el contagio más difícil de evitar, la enfermedad venía con un enorme nivel de estigma social. Cualquiera de estos problemas tendría un impacto severo en la víctima y su familia.La curación fue un regalo que Dios le daba a Sus profetas para validar su mensaje. Desde que las Escrituras se completaron, ya no se necesita tanto. Aún así, seguir a Cristo y obedecer los mandamientos que se encuentran en la Biblia puede ser de gran ayuda para prevenir y controlar enfermedades. Si el mundo entero limitara el sexo a matrimonios monógamos y heterosexuales, muchas enfermedades desaparecerían casi de inmediato. Si la humanidad realmente tratara sus cuerpos como un templo (1 Corintios 6:19–20), ciertos cánceres, enfermedades y afecciones disminuirían enormemente.
Obedecer las Escrituras, especialmente los mandamientos de amar a Dios y a los demás, también puede ser muy útil para resolver problemas mentales y emocionales. Criar a los niños para amar y seguir a Dios puede ayudar a aliviar o incluso prevenir todo, desde la adicción hasta la ansiedad (Proverbios 22:6). Cuando los esposos aman con sacrificio a sus esposas y las esposas respetan a sus esposos (Efesios 5:25–33), las familias están más seguras. Ser lo suficientemente valiente como para confrontar amorosamente a alguien acerca de su pecado puede beneficiarlo ahora y por la eternidad (Santiago 5:19–20; 2 Timoteo 2:24–26). Jesús regresó al cielo, pero nos dejó el Espíritu Santo como nuestro ayudante (Juan 14:16–17) y la Palabra viva (Hebreos 4:12) que en realidad extiende el alcance del toque sanador de Dios (Juan 14:12).
En Nazaret, Jesús puede hacer muy pocos milagros, ya que la gente carece de fe (Marcos 6:5–6). En Genesaret, las personas acuden a él, llevando a sus heridos y enfermos con ellos. Necesitamos asegurarnos de que somos más como la gente de Genesaret y no como la de Nazaret. A veces, cuanto más creemos que conocemos a Jesús, menos aceptamos quien es él realmente. Nuestra arrogancia puede limitar lo que hará en nuestras vidas y en las vidas de las personas por las que oramos. Dios es todopoderoso, omnisciente, amoroso, soberano y santo. Comprender Su carácter y Su voluntad para con nosotros nos sirve de gran ayuda para comprender Su poder curativo.