¿Qué significa Marcos 8:37?
Jesús continúa con Su enseñanza socrática. Mientras que una declaración directa expresaría la verdad sin tapujos, hacerle una pregunta a los discípulos y a la multitud les da la oportunidad de contemplar las posibles respuestas para esa misma pregunta. La respuesta inferida también revela el corazón que Dios tiene hacia nosotros. La totalidad de la creación será destruida (Mateo 24:35), pero nuestras almas son inmortales, ya sea para bien o para mal (Mateo 25:46). Todos los logros humanos acabarán siendo destruidos, pero nuestras almas permanecerán vivas para siempre. Nuestras identidades, ya sea como seguidores de Cristo o como aquellos que rechazaron a Dios, existirán por la eternidad.Esto debe haber sido reconfortante para la audiencia de Marcos, ya que se cree que su Evangelio es uno de los primeros libros que se escribieron en el Nuevo Testamento, probablemente en el año 55—59. En el año 64 d.C., Roma salió ardiendo y Nerón culpó a los cristianos; pero incluso antes de eso, Pablo y otros, autorizados por el liderazgo judío, perseguían a los cristianos y los encarcelaban para que pudieran ser juzgados y condenados a muerte (Hechos 26:9–11).
La vida bajo el dominio romano era pacífica en su mayor parte. Los soldados profesionales se encargaban de las guerras, los esclavos se encargaban de los caminos, y entonces floreció el comercio entre las diferentes regiones. Ser cristiano conllevaba arriesgar esa paz y prosperidad por un posible martirio. En ese momento, debido a que los discípulos tenían la expectativa de seguir a Jesús hasta el momento en el que Jesús impusiera Su reino terrenal, a los discípulos quizás no le importaba la idea de tener que perder las ventajas de ser parte de un territorio romano. Más tarde, sin embargo, la audiencia de Marcos debe haber sentido consuelo acerca del hecho de que sus circunstancias no eran nada en comparación con la paz que sus almas experimentarían en la presencia de Dios.