Capítulo
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Marcos 9:5

LBLA Entonces Pedro, interviniendo, dijo a Jesús: Rabí, bueno es estarnos aquí; hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
NBLA Entonces Pedro dijo a Jesús: “Rabí (Maestro), bueno es que estemos aquí; hagamos tres enramadas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías.”
NVI Tomando la palabra, Pedro le dijo a Jesús: ?Rabí, ¡qué bien que estemos aquí! Podemos levantar tres albergues: uno para ti, otro para Moisés y otro para Elías.
RV1960 Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
JBS Entonces respondiendo Pedro, dice a Jesús: Maestro, bien será que nos quedemos aquí, y hagamos tres tabernáculos: para ti uno, y para Moisés otro, y para Elías otro;

¿Qué significa Marcos 9:5?

Jesús se ha llevado a Pedro, Jacobo y Juan a la cima de una montaña donde los tres discípulos se acaban durmiendo (Lucas 9:32). Cuando se despiertan, Jesús resplandece, y Elías y Moisés le están hablando acerca de Su próxima partida (Lucas 9:31). Pedro, Jacobo y Juan están aterrorizados y no saben cómo responder (Marcos 9:6). De hecho, no tienen ninguna razón para pensar que Moisés y Elías se irán pronto, por lo que Pedro se ofrece a montar algunos cobertizos similares a las cabinas utilizadas durante la Fiesta de los Tabernáculos. Esos prestigiosos visitantes merecen estar a la sombra del sol mientras conversan.

"Maestro" (Rabino) viene del hebreo y significa "señor honorable". Los estudiantes y los discípulos llamaban a sus profesores "maestros" (rabinos) para mostrarles respeto. "Cobertizo" proviene de la palabra raíz griega skene, y puede referirse a cualquier refugio que sea móvil, y podría estar hecho de pieles o ramas de árboles; en este caso, probablemente ramas de los árboles.

Pedro es conocido por su naturaleza impetuosa, y ya ha reprendido a Jesús (Marcos 8:32) y también hará una promesa que es incapaz de cumplir (Mateo 26:33). Sin embargo, también puso a prueba su fe en mares agitados (Mateo 14:28–29) y abandonó la barca para nadar hacia Jesús después de la resurrección (Juan 21:7). Ahora, Pedro interviene en la situación, quien está contento de que él y sus amigos estuvieran allí para servirles tanto a Su maestro como a dos figuras importantes de la historia judía.
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